Bilbao - Save the Children presentó ayer en Bilbao un informe donde aseguran que 420 millones de menores viven en países donde se está viviendo una guerra “cruel contra ellos”, de los cuales 142 millones de menores viven en zonas de alta intensidad de conflicto. Una cifra que en tan solo tres años se han visto afectados 30 millones de menores más que en 2016. “Los menores se han convertido en un objetivo de guerra en los conflictos armados”, aseguró ayer Eva Silvan, directora de Save the Children en Euskadi.

Precisamente, este informe fue presentado ayer de manera simultánea en diferentes países con el objetivo de que los gobiernos que participan en la conferencia sobre la seguridad, que se celebra esta semana en Munich, tuviesen el informe entre sus manos. “Las guerras han cambiado y ahora sitúa a la infancia donde nunca antes lo había hecho: en una terrorífica primera línea de fuego”, afirmó ayer Silvan.

El informe revela que los 10 países en los que la infancia ha sido más castigada son Afganistán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Irak, Mali, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen. En estos países, al menos 870.000 personas murieron entre 2013 y 2017 por las consecuencias indirectas de la guerra, como la desnutrición, las enfermedades o la falta de agua, saneamiento y atención sanitaria. Del total, 550.000 eran menores de cinco años.

“Desde hace más de 20 años los menores congoleños viven un infierno. Un infierno muy horroroso”, explicó Gustave Kiansumba, un activista congoleño que ayer se encargó de poner voz a los menores que están viviendo en zonas de guerra. “Lo que hemos vivido y lo que están viviendo los menores desestabiliza su futuro porque no van a la escuela y son reclutados por el grupo armado”, explicó Kiansumba. Y añadió: “Hoy en el Congo tenemos todos portátiles, pero portátiles de sangre. Son menores que están trabajando con un salario de menos de 50 céntimos. Es una forma de esclavitud que se calla la opinión internacional. La guerra que tenemos no es una guerra que nosotros hemos creado, es una guerra que nos han traído”, denunció el activista.

Por su parte, la directora de Save the Children Euskadi aseguró que estos conflictos cada vez perduran más en el tiempo y los combates en zonas urbanas de la población civil provocan cada vez más muertes y lesiones entre los menores. Precisamente, una organización como Save the Children es testigo de las “enormes” secuelas psicológicas y físicas que sufren hoy en día los menores en los países en guerra. “Cada vez mueren más en primera línea de batalla. Sufren enfermedades que hasta ahora eran evitables, se mueren de hambre y cada vez es mayor el número de menores que no pueden ir a la escuela en zona de conflicto. Debería avergonzarnos que el año pasado se haya registrado un aumento del número de violaciones graves de los derechos de los menores en los conflictos armados. Vivimos en la era de la guerra contra la infancia y eso es una realidad”, indicó muy segura Silvan.

Daño a la infancia Precisamente, el director de programas Internacionales y Humanitarios de Save the Children, David del Campo, asegura que a día de hoy “mueren más niños que militares” porque “las guerras van dirigidas a hacer daño a la población civil y especialmente a la infancia”. En el informe se pueden encontrar historias como la de Ismael, de Yemen, un niño que con 10 años vio cómo un autobús escolar fue bombardeado con sus compañeros en el interior; o como Olha, una niña de Ucrania occidental de 4 años que casi perdió la vida cuando ella y su mejor amiga recogieron una mina del suelo pensando que era un silbato; o la de Asma, una niña de Siria, cabeza de familia que, tras el asesinato de su madre, tuvo que huir con sus hermanos buscando refugio; Fahad, un chico de Mosul de 12 años, vio cómo bombardearon su escuela, que quedó totalmente destruida, arrebatándole su derecho de poder acudir a la escuela.

Por ello, con la campaña No a la guerra contra la infancia, Save the Children tiene como objetivo recoger firmas para exigir al Gobierno que suspenda “de manera inmediata” el comercio de armas a países en conflicto. “Pedimos a la ciudadanía que nos apoye en esta recogida de armas, que el Estado, Europa y el mundo debe parar de comercializar con armas que van destinadas cada vez más a acabar con la vida de los menores”.