Basauri - A falta de menos de una semana para que comiencen los Sanfaustos basauritarras, estos últimos días están siendo un no parar para Begoña Frutos, presidenta de Herriko Taldeak, y sus compañeros en la junta. Desde comienzos de este año, la joven basauritarra preside la coordinadora de las cuadrillas festivas del municipio y el trabajo en estos días previos parece multiplicarse. “Son un millón de cosas, muchas más de las que uno imagina a priori así que hay momentos de estrés e incertidumbre por si se nos escapa algo”.

Tal y como cuenta Frutos, “a nivel personal asumí la presidencia como un reto y desde luego lo está siendo. Todo este año está siendo un aprendizaje constante en gestión y resolución de problemas e imprevistos y las fiestas serán sin duda mucho más especiales por todo ello”. No duda de que ese trabajo de todas las personas implicadas merecerá la pena si la gente disfruta de las fiestas. Pero esa implicación y las ganas de trabajar en favor de la vida social y cultural del pueblo va en el ADN basauritarra y según Frutos el estar en una cuadrilla, el participar, “es algo que se mama desde pequeña”. La presidenta de Herriko Taldeak es miembro de la directiva de su cuadrilla, Itsaslapurrak, y anteriormente ya estaba en la junta de la coordinadora de cuadrillas.

Para ello solo se autoimpone una norma, y es la de “tener ganas de implicarse, de currar”. Para Frutos, las de Basauri son sin duda “las mejores fiestas del mundo” y desde pequeña las ha vivido como tal. “Si preguntas a mis amigos y familia te dirían que siempre me gustaron las fiestas y todo el jaleo interno que conllevan”, por lo que siempre ha sido de alguna cuadrilla. Primero fue del Txikerak pero desde 2005 pertenece a la cuadrilla Itsaslapurrak.

Según cuenta, “escogimos esa cuadrilla entre unas cuantas amigas que cada una estaba en una y nos apetecía juntarnos en la misma para poder hacer más cosas juntas y decidimos apuntarnos al Itsaslapurrak”. Una de las razones es que “era una lonja a la que acudíamos mucho, por lo que nos pareció una buena idea”. Desde que se eligiera la nueva junta y a Frutos como presidenta, “no hemos parado de trabajar en las fiestas prácticamente desde que salimos elegidos a finales de febrero”.

Desde entonces el trabajo ha ido creciendo a medida que se acercaban las fiestas. Sin duda, este último mes ha sido “el pico de trabajo, donde hay que ir rematando todos los detalles”. En cuanto a su cargo y el vivir las fiestas comenta que “esta semana tendré que realizar varias intervenciones en público que desde luego imponen, pero las cojo con gusto e intentaré hacerlo lo mejor posible y sobre todo disfrutarlas al máximo”.

Además, hasta ahora siempre ha vivido las fiestas a tope pero con su nuevo cargo cree que la manera de vivirlas cambiará, no solo por lo actos a los que acudes, sino porque además inevitablemente tienes un sentimiento de responsabilidad y de orgullo al mismo tiempo que hacen que las fiestas se vivan de otra manera más intensa y desde dentro”. Esa ilusión puede resumirse en una frase “que he escuchado a todos los anteriores presidentes y presidentas, y es que todo este jaleo siempre merece la pena”, cuenta. En los dos años que tiene por delante como presidenta, espera “mantener y cuidar el espíritu y su modelo festivo pero a la vez, dar un pasito más allá haciendo de Herriko Taldeak una asociación cada vez más sostenible, respetuosa con el medio ambiente, solidaria y feminista. Lograr ese equilibrio entre la tradición y adaptación, ser capaces de reinventarnos sin perder nuestra esencia”.

De poder recuperar algún acto especial “me gustaría las siempre reclamadas goitibeheras, ya que nunca llegué a vivirlas. Pero en realidad lo bueno de Basauri es que no necesita de ningún mega acto para brillar con luz propia, es la gente con sus trajes, el zurra, las lonjas decoradas con tanto mimo, llenando las plazas y las calles lo que hacen que Basauri tenga sin duda las mejores fiestas del mundo”.