Después de hacer frente a la emergencia sanitaria llega la etapa de la reactivación económica.

—En ello estamos. Acabamos de comenzar la campaña Aktibate-Sopela, con la emisión de 6.746 bonos. Cuando diseñamos esta campaña, dotada con 90.000 euros, el objetivo era que fuese un complemento a otras a las que han optado los comercios. Además, se les pagarán los descuentos semanalmente, para que sea un proceso ágil, en vez de esperar al final de la campaña.

Un incentivo al consumo que se extenderá hasta final de año.

—Lo hemos programado en dos fases. Desde el 1 de julio hasta el 15 de septiembre, pensando también en la vuelta al colegio, y desde mediados de noviembre hasta mediados de enero, en plena campaña navideña.

Han adoptado medidas económicas excepcionales para minimizar el impacto económico a la ciudadanía.

—Aprobamos una modificación presupuestaria para poder impulsar la campaña de bonos y, a su vez, potenciamos las ayudas al empleo y todas las que están dentro del ámbito de bienestar social. En este sentido, se están gestionando a través de la Mancomunidad de Uribe Kosta con una partida presupuestaria de 690.000 euros.

¿Se están produciendo muchas situaciones de emergencia social?

—Estamos recibiendo muchas consultas de personas que han entrado en ERTE y con problemas económicos serios. De hecho, el responsable de Bienestar Social de la Mancomunidad está trabajando desde el Ayuntamiento para centralizarlo todo un poco más. Además, acordamos que si se agotaban los recursos de la Mancomunidad, los incrementaríamos con remanente de tesorería para no dejar a nadie sin atención.

El plan de revitalización económica impulsado a raíz de la pandemia ha tenido un amplio consenso.

—Era fundamental conseguir ese consenso. Al final, el que firma es el alcalde, pero es importante tener el respaldo del resto de los grupos políticos. Tenemos que sacar Sopela adelante y eso no lo puedo hacer yo solo, tiene que ser entre todos.

En un verano sin grandes eventos han organizado una veintena de espectáculos culturales.

—Todos los sectores han sufrido con la pandemia y, especialmente, el cultural. Este programa, al menos, nos permite tener actividades para todos los públicos con aforos controlados.

Han reabierto todos los parques infantiles, salvo el de Zipiriñe.

—Sí, lo vamos a mantener cerrado porque están ejecutando unas obras en el comedor del colegio.

Precisamente, ahora que se están retomando los proyectos paralizados, ¿han tenido respuesta sobre la ampliación del centro escolar?

—No. En marzo nos reunimos con Educación y fruto de ello se está ampliando el comedor. Era el problema más importante a corto plazo y a partir de septiembre no habrá ningún niño que se quede sin este servicio.

Actualmente, la tasa de paro local se sitúa en torno al 11,2%, es decir, cerca de 800 personas.

—A corto plazo va a ser difícil revertir la situación, necesitará tiempo. En mayo había casi 700 vecinos en ERTE, que es el menos malo de los escenarios. Tenemos que ver cómo les podemos echar una mano. Los trabajadores sociales están doblando turnos para ayudarles y su labor es importantísima. Las personas que tienen una emergencia la tienen en este preciso momento y hay que resolvérsela, no vale decirles que vengan la semana que viene.

¿Cómo están gestionando los aforos en las playas, uno de los grandes reclamos del municipio?

—En un principio, tomamos la decisión de cerrar los aparcamientos porque nuestra intención, este verano, es que sean unas playas incómodas para venir en coche. Por eso hemos rescindido los medios que facilitábamos, para que la gente vaya andando. Además, así como otras playas se han hecho dinámicas, nosotros permitimos que la gente que viene pueda estar un rato, aunque recomendamos que no sea más de tres horas por solidaridad. De hecho, en lo que va de verano ya hemos tenido que cerrar la playa de Arriatera dos veces.

¿Y los accesos?

—Hasta ahora cerrábamos en la rotonda de la avenida Arriatera, pero hemos visto que las consecuencias en el tráfico suponen un caos. Por eso hemos decidido poner en la entrada de la avenida, a la altura del número 107, dos vallas indicando aforo completo con patrullas de la Policía Local regulando los accesos. No cerramos el acceso por completo porque perjudicaría a los vecinos.

¿Y que hay de los aparcamientos?

—El de Atxabiribil lo reabrimos, pero el de Arriatera no. Va a permanecer así hasta el 1 de junio de 2021 con el objetivo de controlar el aforo y también por el derrumbe de Barinatxe.

Un desprendimiento que han decidido atajar con fondos propios, pese a ser competencia de Costas.

—Tomamos la decisión de repararlo cuanto antes porque había riesgo inminente para las personas. Se van a instalar nuevos sistemas de sujeción.

Han suspendido el Sopelbus.

—No queremos facilitar el acceso a la playa desde el metro en autobús. La idea es que el 1 de enero comience de nuevo el servicio, aunque las circunstancias pueden variar. Vivimos una situación sanitaria cambiante a la que hay que ir adaptándose.

Los trabajadores del servicio de jardinería se han movilizado.

—El Ayuntamiento no puede entrar en un conflicto entre empresa y trabajadores, tenemos que mediar. Hoy me reuniré con los trabajadores y también tendré otro encuentro con la empresa. En septiembre tenemos previsto sacar una nueva licitación del contrato, que está prorrogado.

LAS FRASES

  • "Era fundamental el consenso en el plan de revitalización. Tenemos que sacar Sopela adelante entre todos"
  • "Nuestra intención, dada la situación este verano, es que las playas sean incómodas para venir en coche"
  • "Las personas que tienen una emergencia la tienen ahora, no vale decirles que vengan la semana que viene"