IURRETA. En Durangaldea hay mucha afición a reconstruir monumentos históricos de la comarca en pequeñas maquetas, hechas a escala. Los durangarras Luis Ibañez o Carlos García han realizado hasta el momento muchos trabajos de este tipo. El edificio del ayuntamiento de Durango, la iglesia de Santa Ana, diferentes ermitas de la comarca... han sido los motivos para que hayan hecho estos trabajos a escala.

A estos dos artistas, se les suma ahora un iurretarra. Se llama Iñaki Uribesalgo, se dedica a su floristería de Iurreta, pero cuando el tiempo le permite construye, por hobby y a encargo, estas maquetas. En estos momentos se encuentra levantando su próxima proyección basada en el edificio del teatro San Agustín y el antiguo hospital de Durango.

Pero su anterior trabajo ha sido una maqueta, “la más difícil” para él, que impresiona y no deja indiferente a nadie, ha sido el santuario de Urkiola a escala, que puede verse en estos momentos en el templo abadiñarra. Un trabajo que ha hecho a ratitos durante un año y medio, unas 56 horas en total. “A esta labor le dedico algunos momentos cuando estoy en la tienda, a veces puedo sacar dos horas y otras unos minutos, por eso voy haciendo las maquetas en momento libres”, explica Iñaki, que actualmente regenta una floristería en Iurreta.

En total lleva hechas unas cuantas, entre ellas, la iglesia de Iurreta, la ermita de Gerediaga, el caserío Askarrakola de Elorrio o el Santuario de Urkiola... Todas con una particularidad y es que están hechas en un 98% con cartón reciclado: “Normalmente cojo la cajas en las que vienen las flores y las reciclo. Prácticamente las maquetas están hechas solo de este material, que luego les doy forma y les pinto. Por ejemplo en la maqueta de Urkiola “solo el pararrayos es de metal y la cúpula de corcho, además de algo de musgo para adornar”, recuerda.

Para realizar este laborioso trabajo, Iñaki confiesa que conseguir construirlo a escala resulta muy complicado. Para ello en muchas ocasiones se basa en muchas fotos, en mirar Google Maps o en imágenes captadas por algún dron. “Hago poco más o menos, estudio todas las imágenes y en base a eso levanto las maquetas”, subraya el artista iurretarra. Pero esto, más allá de un hobby para él, también se ha convertido en un trabajo más, de hecho en la maqueta de Urkiola se puede leer: “Maquetas a encargo”. El polifacético Iñaki señala que al margen del trabajo de floristero, él también realiza estas obras como otra dedicación más. Y es que sus maquetas se encuentran a la venta y confiesa que “la del santuario andaría en torno a unos 700 euros”.

Pero este iurretarra, ademas de gustarle la música y las flores, consigue sacar tiempo para reconstruir caseríos y monumentos de la comarca en maquetas, tiene desde hace poco tiempo un nuevo hobby: el parapente. Iñaki invita a todo el mundo a que haga un biplaza volando. “Disfruto con mi profesor Douglas, las vistas que se ven son majestuosas y el vuelo es muy seguro”, subraya.