Los Sanfaustos de Basauri cumplen con el homenaje a las escarabilleras y a la partera Manuela Egiguren

Porque fueron, somos; porque somos, serán. Es la máxima que resume el sencillo acto de reconocimiento impulsado, desde hace años, por el Consejo de Igualdad en las fiestas de San Fausto de Basauri. Se trata de la ofrenda floral que siempre se realizar a las escarabilleras y a Manuela Eguiguren en la jornada de la comida de mujeres.

Así ha vuelto a ser este martes. Un nutrido grupo de basauritarras, sobre todo féminas, han protagonizado una jornada matinal emotiva y reivindicativa. Acompañadas por txistularis de Danbolin Txistulari Elkartea, han acudido en primer lugar hasta la zona ajardinada anexa a la iglesia de San Pedro. es el céntrico espacio público de la localidad donde se encuentra la estatua que recuerda el papel de las vecinas que, a principios del siglo XX, se dedicaban a recoger y vender la escarabilla, un carbón menudo que se desprendía de los trenes y las fábricas siderúrgicas asentadas en la localidad. 

Comadrona durante décadas

La siguiente parada ha sido el busto de Manuela Eguiguren, una escultura de bronce sobre peana de piedra caliza que se encuentra en una plazoleta de la calle Agirre Lehendakari. La obra, de Jesús Lizaso, recuerda la figura y labor de quien, durante varias décadas, ejerció la profesión de partera para muchos pueblos de la comarca, entre ellos Basauri.

Nacida en 1901 en la cercana localidad de Etxebarri, no dudó en hacer la maleta e irse a Valladolid para formarse como practicante y comadrona. A la vuelta se convirtió en una persona imprescindible para un Basauri que no dejaba de recibir oleadas de migrantes, procedentes de otros puntos del estado, para trabajar en el emergente sector industrial.