2022 parece ser el año definitivo para que la Autoridad Portuaria de Bilbao (APB) cierre un capítulo de su historia y venda la que fue su sede durante casi medio siglo en el palacete Olabarri, ubicado en el Campo del Volantín. Así lo ha asegurado el presidente de la entidad, Ricardo Barkala, en una conferencia con otros responsables de la entidad. El único requisito al que esperan para lanzar la operación de venta y subasta pública del coqueto edificio es la aprobación por parte del Ayuntamiento de su nuevo Plan General de Ordenación Urbana.

Un documento al que se espera dar luz verde en pleno este mes o a más tardar en abril, según han indicado fuentes municipales. Ricardo Barkala explicitó en su intervención cómo en ese documento “se fijarán los usos previstos y posibles para el palacio Olabarri, que excepto viviendas e industria, pueden ser todos; equipamientos tanto privados como públicos”.

La especial ubicación del edificio al final del Campo del Volantín y casi frente al atractivo Museo Guggenheim, su carácter de inmueble singular protegido por el Gobierno vasco, tanto en el palacete que mira a la ría como el edificio que se construyo colindante en los años 70; el poso histórico que le da un plus a la construcción del siglo XIX... son buenos argumentos para una venta que además mantiene una demanda muy potente desde que hace década y media saliera ya al mercado por primera vez.

El presidente de la entidad concretó en su intervención que “hay más de media docena de empresarios que se han acercado interesados al Puerto, sobre todo con proyectos de hoteles de lujo, que sería una buena salida”. Pero la puesta en marcha de un alojamiento de alto standing no es la única opción puesta sobre la mesa. Ricardo Barkala aseguró que también “hay alguna institución que está hablando de un museo especial y potente, porque el sitio lo merece; y otra entidad está también interesada en ubicar allí su sede social, que también sería un buen uso”. Es decir, el abanico de opciones para la utilización futura de la antigua sede portuaria hace intuir que la puja por su propiedad será intensa entre varios candidatos.

Deshacerse del edificio

Hay que tener en cuenta que no solo va a salir al mercado inmobiliario el palacete de Campo del Volantín, 37. El conjunto edificatorio también lo conforma un bloque funcional adosado al inmueble histórico y con entrada por la calle Huertas de la Villa, 35. Lo que está claro es que la Autoridad Portuaria quiere deshacerse de la vieja sede debido a que prácticamente carece de uso después del traslado de la sede a Santurtzi en 2013 y sobre todo debido a su alto coste de mantenimiento. Barkala hizo referencia a este tema asegurando que “al estar en desuso se deforma de una manera increíble por lo tanto hay que darle una salida”.

En el futuro de la que fuera residencia de la familia Olabarri está teniendo también mucho que ver el Ayuntamiento de Bilbao. De hecho, los contactos entre el alcalde Juan Mari Aburto y Ricardo Barkala, que en su anterior responsabilidad pública fue concejal de Urbanismo de la villa, han sido constantes en este proyecto.

El responsable portuario reconoció que “esta es una ubicación especial, un sitio muy bueno que marca en la ciudad lo que se ponga allí”. Por ello trabajan en conjunto ambas instituciones públicas “para ubicar en ese espacio cosas que sean buenas para el municipio”, especificó Ricardo Barkala.

¿Y por cuánto podría venderse una joya como el palacete Olabarri? Fuentes de la Autoridad Portuaria han especificado que todavía no se ha procedido a la valoración económica del conjunto edificatorio. “La tasación del edificio únicamente podrá realizarse una vez se apruebe el cambio de los usos urbanísticos del inmueble mediante la aprobación del PGOU, al tratarse éste de un aspecto que influye de manera determinante en su valoración”, aclararon desde la entidad.

Hace quince años, cuando la entidad decidió su mudanza del centro de Bilbao a sus actuales dependencias en Santurtzi, ya se habló de una valoración de entre 15 y 17 millones de euros por todo el complejo, una cifra que evidentemente hay que actualizar al alza ya que las circunstancias del mercado inmobiliario ahora son muy diferentes a 2009.

Y es que la historia de la venta del conjunto edificatorio se inicia años antes de que el 1 de junio de 2013 se produjera el definitivo traslado del personal técnico, administrativo y directivo que trabajaba en Bilbao a las nuevas oficinas generales ubicadas en la gran torre construida muy cerca de los muelles portuarios de Santurtzi. Desde entonces, el palacete y su edificio anexo ha venido progresivamente teniendo un uso muy residual y provocando los mencionados elevados gastos de conservación. Por ello y con el objetivo de rentabilizar sus activos, el organismo acordó el inicio de la desafectación (trámite necesario al tratarse de un bien de dominio público que debe patrimonializarse) y el mencionado cambio de usos urbanísticos ante el Ayuntamiento solicitado en 2018, para proceder seguidamente a su enajenación o venta.

Hace cerca de un año la desafectación se concretó mediante una orden firmada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, de quien depende la Autoridad Portuaria. Con sus usos urbanísticos modificados, una vez aprobado el PGOU, el Puerto iniciará el proceso de enajenación, encargará una tasación independiente y aprobará el pliego de condiciones del procedimiento para subastar el complejo. “Creemos que este 2022 lo sacaremos a la venta”, aseguró Barkala.

Nuevas oficinas en Bilbao

En paralelo a la preparación de todos estos papeles, la APB “está explorando el mercado inmobiliario para la ubicación de unas nuevas oficinas en la ciudad de Bilbao”, especificaron desde la entidad. El puerto quiere mantener en la capital vizcaina la sede social del organismo ya que “es el municipio con el que mantiene un histórico arraigo y al que debe su nombre”, concretaron.

La idea es adquirir una nueva sede social en la villa “con unas dimensiones reducciones y adecuadas a las actuales necesidades”, indicaron desde la APB. Es decir, con un despacho para la presidencia, una sala de reuniones para cuando sea necesario algún encuentro y algún otro espacio de servicio sería suficiente. Fuentes del organismo especificaron que con este objetivo de hallar el lugar idóneo “se mantienen periódicos contactos con diversas instituciones, en particular con el Ayuntamiento, en relación a dicha búsqueda en el entramado urbano de Bilbao”.

Historia. Conocido en su época como el hotel Olabarri, por tratarse de una casa aislada al final del Campo del Volantín, el palacete fue diseñado por el arquitecto Julián de Zubizarreta en 1897 por encargo del industrial José María Olabarri. Con más de 6.000 metros cuadrados, durante más de medio siglo fue la vivienda de este matrimonio, sus cinco hijos y los 16 criados que les atendían. Afectado de soslayo por un obús en la guerra civil, la familia barajó años después transformar la residencia en una casa de vecinos, pero finalmente lo descartó para vender el edificio a un solo propietario, el Instituto Británico. Fue a este organismo al que se lo compró la Autoridad Portuaria en 1953.

18 años

Fue en 2004 cuando los entonces responsables de la Autoridad Portuaria ya empezaron los trámites para su venta ante la construcción de una nueva sede en los muelles de Santurtzi.

Vicisitudes

Hasta cuatro presidentes han estado al cargo del Puerto en el proceso de venta del edificio que ha pasado por un sinfín de obstáculos y cambios de parecer a la hora de deshacerse del complejo.

Sin uso

El peculiar inmueble de estilo italiano construido en el siglo XIX lleva casi una década sin uso después de que en 2013 los empleados del Puerto se trasladaran a una nueva sede en Santurtzi.

Un museo

En 2009, el fallecido alcalde Iñaki Azkuna impulsó que la ampliación del Museo de Bellas Artes se materializara en las dependencias que entonces todavía ocupaba la sede del Puerto de Bilbao.

“Hay más de media docena de empresarios que se han acercado interesados al Puerto”

Pte. de la Autoridad Portuaria de Bilbao