El Club de Montaña Artarrai de Ermua conmemorará su 50 aniversario. Aunque la fecha fundacional reconocida es 1975, la historia arranca unos años antes. El club original sufrió un duro golpe cuando un incendio arrasó su sede, llevándose consigo estatutos, documentos y recuerdos de aquellos primeros pasos. Tres años después, un grupo de montañeros retomó la iniciativa y dio vida a la entidad tal y como se conoce hoy. “El primer presidente fue Santi Uriarte, hermano de Txomin Uriarte, figura destacada en el montañismo vasco y miembro de la histórica expedición al Everest en 1974”, repasa con cariño Koldo Aranberria, secretario de la entidad y con más de 30 años de trayectoria en Artarrai Mendi Taldea.
La afición a la montaña en Ermua no empezó con la fundación de Artarrai. Ya con anterioridad, los amantes de la montaña se organizaban y ascendían a las cumbres, siendo socios del Ermua Club Deportivo. Este se fundó el 1 de mayo de 1951 con secciones de montañismo, pelota vasca, fútbol, atletismo y ciclismo. En su escudo podemos observar, además de un balón, una pala y un bastón de monte. Muestra de ello es que el ermuarra Manuel Olaizola (Imanol) en el año 1956 entró en la Hermandad de Centenarios de la Federación Vasca de Montaña. Tras haber ascendido cien cimas emblemáticas de Euskal Herria, y participando en el concurso de los cien montes, fue registrado con el número 523 en nombre del C.D. Ermua. En su día recibió el merecido homenaje a los aficionados al montañismo de la localidad.
Este desafío, invita a ascender cien cimas destacadas, promoviendo el esfuerzo, el espíritu de superación y el respeto por la naturaleza. Tras décadas de dedicación, el concurso, más que una competición, es un homenaje a los montañeros que han hecho de la montaña su segunda casa. Posteriormente, en el listado de centenarios, también aparecen otros cuatro miembros de Artarrai: Edu Campos, Pedro Alconero, Bingen Aranberria y Koldo Aranberria.
En sus primeras actividades, las salidas se limitaban a montes cercanos. Con el tiempo, Artarrai abrió puertas a destinos como los Pirineos, que hace 30 años parecían lejanos y de difícil acceso. “Hoy en día con un teléfono, toda la información que tenemos en internet y medios de transporte es muy fácil ir a Pirineos; en tres horas y media te plantas allí. Hace 30 años, si alguien no te llevaba, era muy difícil llegar porque no había información. El club, además de conocer montañeros que tenían más experiencia, te permitía iniciarte en el monte. Un club de montaña siempre ha tenido esa función de iniciar a los que no conocen el medio y ayudarles a llegar a esos lugares. A medida que adquieres conocimientos te vas desenvolviendo mejor y cada uno hace sus pinitos en otros países y continentes”, reconoce agradecido Koldo Aranberria.
En la actualidad, el club cuenta con 653 socios y sede en la ermita de San Antonio. Durante todo el año programan actividades dirigidas a toda la ciudadanía con salidas al montes e incluso jornadas de vías ferratas y barrancos. Para conmemorar su 50 aniversario, la entidad organizará diversos actos, entre ellos la plantación de una encina en el monte Artarrai, un encinar rocoso próximo al municipio que da nombre a la entidad. “Artarrai viene de artea, encina en euskera, y harria, piedra”, puntualizan desde la entidad que aprovechará la jornada para colocar una placa conmemorativa junto al buzón.
Programación
Las actividades del 50 aniversario serán numerosas. Este fin de semana se ha organizado un viaje a los Pirineos y el 4 de octubre habrá otra salida a la cueva de Koba. Los actos regresarán el 7 de octubre con la charla-coloquio Trail Running a las 19.00 horas, en Lobiano. Tomarán parte los ponentes Aritz Egea, Oihana Azkorbebeitia, Peio Berrizbeitia, Julen Olaizola e Itxaro Zabaleta. Para el 11 de octubre se ha organizado una nueva salida Arantzazu-Zegama y por la tarde se organizarán actividades para los jóvenes en la plaza. Las charlas regresarán el 11 de octubre con Medicina de Montaña impartida por Kepa Lizarraga y su experiencia en Nepal (Lobiano, 19.00 horas) y la aventurera Mamen Etxaniz repasará su trayectoria en el mismo espacio y horario el 21 de octubre.
Para el 25 de octubre Artarrai ha programado una ascensión simultánea a Urko, Oiz y Egoarbitza con comida popular posterior y romería en la plaza del mercado. Las actividades de octubre culminarán con la charla de los Hermanos Pou en Lobiano el día 29, a las 19.00 horas.
En noviembre se llevarán a cabo diferentes actividades como la salida familiar del día 2, la tertulia 50 años del ascenso al Kilimanjaro a cargo de los veteranos de Artarrai que se celebrará el día 4 a las 19.00 horas en Lobiano y el día 6, se proyectará una película de montaña en el Antzokia.
Grandes aventuras
Para repasar estos 50 años de trayectoria, desde Artarrai Mendi Taldea han editado también una pequeña publicación con la historia del club, sus inicios y una sección denominada breves relatos de grandes aventuras. En este apartado destaca la expedición de tres ermuarras al Kilimanjara (Jesús Garaikoetxea, Javier Garitagoitia y Ricardo González). Fue el 26 de julio de 1976 cuando salieron desde Ermua con la intención de alcanzar la cima del monte Kilimanjaro, la cumbre más alta del continente africano. Después de atravesar Kenya y cruzar la frontera con Tanzania, la expedición llegó al Parque Nacional Kilimanjaro. “Nuestro anhelo empezaba a cumplirse. En el recuerdo, quedaba el deseo tantas veces comentado en paseos y subidas por las colinas y montes circundantes, especialmente por el Oiz, lugar habitual en nuestras idas y venidas. Fue aquí donde se maduró el sueño de alcanzar el techo de África. Dos años más tarde, ese proyecto se hizo realidad y ya se perfilaba en el horizonte la gran mole de la Montaña Blanca o Montaña del Agua como le llaman los Masai que viven en su entorno. La mañana del 3 de agosto alcanzamos la cumbre más alta: el Uhuru Point, donde atamos la Ikurriña junto a una placa metálica”, recoge la publicación conmemorativa.
Huellas imborrables
Este aniversario no es solo una celebración, sino también un homenaje a quienes ya no están. El club recuerda con emoción tanto a los que fallecieron en accidentes de montaña como a los que partieron de manera natural, pero dejaron su huella en la vida del grupo. “En este 50 aniversario, celebramos la historia de nuestro club, marcada por la pasión por la montaña, pero también por momentos de adversidad que han dejado huellas imborrables. Recordamos con cariño a quienes perdimos en accidentes durante nuestras actividades, compañeros que vivieron y partieron haciendo lo que amaban. Su memoria nos guía a cada paso. También homenajeamos a aquellos socios y socias que nos dejaron de manera natural, pero que con su entusiasmo y entrega hicieron de este club una gran familia. Ellos estarán siempre con nosotros/as, en cada cima alcanzada y en cada paisaje compartido. Este aniversario es también su homenaje, porque forman parte de nuestro legado y de nuestro espíritu montañero”, explican con cariño.