María esperaba impaciente a Lucía, su primer bebé, pero en la 37ª semana de embarazo en una de las revisiones con el ginecólogo se dieron cuenta de que no había latido, por lo que no hubo más remedio que inducirle al parto. Lucía venía con cuatro vueltas de cordón umbilical y murió asfixiada antes de nacer. María necesitó terapia psicológica. "Tenía que transformar el dolor en amor". Su caso, por desgracia, es más habitual de lo que parece. Muchas familias se enfrentan a un doble duelo, el de la pérdida y el de la imposibilidad de tener un lugar en el que puedan recordar a sus hijos e hijas fallecidas antes de nacer o en los primeros días de vida. En Euskadi hasta ahora no había ningún lugar destinado al duelo perinatal. Ahora, el Ayuntamiento de Bilbao ha reservado un espacio en el cementerio de Derio donde tiene en proyecto crear una zona para ello.

Según las estadísticas, una de cada cuatro madres pierde el bebé que espera en las primeras semanas de embarazo, antes de dar a luz o a las pocas horas de nacer. En el Estado se calculan unos 2.500 casos al año. Familias privadas de un lugar de encuentro con sus "niños estrellas", que es como se refieren a ellos.

Según explica la concejala de Salud del Consistorio bilbaino, Yolanda Díez, "queremos facilitar ese derecho al recuerdo. Son niños que tienen una identidad para la familia que les ha estado esperando, pero socialmente su fallecimiento no es aceptado como una muerte. Por eso queremos darles la oportunidad de ese derecho al recuerdo".

El cementerio de Derio quiere ofrecer a estas familias ese lugar de encuentro del que carecen ahora. La idea es que esta zona de duelo esté en servicio antes del verano. El Ayuntamiento trabaja con el proyecto y con las familias, "porque creemos que son estas las que tienen que decidir lo que necesitan o lo que les gustaría encontrar en el camposanto". Será un lugar de recogimiento, un paso más para romper con un tabú contra el que luchan muchas familias afectadas.

El espacio

La zona que está siendo adecuada era un espacio extramuros en el que se ha hecho una intervención paisajística, se han colocado baños, rampas para mejorar la accesibilidad y se ha ubicado cerca de lo que se conoce en el campo santo como el jardín de los aromas. El director de Bilbao Zerbitzuak, José Antonio Fernández, detalla que será una explanada semicircular que acogerá una pérgola de madera en la que se quiere colocar plantas, como jazmín o madre selva.

Además, el proyecto tiene previsto construir un banco corrido, aprovechando el método constructivo de gaviones con piedras blancas. Las propias familias habían pedido la inclusión de este elemento.

Otro de los elementos será la colocación de un atril o escultura aún por determinar donde se grabarán los nombres de estos niños y niñas.

El Ayuntamiento trabaja este tema con gran sensibilidad y mimo para arropar, en la medida de lo posible a estas familias. De esta forma se ha pedido a BilboArte que seleccione a cinco artistas para que presenten su obra y ver cuál encaja mejor en este lugar de duelo. En todo caso, serán las propias familias las que decidirán el trabajo que más satisface sus pretensiones para este entorno.

María cree que este es un paso importante. Reino Unido y Holanda llevan la delantera en este tema, mientras que en el Estado Madrid y Barcelona ya cuentan con varios espacios de duelo perinatal en diferentes cementerios. Sin embargo, en Euskadi este será el primero, lo que lo convertirá en referencia para el resto de municipios vascos.

María se involucró en este proyecto por su propia experiencia. Cuando perdió a Lucía comenzó terapia psicológica. "Tenía que resurgir de las cenizas". A partir de recibir el tratamiento, su sensibilidad con este tema le hizo involucrarse más. Recibió formación en Barcelona y participó activamente en un grupo de familias que, como ella, comparten la pérdida de un hijo en estas circunstancias. Convenció a Iruña, la psicóloga con la que realizó el tratamiento y junto con Carmen, una doula o preparadora en los embarazos, comenzaron a reunirse. Primero, una vez al mes, y después, con más frecuencia, para compartir sus sentimientos y apoyarse ante la pérdida de lo que ellas denominan los "bebes estrellas". María tuvo a los cuatro meses a Julen, su "bebé arcoíris", porque "después de la tormenta llega la calma y después, Julia". Pero para ella Lucía siempre va a ser la hermana mayor.

También en el Registro Civil están previstos cambios legales para poder inscribir al bebé que haya superado los seis meses de gestación en un apartado específico del libro de familia. En estos momentos solo es posible registrar a un bebé cuando ha superado las primeras horas de vida. En los hospitales no existe un criterio unificado a nivel estatal para acompañar en el duelo a las familias que sufren la pérdida de un hijo antes de nacer.

Datos

Espacio. La zona que está siendo adecuada era un espacio extramuros en el que se ha hecho una intervención paisajística, se han colocado baños, rampas para mejorar la accesibilidad y se ha ubicado cerca de lo que se conoce en el camposanto como el jardín de los aromas.

Escultura. Otro de los elementos será la colocación de un atril o escultura aún por determinar donde se grabarán los nombres de los niños que no llegaron a vivir. El Ayuntamiento trabaja este tema con gran sensibilidad y mimo para arropar, en la medida de lo posible a las familias afectadas. De esta forma ha pedido a BilboArte que seleccione a cinco artistas para que presenten su obra y ver cuál encaja mejor en este lugar de duelo.

Fechas. El Ayuntamiento de Bilbao tiene aprobada una partida presupuestaria para acondicionar este espacio en el que ya trabajan los técnicos. La pretensión es que esté terminado y en condiciones de funcionar para el verano.

"Tenía que transformar el dolor en amor y comencé a formarme en el duelo perinatal"

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