La imponente y admirable voz de Andoni Martínez Barañano ha sonado en teatros y auditorios de un rincón y de otro del mundo. Ha interpretado roles protagónicos de óperas como Madame Butterfly, de Puccini (Pinkerton); El barbero de Sevilla, de Rossini (Conde de Almaviva); Rigoletto, de Verdi (Duque de Mantua); La Flauta Mágica, de Mozart (Tamino); o Carmen, de Bizet (Don José). De hecho, este tenor getxotarra tenía que estar ahora mismo en Kazajistán subido a un escenario. Pero cuando ya se encontraba en Madrid a punto de coger el vuelo, el pasado día 12, la pandemia del coronavirus y todas sus consecuencias -como el cierre de fronteras por parte de algunos países- le impidió viajar.

Pero Andoni sigue cantando. Andoni ofrece cada noche un concierto sin igual. Música del más alto nivel para los oídos… de sus vecinos. Andoni sale al balcón de su casa, que asoma a la céntrica plaza San Nicolás, de Algorta, y poco antes de las 20.00 horas, interpreta una canción que emociona a todo aquel que tiene la suerte de escucharla. La ópera en casa. Y en directo. No desde un anfiteatro o desde la platea. Sino desde el balcón o la ventana. Andoni, con su torrente de voz, es parte de esa magia que está brotando de muchos hogares vizcainos, cerrados a cal y canto para frenar el maldito virus, pero abiertos a iniciativas insospechadas.

Empecé a hacerlo porque veía que los aplausos para homenajear al personal sanitario eran un poco flojos en la plaza San Nicolás. Llegaban las ocho y era todo un poco frío porque poca gente aplaudía. Así que, para animarles, para que se quitaran la vergüenza o el corte que les pudiera dar, me puse a cantar. Y es que a los del norte nos cuesta mucho expresar nuestros sentimientos”, explica el tenor al otro lado del teléfono con un tono optimista. Así que antes de esa hora que ya está instaurada para demostrar toda la gratitud a los distintos trabajadores que realizan una labor fundamental, Andoni coge su pequeño amplificador, con bases de música “como si fuera una orquestilla” y “a pelo” comienza a entonar canciones “populares”, como O Sole Mio. “Intento que sean muy conocidas, españolas, vascas o italianas, como O sole mio, Core ‘ngrato, Granada…”, precisa el profesional. Así, la sensación es más placentera. Así, el ánimo se contagia mejor con ese placer que despiertan las notas de la escala musical. Pero en su sesión de anoche, Andoni introdujo un pequeño cambio, ya que cantó Aurtxo Polita. Un nuevo éxito para el que ya es El tenor de Algorta.

A viva voz, a corazón vivo La música le acompaña ligeramente pero su voz sale desnuda. Sin micrófono. A pleno pulmón y sentimiento. Y la reacción de la gente es espectacular. “Flipante”, asegura él. “Estoy asombrado con la repercusión que está teniendo”, admite. “Incluso los vecinos del patio, a donde da el otro balcón, me dicen que tengo que cantar por ese lado. Y también hay quien me pide canciones”, sonríe. Y el objetivo que movió a este tenor a comenzar a cantar también se va cumpliendo. “Cada vez sale más gente a aplaudir. Bueno, todos los de mi fachada salen”, desvela. Y también cada noche hay una persona que se atreve a hacer algo para irradiar más energía. “El otro día, al terminar yo, una chica de enfrente se puso a cantar con un micrófono”, cuenta Andoni.

Él está disfrutando de la experiencia. “Para mí es una ilusión, una motivación, un acicate”, confiesa. Porque claro, no son buenos tiempos ni para la lírica ni para nadie. “Haciendo un análisis más en profundidad, para mí, salir a cantar a pelo, sin micrófono y que se vea lo poderoso que puede llegar a cantar una persona es la manera de transmitir que vamos a salir de esta”, reflexiona este getxotarra internacional. Sus compromisos profesionales hasta junio han sido cancelados. El mundo se queda mudo. Se paraliza. Se bloquea. Eso sí, él confía en que las suspensiones de espectáculos no sean definitivas y que se busquen nuevas fechas para que la música siga sonando.