La mortalidad por cáncer de mama en Bizkaia desciende un 2% en una décadaIrekia
El cáncer de mama es la causa de muerte por esta enfermedad más frecuentemente diagnosticada en las mujeres en el mundo. Con el objetivo de reducir el número de casos y tratar lo mejor y lo más rápido posible a las personas afectadas, Osakidetza trabaja desde 1995 con un programa para detectarlo de forma precoz.
Relacionadas
Además, debido al aumento de casos entre los 40 y los 49 años, el Gobierno vasco ha reducido a los 48 la edad de participación en los cribados del cáncer de mama. En este sentido y tras la crisis de cribados de cáncer de mama ocurrida en Andalucía, este periódico ha hablado con Koldo López Guridi, médico de cribados de Osakidetza, para conocer cómo funciona el Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama (PDPCM) y los plazos que se manejan a la hora de informar a las mujeres. “Existen varios mecanismos de control para garantizar que el programa de cribados funcione bien y evitar que ninguna mujer se quede sin ser notificada”, explica.
En Bizkaia los casos diagnosticados se comprenden en una edad media de 63 años. Según los datos ofrecidos desde el Departamento de Salud del Gobierno vasco, entre 2012 y 2023 la mortalidad por cáncer de mama femenina en el territorio ha disminuido con un porcentaje de cambio anual de un 2%. En cuanto a la mortalidad por cáncer de mama femenina en el quinquenio 2019-2023, 1.591 mujeres fallecieron por esta causa en Euskadi, siendo el carcinoma ductal infiltrante el tipo de tumor más común (el 78% del total).
El programa de cribado de cáncer de mama de Osakidetza, iniciado en 1995, ha realizado más de 2,5 millones de exploraciones desde entonces, logrando diagnosticar cerca de 13.000 tumores, de los que en el 84% de los casos ha sido posible realizar un tratamiento conservador. En 2024 se detectaron 715 cánceres, la mayoría en estados muy precoces y con buen pronóstico en mujeres de entre 50 y 69 años, y mujeres de entre 40 y 49 años con antecedentes familiares de cáncer de mama de primer grado. Un síntoma de que el programa sigue funcionando desde su puesta en marcha hace 30 años.
¿Cómo funciona el programa?
Según explica Koldo López Guridi, el proceso comienza con el envío de una carta al domicilio de todas las mujeres de 40 años. En dicha comunicación se les pide que, si existen antecedentes familiares, lo notifiquen a Osakidetza. Aquellas que no cuenten con antecedentes en este sentido, serán invitadas de nuevo entre los 50 y los 52 años ya con una fecha y una hora concretas para realizarse la primera mamografía en las unidades de detección. Posteriormente, desde Radiología se emite un informe y en caso de requerirse una revalorización o pruebas adicionales, se cita a la mujer en su hospital de referencia.
Mamografías: criterios de realización
Mujeres sin factores de riesgo. En este caso se realizará una mamografía bilateral con carácter bienal a las mujeres de entre 50 y 69 años dentro del Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama (PDPCM). No se realizan mamografías de cribado en mujeres asintomáticas a partir de los 70 años.
Mujeres con factores de riesgo. Para la valoración en el caso de las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama y ovario se deben considerar únicamente los familiares de una misma rama (materna o paterna), de primer (padres, hermanos, hijos) y segundo grado (abuelos, nietos, tíos, sobrinos y medio-hermanos). En este caso se diferencia entre tres niveles de riesgo que abarcan diferentes criterios de inclusión: riesgo poblacional, riesgo moderado, riesgo potencialmente alto y riesgo alto diagnosticado.
Una vez dados los primeros pasos, comunes para todas las mujeres, el médico de cribados de Osakidetza explica que “a partir de ahí cada caso sigue un proceso especializado según las necesidades específicas de cada mujer”. Aunque el Programa de Cribado, Diagnóstico y Seguimiento de la Mama está dirigido principalmente a mujeres de entre 50 y 69 años, el Gobierno vasco ha rebajado la edad de participación a los 48 años por el aumento de casos detectados en la franja de 40 a 49.
En lo que a plazos de comunicación y realización de pruebas se refiere, varían en función de las pruebas a realizar, pero en general “no superan las dos semanas”. En el caso de los informes radiológicos realizados tras la mamografía, los resultados se conocen en un plazo inferior a las dos semanas. De igual manera, en caso de ser necesaria una revalorización, esta llega en menos de 14 días desde la realización de la mamografía. En el caso de la cita en el hospital de referencia después de las pruebas adicionales, el tiempo de espera es menor a los diez días. Koldo López Guridi asegura que aunque esta es la tónica general, “en casos puntuales pueden ser necesarias pruebas o evaluaciones adicionales que lleven a plazos más largos, dependiendo del proceso individualizado de cada mujer”.
Protocolos de seguridad
Para garantizar que se respeten los plazos de comunicación y realización de pruebas, Osakidetza cuenta con un protocolo que incluye varios mecanismos de control. Además, desde su creación en 1995, el Servicio Vasco de Salud trabaja de manera continua en la mejora y reducción de los plazos. En este sentido, López asegura que “los avances en los sistemas informáticos han sido claves, permitiendo un mejor seguimiento y monitorización de los casos”. El médico de cribados de Osakidetza apunta que “la Unidad de Coordinación se reúne semanalmente con las diferentes unidades de detección para hacer seguimientos conjuntos”. De igual manera, se realiza una monitorización y vigilancia posterior de cada caso. Para evitar errores o retrasos en la comunicación con las pacientes, Guridi explica que “el sistema informático genera listados automáticos donde se recogen las mujeres que requieren seguimiento en cada uno de los momentos asistenciales”.
Asimismo, se mantiene una comunicación directa y constante con los diferentes hospitales para garantizar el buen funcionamiento del sistema y la correcta atención a las mujeres afectadas por el cáncer de mama. También se revisan con especial atención los casos en los que la mujer ha obtenido un resultado que requiera seguimiento, con el objetivo de dar los siguientes pasos y hacer las llamadas pertinentes en el menor tiempo posible, así como para detectar una posible interrupción del proceso en alguno de los puntos.
Unas medidas que garantizan el correcto funcionamiento del programa y que, a su vez, también aseguran que no quede ninguna mujer sin notificar. En este sentido, Koldo López Guridi asegura que Osakidetza cuenta con capacidad suficiente para responder al volumen de cribados en los plazos recomendados. “El programa cumple con todos los parámetros de calidad europeos en cuanto a plazos mientras realizamos entre 2.500 y 3.000 mamografías semanales”. l