Salud y justicia, dos palabras que abren un espacio para la esperanza cuando se conjugan, al igual que ocurre con otra pareja de moda: clima y justicia. El objetivo común es cambiar las reglas de juego y evitar las desigualdades. O dicho de otro modo, garantizar la igualdad en el acceso a los servicios sanitarios y a los recursos asistenciales.

Una misión que cobra mayor relevancia con una pandemia de por medio que ha agravado la brecha que ya había entre hemisferios, continentes, países, regiones, localidades e incluso barrios.

Las redes de Atención Primaria son fundamentales para avanzar hacia esa meta. Son un engranaje fundamental (profesional y cualificado) de una maquinaria revestida con un tejido asociativo que también cumple una función clave: ayudar y atender para educar y sensibilizar y que ninguna persona quede fuera del sistema.

Hasta 140 asociaciones de esta naturaleza conviven en el botxo y el Ayuntamiento de Bilbao ha querido dar visibilidad y agradecer el trabajo que despliegan a diario en todos los distritos de la villa.

Coincidiendo con el Día Mundial de la Salud (celebrado bajo el lema Construyendo un mundo más justo y saludable) la concejala de Salud y Consumo ha conducido el tradicional acto de reconocimiento público a la labor invisible y trascendental de todos esos colectivos y lo ha hecho sacando pecho "del excelente tejido asociativo que implica una mejor calidad de vida" para la población bilbaina.

Y más en un año complicado como ha sido este último, ha apostillado Yolanda Díaz quien ha querido compartir una reflexión personal: "Vivimos uno de los peores momentos, pero en el mejor sitio. Y acompañados de los mejores profesionales y entidades que trabajan en el ámbito sociosanitario".

Lo ha hecho poco antes de la entrega de la distinción simbólica a cuatro asociaciones (Bizitegi, Avifes, Cruz de Oro y Apnabi) y a la OSI Bilbao-Basurto homenajeadas en esta undécima edición. En representación de todas ellas han hablado Aitor Ipiña, gerente de Bizitegi, y la supervisora del centro de salud de Rekalde, Ana Zorrilla.

Ambos han agradecido este homenaje público y han apostado por mantener el trabajo en común y colaborativo con el Ayuntamiento de Bilbao y con otras agrupaciones. Un empeño que va más allá de la hoja de ruta establecida en el primer Plan de Salud de Bilbao (2019-2023) y que busca reforzar las alianzas para atender y sensibilizar. Y no solo entre colectivos vulnerables de la ciudad. Las miradas se dirigen a todos los niveles.

Ha dicho Ipiña que durante este año pandémico no han descansado en la atención a personas en situación de exclusión social y sin hogar. Porque su estado de salud es "significativamente peor que el del resto", ha subrayado. Por eso mismo, del éxito de sus programas comunitarios para promover una mayor autonomía y unos hábitos de vida saludables depende el futuro de un Bilbao más justo y saludable.

Una idea suscrita por Ana Zorrilla, quien ha expresado que la OSI Bilbao Basurto "tiene un único objetivo: trabajar juntos por la salud de la ciudad". Ha recordado que el virus sigue circulando y ha animado a seguir trabajando "en equipo y así poder ganar el derecho a volver a pasear a Marijaia por nuestras calles".

Los reconocimientos

Bizitegi. Por su actividad en Rekalde, Uribarri y Otxarkoaga, mejorando las condiciones de vida de personas en situación de exclusión social.

Cruz de oro. Por su trabajo en materia de rehabilitación del alcoholismo.

Avifes y Apnabi. Por su resiliencia ante una etapa de incertidumbre y el impacto de las experiencias traumáticas.

OSI Bilbao-Basurto. Por su esfuerzo y vocación ante una situación tan crítica como la engendrada por la pandemia.