Cuando hace dos años el equipo de investigadores de Edestiaurre Arkeologia Elkartea comenzó a trabajar en las peñas de Santa Marina de Urduliz no imaginaban lo que iba a depararles su ardua labor. Junto a la ermita se enclava un asentamiento de ametralladora que forma parte de la red de fortificaciones defensivas del municipio, perteneciente al quinto sector del Cinturón de Hierro. Un elemento del que conocían su existencia, pero que se encontraba completamente cubierto por tierra y maleza que hacía imposible llevar a cabo un estudio detallado.

“Cuando vimos aquello pensamos: dónde nos hemos metido...”, rememoró ayer Iñaki Líbano, presidente de Edestiaurre y maestro de ceremonias de la jornada de divulgación realizada con motivo de las Jornadas Europeas del Patrimonio.

Una jornada con aforo limitado por la pandemia y que hoy se repetirá debido a la alta demanda e interés mostrado por el público, obligando incluso a los organizadores a dejar a un centenar de personas en lista de espera. Así, los asistentes pudieron conocer, a través de una charla didáctica celebrada en la ermita, los hallazgos encontrados en el lugar durante las dos campañas de excavación entre 2018 y 2019.

Una investigación enmarcada dentro del proyecto de puesta en valor, socialización y divulgación del Cinturón de Hierro de Bilbao, promovido y patrocinado por el Instituto de la Memoria Gogora, el Gobierno vasco, las diputaciones de Araba y Bizkaia y los 33 municipios afectados que componen el Cinturón de Hierro.

Líbano, como responsable junto a Sergio Salazar de la dirección de las dos campañas, detalló los elementos encontrados en Santa Marina y subrayó que tienen “un gran valor arquitectónico y arqueológico”.

“En el asentamiento de ametralladora junto a la ermita dimos con siete estratos diferentes con destacados hallazgos como: restos de las sucesivas reformas de la ermita, una cerámica con decoración de cobalto, una moneda de diez céntimos de cobre de 1870, una navaja conocida popularmente como La Pelona o un enchufe cerámico que creemos sirvió para dotar de iluminación al complejo durante la Guerra Civil”, según detalló.

Sin embargo, uno de los descubrimientos más relevantes, a su juicio, lo hallaron dentro del propio templo religioso, “en un sillar de la ermita, junto a la puerta que da acceso al asentamiento, hemos encontrado un grabado que nos hace pensar que la ermita puede ser anterior al siglo XV”, expuso. “La paleografía realizada nos indica que no es latín”, agregó. “Probablemente existía un asentamiento anterior donde se construyó la ermita”, prosiguió.

Tras poner en contexto a los asistentes sobre el trabajo arqueológico realizado, el grupo pudo comprobar de primera mano los resultados del proceso de puesta en valor de uno de los elementos del Cinturón de Hierro de Urduliz.

De este modo, pudieron contemplar la singular arquitectura de los asentamientos que se han recuperado, liberándolos de vegetación para poder admirarlos en toda su plenitud, y que tienen como particularidad la exclusividad de alguno de estos emplazamientos con respecto al resto de los 85 kilómetros totales del Cinturón. “El elemento denominado URDF25 con sus tres troneras de ametralladora dirigidas al norte, al este y al sur, su departamento de fusileros y refugio y los grabados descubiertos en la campaña 2018, del 7 de junio de 1937, le otorgan una importancia espectacular y única”, apuntó Líbano.

En este sentido, gracias a la labor desarrollada sobre el terreno ahora se puede vislumbrar cómo era el escenario bélico de la época y cuyos vestigios se habían ido difuminando con el tiempo debido a la expansión de la naturaleza. “En estas dos campañas hemos podido documentar un importante conjunto de datos, información arquitectónica, restos arqueológicos y grabados del conflicto que proporciona un importante potencial al municipio de Urduliz”, argumentó Líbano.

Un tesoro patrimonial que permite dar un nuevo enfoque a los asentamientos de Santa Marina, descubriendo su aspecto arquitectónico, paisajístico y de desarrollo cultural para que en un futuro cercano se pueda convertir en una atracción patrimonial para la localidad”.

Por último, para inicios del próximo año está prevista la presentación de un libro que recoge la investigación realizada en las campañas de excavación de Santa Marina.