El municipio de Markina-Xemein ha dado un nuevo paso en la recuperación y difusión de su memoria histórica con la colocación de cinco placas en cinco enclaves urbanos llenos de significado por lo ocurrido durante la guerra y en años posteriores.
Esta iniciativa tiene su origen en octubre de 2023, en el marco de las Jornadas Europeas de Patrimonio, cuando la asociación Ahaztuen Oroimena presentó en una visita guiada a cinco Lugares de Memoria de Markina-Xemein. Ahora, gracias al trabajo conjunto del Ayuntamiento y de la asociación, se ha colocado una placa en cada punto.
El objetivo es documentar y socializar los lugares en torno a los cinco sucesos ocurridos en la localidad, con el fin de integrar en la memoria colectiva y sacar del olvido los hechos acaecidos durante la guerra de 1936 y sus consecuencias.
En cada placa se recoge lo ocurrido en el lugar, con las fechas y hechos concretos, descubriendo una parte importante del municipio, y que, sin duda, perdurará en el tiempo.
Cinco enclaves con gran significado
En total, en Markina-Xemein se han instalado cinco placas conmemorativas en cinco enclaves con gran significado en aquella época.
Una de dichas placas se ha colocado en Kartzeletxea, ubicado en Arretxinaga etorbidea, un pequeño edificio vinculado antiguamente a funciones de custodia y orden público. Su presencia en la entrada del camino hacia la conocida ermita recuerda la organización administrativa de épocas pasadas y sirve como testimonio de la evolución del municipio. Durante la guerra y posteriormente en el franquismo tuvo un gran significado y fue testigo de numerosos hechos de la época.
Otro de los enclaves señalados se sitúa entre la iglesia de la Merced y Tate, en plena Abesua kalea, donde el 26 de octubre de 1936 cayó uno de los artefactos más potentes del bombardeo de la aviación rebelde en las zonas populares de Markina y Xemein.
El recorrido de la memoria también incluye la entrada al torreón del antiguo ayuntamiento, en Erdikokalea, el cual durante la guerra, cuando los bombardeos y los ataques aéreos se volvieron habituales, las autoridades habilitaron varios refugios, convirtiéndose en testigo del sufrimiento de la ciudadanía en aquel momento.
Y también se ha instalado una placa en la esquina entre Abesua kalea y Goikoportala, donde, según se recoge el 7 de febrero de 1937, cuando la población iba a asistir a las celebraciones de Carnaval, se produjo el bombardeo más brutal que sufrió el casco urbano. La artillería rebelde situada en la zona de Urkarregi lanzó 106 obuses a las inmediaciones del pueblo.
El último enclave es la acera del puente de Xemein, ya que el 7 de septiembre de 1952, un tiroteo de la Guardia Civil acabó con la vida de un eibarrés que había combatido en la guerra.
El objetivo de este proyecto, tal y como señalan sus responsables es que “la ciudadanía observe su entorno con una mirada renovada, entendiendo que incluso los lugares más cotidianos cuentan historias esenciales para entender quiénes somos”.
Así, Markina-Xemein se suma al creciente conjunto de municipios que desarrollan itinerarios urbanos para recuperar su memoria histórica e invita a mirar el municipio con nuevos ojos, poniendo en valor espacios cotidianos que, pese a su aparente discreción, encierran fragmentos esenciales de la historia local, probablemente desconocidos para las generaciones más jóvenes y que ahora se mantendrán en el tiempo.