A suspensión de Aste Nagusia y las fiestas de las localidades vascas está pasando una cara factura a los grupos y bandas de música, incluidas las de romería, que centran el grueso de su recaudación anual en el periodo veraniego. Los músicos y promotoras consideran desolador el paisaje actual, con una disminución de ingresos que roza el 90%. "Es una puta ruina, sin meses de ingresos y con ERTES. Hasta 2021 no hay nada que hacer, este año está ya perdido", coinciden. "Hay que cuidar la salud, pero sin morir de tristeza", indica con resignación el guitarrista de Gatibu, Haimar Arejita.

Conciertos a través de streaming y redes sociales, algunos de pago, presentaciones en formatos reducidos y acústicos, conciertos puntuales y al aire libre€ No hay una fórmula única para este verano complejo del coronavirus en el caso de la música. Incluso, algunos grupos y artistas llevan ya medio año sin subirse a un escenario, caso de los grupos de verbenas y romerías. La suspensión de las fiestas patronales, incluida Aste Nagusia en Bilbao, ha abocado a muchos artistas y técnicos a no ingresar ni un euro. En el caso de la capital bilbaina, el Ayuntamiento suele destinar a los conciertos aproximadamente el 40% de sus 2,5 millones de euros de presupuesto festivo, aunque "la cantidad puede ascender o descender, según el año", según fuentes municipales.

Gatibu deberían estar embarcados estos meses en la gira Bixotzetik, con la que tenían previsto conmemorar su vigésimo aniversario de exitoso rock euskaldun. No es el caso. La pandemia obligó a suspender su arranque en Bilbao -en marzo, en el Bilbao Arena de Miribilla-, y ahí siguen, ensayando para algún concierto acústico ocasional como el de esta semana en Etxarri Aranatz. "La gira iba a pasar también por Francia, localidades de Euskal Herria y comunidades estatales como Galicia y Catalunya", lamenta su guitarrista, Haimar Arejita.

"Ha sido un palo tremendo, los ingresos se han reducido casi a cero. Aunque nosotros no somos un grupo exclusivamente de veranos, sufrimos la caída de las fiestas y poder tocar en algún festival y en los conciertos mayoritarios y de calidad de las capitales", explica el músico vizcaino. Desde el final del confinamiento, Gatibu ha ofrecido dos conciertos para BBK y un grupo de comunicación, y alguno más en formato acústico. "Prácticamente no hemos tocado, esas citas son anecdóticas, formatos para reinventarnos y de emergencia, para poder tocar algo. Los ingresos se han reducido casi a cero", critica el músico de Gernika, para quien "es lamentable la desaparición de las fiestas porque hay que cuidar la salud, sí, pero no morirnos de tristeza".

Igual situación complicada vive el trikitilari jarrillero Xabi Aburruzaga, que se ha visto obligado a cancelar la gira internacional de presentación de su último disco, Bost. "Aunque todavía no tenemos cifras concretas, en mi caso hemos perdido más del 90% de las contrataciones", lamenta. Además, considera que 2020 era "un año especial" porque el nuevo álbum es, probablemente, "el mejor que haya hecho nunca", lo que había originado conciertos cerrados en Estados Unidos, Argentina y Canadá, además de en varias ciudades de la Península. "Las pérdidas van a ser enormes, pero hay que tirar hacia adelante", indica resignado.

Comprensible

A grandes problemas, grandes remedios. Jon Gómez, cantante de Oxabi, banda de romería euskaldun, nos atiende desde la playa, en Girona, disfrutando de sus primeras vacaciones estivales en 14 años, aunque el grupo debería haber estado estos días animando las fiestas de Gernika y Getxo. En total, suelen hacer 40 romerías al año, la mayoría en verano. Este año, cero. "Somos siete músicos, una docena de personas en total, sumados los técnicos. Nosotros tenemos trabajos alternativos, pero los técnicos viven, sobre todo, de los conciertos veraniegos y del grupo; lo están pasando muy mal", indica Jon.

Oxabi dejará de ingresar más de 100.000 euros esta temporada, ya que cobra 3.000 limpios por romería, sin sumar equipo ni IVA. "Somos la romería más cara de Euskal Herria porque las afrontamos como conciertos destinados a la gente más joven y euskaldun", indica el cantante, también intérprete de gaita, txistu y txirula. Este año, la chavalería no bailará al son de temas propios como Espero dena, clásicos como Ikusi mendizaleak y versiones de Gatibu, Berri Txarrak, Vendetta, La Pegatina. La M.O.D.A. o Zetak. "La temporada está perdida porque los Ayuntamientos tienen miedo y no contratan. A nosotros nos duele por las pérdidas económicas y el mono que tenemos de tocar, pero entendemos que seremos los últimos en volver. Lo nuestro es festivo y lúdico, busca el baile y la juerga. No se puede seguir sentado", concluye Jon.

Detrás de los grupos y artistas están las promotoras como Baga Biga Produkzioak, también sello discográfico. Su facturación bajará "en torno a un 80% este año", según su portavoz, Ritxi Aizpuru. "Para los que nos dedicamos a la cultura, su situación asintomática y la evolución que está sufriendo tiene importancia. La cultura cada vez vale menos, y estaremos todavía peor con el estado de alarma sanitaria. Pero no busquemos la patología del virus en la cultura", reclama.

En opinión de Aizpuru, "la cultura musical necesita aire y que la cuidemos porque la cultura es política, economía y salud; no se puede cerrar ni confinar", hay que responder como sociedad a muchas preguntas: ¿cómo quedará la red musical tras superar el estado de alarma sanitaria?, ¿veremos la homeostasis de la música o aún irá más abajo?, ¿cuándo tendrá la música en directo una situación equilibrante y plena de público?

Una ruina

Tras Oxabi y muchos otros grupos de romería y verbena está Gazteok Management Kultur Lana, que cuenta también con otra empresa de sonido, Neutroson. "Ambas empresas están con todos sus trabajadores en ERTE desde marzo. Hemos recibido ayudas, sí, pero los fondos ICO sirven para ir pagando los créditos. Esperemos que se amplíen hasta final de año porque si no€ Y eso que el pago a la Seguridad Social ya empezamos a tener que pagarlo en parte nosotros", lamenta Jon.

El portavoz de Gazteok define como "una puta ruina" el verano actual. "No hemos ingresado casi nada de nada, ya que las fiestas y, por tanto, las verbenas se han suspendido todas. Hemos hecho alguna cosa concreta con bertsos y actividades musicales e infantiles en Etxebarri y Zaldibar, en una carpa y un frontón, con control de aforo. Pero los Ayuntamientos se asustan y no contratan, además de que este tipo de actividades resultan más caras que las verbenas habituales por los exigentes controles", explica Jon, para quien en 2021 "habrá que devolver los ICO. Deberían darnos un año más ya que no hay nada más que hacer este año", concluye.

Pérdidas millonarias

En Producciones Serrano sufren los efectos del covid-19 desde marzo, cuando se vieron obligados a suspender los conciertos de Musiketan, la programación del Olalde Aretoa de Mungia y el ciclo de fado de BBK "casi en su integridad". Y ahora, llega Aste Nagusia, donde la previsión era poder firmar a cuatro artistas. "Se ha cerrado todo aunque Anne Etchegoyen y Eñaut Elorrieta, debido a sus ganas y su capacidad de reinvención, han ofrecido cuatro conciertos. Veremos qué pasa en septiembre, pero las pérdidas son millonarias. Excepto yo, imagínate el resto de la plantilla, que son autónomos", explica su portavoz. "La situación es lamentable porque el trabajo de la temporada estaba casi cerrado en marzo, pero no me apetece quejarme; hay que demostrar que seguimos aquí", concluye.

"Es lamentable la desaparición de las fiestas por cuidar la salud, sí, pero no morirnos de tristeza"

Guitarrista de Gatibu

"No tenemos todavía cifras concretas pero he perdido más del 90% de las contrataciones"

Trikitilari

"Los técnicos viven de los conciertos veraniegos y del grupo; lo están pasando muy mal"

Cantante de Oxabi