El abadiñarra Iván Rodríguez, técnico en emergencias no dudó en aprovechar sus quince días de vacaciones para poder recoger los EPI que de forma solidaria se iban fabricando y distribuirlos por todo Bizkaia recorriendo cerca de 2.500 kilómetros.

A sus 26 años, este vecino de Matiena es técnico de emergencias en las ambulancias de soporte vital básico. Precisamente el pasado 26 de marzo comenzaba su periodo de vacaciones y ante la imposibilidad de posponer los días, decidió aprovechar su descanso laboral para seguir luchando frente al virus. "Al trabajar en ambulancias vas a un montón de sitios con pacientes, ambulatorios, hospitales, residencias y ves la realidad que había, sobre todo con una escasez de material de protección y con una demanda aún mayor en residencias", comenta.

Aprovechando el cese de todas las actividades no esenciales que se decretó pocos días después del comienzo de sus vacaciones, Iván relata que "mi idea principal era recoger el material que todas esas empresas habían comprado para sus trabajadores, que durante quince días no se iban a utilizar, y repartirlos donde realmente hicieran falta por la carencia y el colapso global existente".

Con ese objetivo decidió recurrir a las redes sociales y hacer un llamamiento. Para cuando se quiso dar cuenta la gente se fue poniendo en contacto con él y comenzó a recibir donaciones. "Un hotel de Bilbao me dijo que tenían miles de gorros de ducha, fui a recogerlos y los repartí en Basurto, en Galdakao y en las residencias", apunta. Otra de las personas que contactó con él fue la costurera Bethsabé De Diego para decirle que había realizado un patrón para batas. "Con 90 bolsas era capaz de sacar 79 batas y entonces hice otro llamamiento para pedir bolsas de basura a la que respondieron muchos bares de Matiena y de Durango, la Ferretería Atxa y los ayuntamientos de Abadiño y Elorrio", apunta.

Casi sin darse cuenta había tejido una red de ayuda con una veintena de personas de Elorrio, Durango, Portugalete, Zaldibar y Abadiño y en dos días comenzaron a repartir las primeras 600 batas de plástico y 200 mascarillas de tela del taller de costura Matiena.

De esa forma y durante dos semanas, el joven abadiñarra ha ido recorriendo las distintas comarcas vizcainas para distribuir todo el material fabricado. Un gesto que ha servido para proveer de material a hospitales, ambulatorios y residencias con más de 10.000 gorros, 5.000 batas y unas 2.500 mascarillas y que también contó con donaciones para costear la gasolina de la furgoneta cedida por Geu Be y cuyo dinero sobrante irá destinado a la ONG La Otra Mirada de Durango para un proyecto humanitario en Senegal.

Con la sensación del deber cumplido, Iván se reincorporó a su trabajo en emergencias el 14 de abril, pero no duda en afirmar que "si algo he aprendido de todo esto es que el pueblo salva al pueblo".