APAGAN fuegos y encienden vidas, así son los Bomberos de Bilbao. Dos veces al año intentan que los niños y niñas del hospital de Basurto se olviden de su enfermedad y sean, por unas horas, bomberos y bomberas. Cascos rojos y trajes de intervención sustituyeron ayer a las blancas batas médicas.

En una mañana cualquiera de junio, una decena de profesionales convirtieron la explanada del Pabellón San Pelayo, el área Pediátrica del Hospital, en un escenario de espectáculos. El descenso en rápel con cuerda desde la cesta de la autoescala no pudo dejar más asombro en las caras de los pequeños. Los bomberos intentaron demostrar así la importancia de realizar simulacros para mejorar futuras actuaciones.

Al ritmo de “bat, bi, hiru”, los pequeños disfrutaban viendo cómo los profesionales saltaban a la comba uno a uno y a la doble comba con las mangueras, ejercicios que componen sus sesiones de entrenamiento. Mientras los bomberos explicaban que para ejercer su oficio hay que estar “en forma” y “coordinado”, entre risas se escuchó: “¡Y hay que comer sano!”. Parece que los chavales están bien enseñados. “¿Qué hay que hacer si ves un peligro?”, les preguntaron. Los niños, de nuevo, no tuvieron ninguna duda acerca de cuál es el protocolo de actuación: ponerse a salvo y llamar al 112.

“Apagan fuegos” o “ayudan a la gente” son algunas de las razones por las que esta profesión es para los pequeños una referencia. Santiago Iglesias, presidente de la Asociación Deportiva y Cultural de Bomberos, recomienda a la juventud que estudie, que “hacer deporte es importante”, pero lo mejor es que antes de presentarse a una oposición, hayan ejercido “un oficio” y “sepan manejarse con diferentes herramientas”.

A medida que se acercaba el final del espectáculo, los profesionales dejaron de ser los protagonistas. Basta de malabares y trucos con cubos y sillas. Era el turno de que la futura generación tomara las riendas: los profesionales colocaron unas dianas para que los pequeños las alcanzaran con el agua de las mangueras.

Para los pequeños pacientes que no pudieron salir de la habitación, los bomberos también tenían algo preparado: más ilusión. Aunque los obsequios que recibieron los niños y niñas puede que tuvieran un precio, verles disfrutar y participar no lo tuvo.

POR AMOR AL ARTE Este evento que se realiza dos veces al año, una en junio y otra en diciembre, se enmarca dentro de los actos que tiene previsto la OSI Bilbao Basurto (Organización Sanitaria Integrada) para los 365 días del año. Sin embargo, los bomberos cumplen esta acción solidaria por “amor al arte”, una iniciativa para ayudar a los más vulnerables: menores enfermos pero también ancianos.

A pesar de que el trabajo de bombero requiere una jornada laboral de 24 horas, los profesionales de Bilbao sacan tiempo para estos eventos. “Es una experiencia más gratificante, pero hay que hacer las dos cosas”, confiesa Santiago. Los bomberos de Bilbao demuestran así que son héroes fuera y dentro del servicio.