Bilbao - Las escaleras mecánicas que transformarán la forma de moverse por el interior del Palacio Euskalduna estarán instaladas para Aste Nagusia. Quizá no en funcionamiento, aunque sí lo estarán para el congreso más grande que acogerá el equipamiento a partir del 9 de septiembre. Para esa fecha, el Palacio habrá completado las ambiciosas obras de reforma que acometerá con motivo de su vigésimo aniversario y que incluirán además de una nueva accesibilidad, la habilitación de un jardín inglés en las terrazas, la reforma de varias salas, nueva señalización y el cambio de las denominaciones de salas y zonas del auditorio. “Es un proyecto que contribuye a hacer que el edificio sea aún más funcional, tenga mayor capacidad, sea más amigable, nos orientemos mejor y, lo más importante, más adecuado y más cómodo para todas las personas que nos acercamos al Euskalduna”, destacó la diputada de Euskera y Cultura, Lorea Bilbao, que presentó los trabajos que tendrán lugar durante el próximo verano, junto al director del Palacio, Andoni Aldekoa, y el arquitecto que lo diseñó, Federico Soriano.

Una de las principales actuaciones que acometerá el Palacio será instalar seis escaleras mecánicas en el vestíbulo principal, de forma que sea más fácil y rápido para los visitantes moverse por el interior. Serán tres juegos de dos escaleras cada uno -una de subida y otra de bajada- que conectarán las puertas de acceso desde la explanada principal con la zona de acreditación y cafetería, y desde aquí al hall de congreso inferior y a la entrada principal del auditorio, el denominado Vestíbulo Ópera. Junto a ello se demolerán cuatro tramos de escaleras y dos rampas, lo que permitirá crear un hall más amplio, al conectar las entradas de la explanada principal y las de la zona de taquillas.

“Las escaleras mecánicas nos permitirán manejar los enormes flujos de personas que tiene el Palacio de un lugar a otro de una manera rápida y efectiva, y generar una mayor transparencia y comunicación de los espacios de la zona de ópera y de congresos”, explicó Federico Soriano, quien mostró su satisfacción “por seguir trabajando en un edificio vivo que se adapta a los tiempos y responde a las nuevas demandas de la sociedad”. Y es que, cuando se diseñó el edificio, se hizo con dos funciones muy diferenciadas, congresual y operística, de forma que cada una de las zonas contaba con accesos directos y, aunque abiertas entre sí, no resulta fácil moverse de una a otra. Sin embargo, la propia actividad del Palacio ha demostrado que es necesario una mayor fluidez entre los diferentes espacios: los congresos no se limitan ya a una sola sala, sino que organizan varios actos en diferentes espacios, y la propia actividad congresual, que en un primer momento se consideró casi residual, ha ido ganando un peso muy importante en el día a día.

Jardín inglés en las terrazas Por otra parte, se habilitará un invernadero con aspecto de jardín inglés en una de las zonas de terraza ahora en desuso, sobre el restaurante Eneko Bilbao. Se trata de un espacio “residual en la cubierta con un gran potencial”, reconoció Soriano. Se instalará una cubierta ligera y un gran ventanal mirando a la ría, que se podrá abrir o cerrar, y estará decorado con árboles metálicos con hojas de vidrio, algunas de las cuales tendrán iluminación integrada. Contará con un acceso directo desde el exterior, además de con los vestíbulos superiores y el restaurante.

Por otra parte, también la sala E de congresos también será sometido a un completo lavado de cara. Si ahora está configurada como un gran cubo opaco, se le dotará de una puerta de acceso desde el exterior, una gran fachada de vidrio que la dotará de la misma luminosidad de la que hace gala el resto del equipamiento y puertas de vidrio móviles que permitirán abrir el espacio. Una nueva salida de emergencia en el Hall Barria permitirá aumentar el aforo de este espacio y se crearán nuevas salas de acreditaciones que podrán usarse como despachos.

Las obras se desarrollarán en varias fases, entre los meses de julio y la primera quincena de agosto, aprovechando el parón estival en la actividad del Palacio. El grueso de la obra estará finalizado para Aste Nagusia, a falta de algunos retoques, incluidas las nuevas escaleras, aunque quizá no esté aún en marcha. Las obras tendrán un coste de 2,8 millones de euros.