Bilbao - El área de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao tiene ya cerradas las líneas generales de cómo quedará el nuevo trozo de ciudad que se creará sobre la estación soterrada del TAV que se construirá en Abando y cuyo estudio informativo fue publicado en el BOE el martes.

Uno de los principales datos concretados es que el número de viviendas será de 1.050, de las cuales un 40% como mínimo serán pisos de protección pública, la mitad de ellos, de protección oficial (210), y el otro 50%, de precio tasado. Las restantes 525 residencias saldrán a precio de mercado. La cifra de 1.050 podrá variar algo en función de cómo se distribuya la edificabilidad prevista en pisos de mayor o menor superficie.

Este decisión, junto a otras similares tomadas con anterioridad, fueron dadas a conocer al Consejo Asesor de Planeamiento municipal, el órgano que reúne a distintos colectivos vecinales y asociaciones de la ciudad, en la denominada Modificación Estructural del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en la estación de Abando. Este cambio pretende adelantar los contenidos del nuevo PGOU para que coincidan las terminaciones del plan viejo y el del nuevo y facilitar así la tramitación que se pueda impulsar. El concejal de Urbanismo, Obras y Servicios, Asier Abaunza, informó de estas determinaciones básicas, que necesitan ser concretadas ya para poder iniciar el Plan Especial en caso de que en los próximos dos años haya oportunidad de ello.

Un próximo desarrollo urbanístico al detalle con el que se sacará ya la foto final de cómo quedará la gran explanada a generar una vez sean soterrados los andenes actuales y desaparezca la extensa playa de vías que se ve desde el puente de Cantalojas. En este Plan Especial se verá cómo quedan y qué forma tendrán las manzanas de los edificios, si son cerradas o abiertas, por ejemplo, y siempre ubicadas en los laterales de la pastilla urbanística, ya que por encima del cajón ferroviario no se podrá construir bloque alguno. Así se prevé perimetrar seis grandes parcelas edificables, dos en el lateral de la calle Hurtado de Amézaga y cuatro en paralelo a la calle Bailén.

También se determinará cuáles son los volúmenes de los bloques, si se levantarán varias torres estilizadas, generando con ello más espacio libre a su alrededor, o se opta por edificios más bajos ocupando más huella en la superficie.

Así mismo, se concretará por dónde se desarrollarán las dos arterias que atraviesen la explanada y que servirán para conectar la zona del Ensanche con la de San Francisco y Bilbao la Vieja. Los primeros planos dados a conocer en el reciente Estudio Informativo sitúan estos nuevos recorridos para vehículos y peatones en la prolongación de las calles Padre Lojendio y Bertendona.

En las franjas laterales Además de las construcciones que se asentarán en las dos franjas laterales, en paralelo a las dos calles referidas, también habrá que definir la configuración del parque central que se generará encima del cajón ferroviario y todas las conexiones con el resto de la ciudad.

Según ha podido saber DEIA, el área de Urbanismo ya trabaja con algunos borradores al respecto, pero este plan al detalle tiene que ser negociado con el Gobierno central, ya que es el Ministerio de Fomento el propietario de la gran parcela de 128.485 metros cuadrados sobre la que se asentará el nuevo pedazo de Bilbao.

Esta extensión es otro de los datos importantes concretado en esta modificación estructural del PGOU referida a la estación de Abando, junto a que el uso característico principal de la operación será el residencial acompañado de algunos usos económicos.

Así, la edificabilidad urbanística sobre rasante de todo el área será de 123.000 metros cuadrados, de los cuales 105.000 albergarán viviendas, mientras que 18.000 metros cuadrados irán destinados a usos productivos y comerciales. Una superficie está última que casi seguro optará por albergar más oficinas que, por ejemplo, zonas con tiendas.

Desde el Ayuntamiento constatan que puede haber más interés por un espacio de grandes superficies que alberguen sedes corporativas de empresas. Además de la centralidad general que supone Abando, ubicarse en un nodo de transportes tan importante como será la futura estación intermodal es muy atractivo para las empresas.

También barajan la opción de que no haya que esperar hasta el final de las obras de soterramiento de la estación para iniciar las obras de urbanización. El proceso en cuatro fases que se desarrollará podrá permitir actuar en la zona de Bailén que será la primera en quedar liberada.

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