La ilusión y la creatividad de un grupo de jóvenes estudiantes de diseño de IED Kunsthal se muestra a través de los escaparates de quince comercios ubicados en el Casco Viejo de Bilbao. Dentro de la celebración del Bilbao Design Week, alumnos del primer curso, tanto del título Superior de Diseño Gráfico como del título Superior en Diseño de Interiores han recorrido este miércoles la zona histórica de la villa para visitar esos comercios que han cedido sus locales para que ellos puedan dar forma a sus proyectos artísticos.

Tal y como reconocen los propios participantes de esta iniciativa, se trata de un “lujo” contar con esos espacios donde ellos han podido, con total libertad, dar rienda suelta a la imaginación. “Estamos muy contentos de haber podido contar con la colaboración de los diferentes comerciantes que han cedido sus escaparates para que los diferentes grupos de estudiantes podamos dar forma a las obras de arte”, explican a DEIA algunos de los participantes de este proyecto.

El evento lo han bautizado con el nombre de Epidermis comercial y ha consistido en seleccionar diferentes tiendas del Casco Viejo y vestir sus escaparates teniendo en cuenta las diferentes características de los negocios. “Con esta iniciativa por un lado nosotros intentamos ayudar al comercio local y por el otro, cediéndonos sus escaparates nos ayuda a poder hacer prácticas de una manera real”, relatan los alumnos.

Bilbao sobre un piano

Los alumnos Beatriz Fernández Mediero, Mikel Espiau, Gabriela Arias y Diego Aguirre son estudiantes del primer curso de diseño, y ellos forman uno de los quince grupos que han participado en esta iniciativa creativa. En su caso, se han encargado de decorar la tienda de instrumentos musicales Pentagrama. En el escaparte de este negocio han creado un gran piano y sobre las teclas blancas han dado forma a un gran skyline de Bilbao con algunos de los edificios y elementos más significativos de la capital vizcaina.

“Teniendo en cuenta que es un negocio ligado a la música lo primero que se nos vino a la cabeza fue dar forma a un instrumento y por eso elegimos un piano. A partir de ahí le hemos dado protagonismo a la ciudad y por eso nos decantamos por crear un gran skyline de la ciudad que se asomase sobre las teclas del piano”, relata la alumna.

Según ha contado Beatriz, con la decoración de este negocio su equipo ha fusionado el diseño con la música para dar forma al escaparate. “En nuestro caso ha sido muy fácil porque desde el principio los responsables del negocio han colaborado y nos han ayudado mucho. Hemos tenido mucha suerte”, añaden. Lo importante, dice Beatriz, es que con este proyecto contribuyen a apoyar a los negocios locales que tan importantes son en la vida de las ciudades.