Dos semanas después de que un falso bando anunciase la apertura del pórtico de la catedral de Santiago del Casco Viejo de Bilbao, otra carta con la firma de la Diócesis de Bilbao.

El aviso está dirigida a los vecinos de "Alde Zaharra" y en la misma hace alusión al falso bando municipal que anunciaba el comiendo de las obras de retirada de las verjas de la Catedral. En este bando, que circula por los WhatsApps y ha aparecido pegado en paredes, en nombre de la Diócesis se comunica a los vecinos y vecinas que el espacio delimitado por verjas adyacentes al templo de Santiago "es propiedad única y exclusiva de la Diócesis de Bilbao, por lo que solo esta tiene potestad para decidir su uso".

Desde el Obispado desmienten que esta carta haya sido emitida por ellos y aclaran que se trata de otro falso bando que lleva la firma de la Diócesis que se asemeja al original, pero que aparece con un error en el nombre de la institución.

En otro de los puntos del falso comunicado se explica -en tono irónico- que no es labor de la institución eclesiástica "proporcionar espacios públicos al barrio, pues además de ir en contra del sagrado derecho al uso y disfrute de propiedad privada, es una única institución la que a día de hoy debe garantizar la misma y no lo hace: El excelentísimo ayuntamiento de Bilbao".

En la nota se expone que en la actualidad el espacio del pórtico cerrado es utilizado por los niños de la escuela pública Múgica y es intención de esta Diócesis seguir invitando a cuentos niños quieran acercarse a Dios como viene siendo costumbre de la iglesia desde hace siglos".

CAMPAÑA VECINAL

Todo apunta a que este nuevo escrito falso que circula por el Casco Viejo está relacionado con la campaña vecinal para tratar de llamar la atención de la ciudadanía y de la administración local ante distintos factores que, entienden estarían empujando a la "degradación" a esta céntrica zona de la capital vizcaina.

En el aviso fraudulento se recoge además que la Diócesis de Bilbao se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para que aclare y zanje "la absurda disputa a cerca de la nula propiedad de este espacio por parte de la ciudadanía" y afirme claramente que "el espacio es nuestro y haremos en él lo que en buena gana nos convenga y dejando claro que donde manda Dios, no manda el hombre. El pórtico es nuestro, no de los vecinos y para los vecinas".