BILBAO - El primer expediente de ayudas tramitado en la sociedad para la rehabilitación de Bilbao, Surbisa, desde su inicio en 1985 fue en la calle Askao 21. Se reformaron la cubierta, fachadas, estructura, patios y escaleras por un importe de 9 millones de pesetas de aquella época de las que se subvencionó un millón. Han pasado 34 años y Surbisa ha ampliado su actuación a otras zonas de Bilbao. El año pasado, sin ir más lejos, la inversión fue de 8,7 millones de euros y las ayudas ascendieron a 1,5. Más de 1.500 familias se beneficiaron mejorando sus viviendas. Bilbao se rejuvenece cada año con intervenciones cada vez más modernas.

Los primeros trabajos vinieron a resolver problemas que, en muchos casos, eran de infravivienda. Casas sin aseo ni cuarto de baño, humedades o estructuras de madera que hacían peligrar los inmuebles.... “Se abrían ventanas en medianera e incluso en algunos casos hacíamos rehabilitaciones muy importantes”, apunta Marta Ibarbia, directora general de Surbisa. “Diría que desde la crisis económica, que hubo mucho bajón de fuerza inversora, nos adaptamos más a cuestiones prioritarias. En eficiencia energética, por ejemplo, no estamos forzando mucho y vamos acompasándonos a lo que las comunidades pueden”, agrega.

Poco a poco las actuaciones han ido paliando las situaciones más graves y algunos de los trabajos que se realizan ahora se puede decir que son más sofisticados. La comparativa de estos años en los que Surbisa ha intervenido en los edificios del Casco Viejo y Bilbao La Vieja refleja cómo, en paralelo a esas actuaciones, ha ido disminuyendo el número de edificios en los que todavía tienen algo mal y por tanto necesitan de la intervención de esta sociedad.

Así, por ejemplo, en los últimos años el Casco Viejo ha pasado de tener un 14,43% de sus edificios con algo mal y con necesidad de actuación, a en 2019 ser un 7,3% los edificios en esta situación. Lo mismo ocurre en Atxuri que han pasado de un 8,5% a un 3,6% los edificios que precisan de alguna reforma; o Solokoetxe, que ha pasado del 32% al 10,71%. En aquellos casos en los que el porcentaje se ha invertido al alza, explica Ibarbia, se debe “a que en este tiempo no se ha realizado ninguna intervención y se ha podido producir un mayor deterioro”. En este caso estaría Iturrialde que pasa de un 12% al 18,33% el porcentaje de viviendas que precisan de rehabilitación.

“A través de la rehabilitación física de las viviendas y edificios con criterios de accesibilidad y eficiencia energética y de la mejora urbanística el objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas que residen en las zonas más desfavorecidas”, señala la directora de Surbisa. Así, la sociedad concedió 1.520.000 euros en ayudas económicas en 2018 y logró que el Gobierno vasco subvencionara actuaciones de rehabilitación por un importe de 1.227.000.

El apoyo se canaliza de distintas maneras. Destacan las ayudas económicas a familias en situación de vulnerabilidad para costear las obras, con más de 310.000 euros de ayudas. Les siguen las ayudas a favor de los edificios residenciales para garantizar su debida conservación y su accesibilidad, con 77.000 euros. Y las ayudas a comunidades propietarias para realizar obras de mejora de la eficiencia energética en los edificios y de puesta en valor patrimonial fueron 244.000 euros. Por zonas, el Casco Viejo y el barrio de La Cruz son los que más subvenciones han tramitado. “Seguimos apostando por la rehabilitación y cohesión de los barrios más desfavorecidos”, dice Ibarbia.