Los melódicos sonidos del dúo Impromptu empezaron a deslizarse cuando José Manuel Cacho y Víctor Jiménez pusieron punto final a su trayectoria como ingenieros. Entonces, iniciaron una andadura muy distinta, al compás del violín y el piano, y también al son de la palabra y la imagen. Es una manera diferente de sentir, vivir y transmitir la música clásica y mañana se podrá ver en Muxikebarri, dentro del ciclo Musika Eskola Irekia, una iniciativa puesta en marcha por la escuela de música Andrés Isasi y el Aula de Cultura de Getxo y que gira en torno a la figura de Beethoven.

Los encuentros con Impromptu incluyen unas explicaciones de viva voz, que pueden ser respecto a un músico, a una época, a un género... La del miércoles tendrá al célebre autor de La Novena Sinfonía, claro. "Como siempre que hacemos con todos los compositores, asociamos la actuación a algo característico de él y, en el caso de Beethoven, es la sinfonía, porque fue el gran impulsor. Lo que hacemos son unas presentaciones verbalmente: exponemos la vida, el entorno del compositor... y algunos elementos musicales esenciales característicos de él. Son varias intervenciones que duran poco, unos cinco minutos, y usamos imágenes al mismo tiempo. Esas explicaciones las alternamos con vídeos preparados por nosotros o con actuaciones en directo", desgrana Víctor.

Esta es la original forma de divulgar la música clásica del dúo formado por estos dos bilbainos, pero residentes en Getxo (Víctor) y Barrika (José Manuel). "Queremos hacer algo que sea atractivo, queremos entretener y que la gente disfrute y, si de paso, aprenden y siguen con esa afición, estupendo. Lo que planteamos es un entretenimiento para la gente que no está acostumbrada a escuchar música clásica normalmente, pero que le puede gustar", indica José Manuel, el violinista. Su compañero incide en que desean hacer llegar las notas más clásicas a otros públicos, hacerles más sencillo este universo melódico. "Hay muchos espectáculos para gente que está muy metida en el tema: la Orquesta Sinfónica, la Filarmónica€ Pero hay gente que eso no lo aguanta demasiado bien, y para que entren, hay que facilitarles el camino y esta forma que planteamos nosotros es una opción. Nuestras actuaciones duran hora y media y en un principio hacíamos descanso, y nos dijeron que lo hiciéramos todo seguido, que no se aburrían y que era mejor sin descanso", asegura el pianista.

Cambio de ritmo

Este es el propósito que se marcaron estos dos ingenieros con pasión y corazón musical. "Siempre hemos tenido relación entre nosotros. Los dos trabajábamos como ingenieros y nos solíamos juntar para hacer pequeños conciertos para familiares y amigos, y cuando nos desligamos de nuestras trayectorias laborales, pensamos en hacer este proyecto, porque veíamos un tipo de público al que le podría gustar una oferta así. Preparamos un esquema, lo probamos con una serie de personas, les hicimos una encerrona, y les dimos un cuestionario y con lo que nos comentaron fuimos perfeccionando el proyecto", recuerda Víctor. Y desde entonces han pasado unos quince años. "La primera actuación la hicimos en 2004 y ya andamos cerca de las 200", destaca Víctor. Además, por suerte, han podido recuperar los tres conciertos que tenían en marzo y que se cancelaron por la pandemia. Así, Impromptu suma y sigue.

"Queremos hacer algo que sea atractivo, buscamos entretener y que la gente disfrute"

Violinista de Impromptu

"Pensamos en este proyecto porque veíamos un público al que le podría gustar"

Pianista de Impromptu