Cuando llega diciembre y las carpetas empiezan a llenarse de apuntes subrayados, la biblioteca municipal de Gernika-Lumo vuelve a convertirse en un refugio académico. Anticipándose a ese momento en que cada mesa se transforma en un pequeño campamento de estudio, el servicio municipal activará un horario reforzado del 13 de diciembre al 1 de febrero, pensado para acompañar el ritmo intenso de quienes preparan exámenes de invierno. Durante este periodo abrirá los sábados de 10.00 a 20.00 y los domingos de 10.00 a 14.00, ampliando así su disponibilidad en fines de semana.
Pero el centro insiste en que su función no se agota entre apuntes y ordenadores. La biblioteca es también un lugar donde leer el periódico en silencio, descubrir una novela, llevarse a casa un DVD, imprimir documentos o disfrutar de actividades para familias que se acercan con los más pequeños. Esa diversidad obliga a afinar horarios y espacios, adaptándose a públicos que a veces coinciden y otras veces reclaman necesidades completamente distintas.
Un servicio comunitario
El equipo bibliotecario recuerda, además, la esencia del servicio: la biblioteca pública es un proyecto colectivo. Lo respalda la declaración conjunta IFLA/UNESCO, que define estos centros como instituciones sostenidas por la comunidad para garantizar el acceso al conocimiento “sin límites ni discriminación”.
Con el nuevo calendario, la biblioteca aspira a responder al incremento de estudiantes sin perder de vista su vocación de espacio abierto, cultural y plural. Un lugar que crece con las demandas del invierno académico, pero que sigue mirando a toda la comunidad: lectores curiosos, familias que buscan historias y vecinos que encuentran allí su pequeño paréntesis cotidiano.