"Lo hemos pasado mal y todavía necesitamos que las terrazas sigan siendo un apoyo para salir de esta situación complicada en la que nos ha metido la pandemia". Joserra Manjón, responsable del bar Jateko, en la calle Fernández del Campo de Bilbao, es uno de los hosteleros que solicitó al Consistorio bilbaino la ampliación de su terraza durante la pandemia del coronavirus. En opinión de este hostelero, aunque las restricciones prácticamente ya se han eliminado en Euskadi, la pandemia ha dejado una importante carga en el sector que continúa estando muy castigado. Por eso, para poder salir poco a poco del agujero económico, las terrazas siguen totalmente necesarias: "El cliente tiene miedo y pasa de largo si un bar no tiene terraza", afirma con contundencia Manjón.

En total, en la capital vizcaina el Ayuntamiento de Bilbao autorizó casi un centenar de nuevas terrazas que se instalaron ocupando parte de la calzada. Las nuevas concesiones se sumaron a las 746 que ya se adjudicaron en el año 2020, como medida excepcional para paliar la situación que vivía el sector hostelero por las limitaciones de aforo como consecuencia del coronavirus.

Estas nuevas concesiones se sumaron a las 746 terrazas que se autorizaron en aquella ocasión, como una medida excepcional y transitoria para tratar de paliar el perjuicio económico que las restricciones por la pandemia están suponiendo para el sector hostelero. Por el momento el Ayuntamiento de Bilbao ha aplazado la decisión de prorrogar la concesión de las terrazas a finales de mes. En relación a esto, Joserra Manjón apela a la institución local a que mantenga durante un tiempo más las terrazas porque, según considera, de lo contrario los negocios volverán a salir perjudicados. "No hemos tenido tiempo de recuperarnos. No pedimos que mantengan las terrazas por vicio, sino porque los consumidores continúan siendo reticentes a la hora de acceder al interior de los bares", asegura el hostelero.

En terraza hasta con frío

El miedo al covid ha cambiado la forma de consumir de los clientes, hasta el punto de que incluso con mal tiempo prefieren quedarse en el exterior del bar y disfrutar de una comida o de la consumición sentados en la terraza. "Antes si hacía mal tiempo todo el mundo prefería dentro, ahora esto ha cambiado. Para este fin de semana tengo veinte personas para comer y quince ya me han pedido que quieren en la terraza", apunta Joserra.Desde que las restricciones del covid se han levantado en Euskadi, según describe el responsable del bar Jateko, los clientes siguen comportándose con mucha cautela. "Por un lado eso es bueno. No nos podemos desmadrar porque el virus sigue ahí y no se pueden dar pasos en falso. Por eso, la gente lo que sigue haciendo es entrar en el bar, pedir la consumición y volver a salir a la terraza. No les importa que no haya servicio de terraza, la gente lo prefiere porque se sienten más seguros". Si las terrazas se retirasen ahora en Bilbao, les supondría la pérdida de un 30-40% de la recaudación. El establecimiento alemán Ein Prosit, del Ensanche de Bilbao no contaba antes de la pandemia con terraza y decidieron solicitar la instalación de una: "Nos ha ayudado muchísimo para poder sobrellevar las pérdidas y las restricciones del covid", dice uno de los responsables del local, Enrique Thate, quien asegura que una vez que el Ayuntamiento decida retirarla solicitarán una. "La gente se ha acostumbrado y tenemos previsto pedirla pagando lo que corresponda", concluye.

En breve

Un centenar. En la capital vizcaina el Ayuntamiento de Bilbao autorizó casi un centenar de nuevas terrazas que se instalaron ocupando parte de la calzada. Las nuevas concesiones se sumaron a las 746 que ya se adjudicaron en el año 2020.

Exterior Los clientes se decantan por quedarse a consumir en el exterior. De hecho la gente reserva las comidas fuera del local.