El Izarra Centre de Ermua ha acogido este viernes el acto institucional del Día de la Memoria, organizado por la Delegación del Gobierno en la CAV y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. En el encuentro participaron representantes institucionales, asociaciones de víctimas y miembros de los movimientos pacifistas que, durante años, impulsaron la convivencia y el rechazo al terrorismo.
Tras las palabras de la alcaldesa de Ermua, Beatriz Gámiz, y de Florencio Domínguez, director del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, intervinieron Cristina Cuesta (Fundación Miguel Ángel Blanco), Imanol Zubero (Gesto por la Paz) e Iñaki Vélez (Grupo Itaka de Escolapios), en un acto dedicado precisamente a los movimientos pacifistas por su papel en la defensa de los derechos humanos y la cultura de la paz.
La delegada del Gobierno español en Euskadi, Marisol Garmendia, cerró el acto recordando que esta jornada convoca a tres compromisos esenciales: memoria, reconocimiento y compromiso. “Memoria, porque solo desde la verdad se construye la convivencia. Conociendo lo que pasó, quiénes fueron las víctimas y los victimarios, por qué asesinaron, extorsionaron, persiguieron y por qué muchos los defendieron, jalearon o callaron”, ha afirmado.
Ha añadido que “cada víctima tiene un nombre, una historia, una dignidad que no olvidar nunca” y ha subrayado que la memoria “exige una firme apuesta política que se plasma en la defensa irrenunciable de los derechos fundamentales, la justicia y la reparación para las víctimas”. “Exige mantener viva la conciencia democrática de una sociedad vasca que todavía tiene deberes pendientes —algunos vascos con más deberes pendientes que otros, todo sea dicho—”, apuntó.
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