La segunda fase de la variante de Ermua sigue dando pasos. El primer tajo que resta por ejecutar, el que dará servicio al polígono industrial de Urtia, espera ya su declaración de impacto ambiental para poder cerrar definitivamente el proyecto, licitar las obras y poder empezar a construirse. 

La construcción de la variante de Ermua, para eliminar el tráfico, principalmente de vehículos pesados, del centro del municipio, se vio condicionada por la difícil orografía de la localidad, encajonada entre montes, por lo que se dividió en dos fases: una en la zona oeste y otra al sur. Esta última entró en servicio en septiembre de 2018, permitiendo sacar 9.000 vehículos diarios de la N-634 del centro de municipio.

A lo largo de cuatro kilómetros de recorrido, cruza hacia el sureste el monte Ureta a través de un túnel y discurre a cielo abierto por la vaguada del arroyo Beko, en Zaldibar, en paralelo a la autopista AP-8 hasta conectar con la rotonda de San Lorenzo, que forma parte de la variante de Eibar. Para salvar el monte Ureta, fue necesaria la construcción de un túnel con dos tubos, uno para cada sentido, con una longitud de 589 metros cada uno.

Proyectos obsoletos

Pero todavía resta por acometer la variante oeste, que dará servicio a los polígonos industriales de Urtia y Goitondo, ya que actualmente los camiones que se dirigen a estos puntos tienen que atravesar las calles Zeharkale, en el primer caso, y Sexto Centenario, Zubiaurre y Okin Zuri, en el segundo. Unos 1.200 vehículos pesados tienen que circulan todavía hoy en día por estos viales. En los años transcurridos sin que se hayan iniciado las obras el proyecto ha quedado obsoleto, debido a los cambios en las diferentes normativas sectoriales y en los criterios de diseño, y las declaraciones de impacto ambiental han caducado.

En el caso del tramo de Urtia, ya está actualizado el proyecto constructivo, que se encuentra en estos momentos en exposición pública para ser sometido a la evaluación de impacto ambiental. Esta infraestructura resuelve la problemática del paso de los vehículos hacia la carretera BI-3302 a través de Ermua. Tendrá un carril para cada sentido de circulación y un total de tres rotondas, que conectarán a través de un nuevo puente la carretera BI-3340 con la antigua BI-2301 y el futuro túnel de la fase II de Mallumendi. También será necesario construir tres puentes, de 100, 19 y 38 metros de longitud.

Rotonda de Urtia

Desde la rotonda de Urtia partirán dos nuevos viales: uno para acceder a Ermua y otro que será el tronco principal de la nueva carretera. Para el primero se aprovechará un pequeño ramal secundario que actualmente da acceso a la nave de Urreta y el garbigune, como una prolongación de la BI-3302. En esta fase solo se definirán los treinta primeros metros, el resto quedará para la segunda fase. Para salvar la vaguada tras el edificio municipal, se construirá un nuevo puente de 38 metros de luz.

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En el caso del segundo, discurrirá en paralelo al arroyo Urtia, ascendiendo por las faldas del monte Mallumendi hasta las inmediaciones del edificio municipal Izarra, a la entrada al caso de Ermua. Aquí se prevé la ubicación de una glorieta, desde la que se conectará con la BI-3344 a través de un nuevo puente, de 100 metros de longitud y una pendiente del 5,2%, para salvar el valle de la regata Urtia, la carretera BI-3302 y la parcela industrial inferior. La conexión con la BI-3344 se hará mediante una nueva glorieta localizada a la entrada al polígono de Zearreko Buelta.

Respecto a la segunda fase de esta variante, la de Mallumendi, se está redactando ya la actualización del proyecto. Con un coste de 1,8 millones de euros, está previsto que esté finalizada el próximo año.