Meatzaldea es una comarca muy orgullosa de sus raíces, un territorio muy ligado a su historia y todo ello le lleva a apreciar como a pocas cosas su pasado de hierro. Una de la expresiones festivas de ese orgullo minero es la celebración de Burdinjaitxo, una fiesta organizada por el Museo de la Minería del País Vasco en Gallarta, unas instalaciones que se llenaron de actividades para celebrar una jornada tremendamente especial y con mucho tirón entre la ciudadanía. “Todos los años viene bastante gente y éste no ha sido una excepción. Estamos encantados de que haya venido tanta gente porque lo que buscamos es que se conozca el museo y recordar la historia de nuestra comarca”, expresó Ameli Ortiz, patrona del Museo de la Minería del País Vasco.

El ambiente fue sensacional desde el mismo inicio de la fiesta a las 11.00 horas. La climatología acompañó y el Museo de la Minería se llenó de cuadrillas y familias dispuestas a disfrutar de esta fiesta que se celebra los años impares, es decir, cuando no hay Burdin Jaia. Nada más entrar a las instalaciones del museo, los más txikis pudieron disfrutar de una zona de juegos que estuvo de bote en bote a lo largo de gran parte de la jornada festiva. Pero a partir de la llegada del mediodía, en el Museo de la Minería empezó a oler que alimentaba. El motivo no era otro que el chorizo a la fragua que se asó y degustó en uno de los laterales de las instalaciones del museo. En la carpa que se colocó para delimitar la zona en la que se asaban los chorizos estaba Carmelo Uriarte, el precursor, hace ya décadas, de que se crease el Museo de la Minería del País Vasco. “La fiesta de Burdinjaitxo es para nosotros una jornada muy importante a nivel de dar a conocer el museo”, indicó este hombre que trabajó en las minas de Gallarta desde los doce años y que a sus 94 años hace gala de una memoria envidiable. “Pusimos en marcha este proyecto del Museo de la Minería por amor a nuestra historia y a la minería”, desarrolló Uriarte.

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Amor y orgullo. Son dos palabras que resumen muy bien lo que ha hecho que el Museo de la Minería haya calado hondo no sólo en la ciudadanía de Meatzaldea, sino que ayer se pudo ver a personas llegadas desde Enkarterri, desde Ezkerraldea y hasta hubo varios grupos de turistas que aprovecharon la ocasión para conocer el museo en profundidad. Como novedad respecto a otras ediciones de Burdinjaitxo, ayer el Museo de la Minería del País Vasco se hermanó con dos colectivos que también trabajan en favor del legado minero como son los guipuzcoanos de Artikutza y la asociación minera cántabra de la Sierra de Villaescusa. “Es un honor para nosotros este hermanamiento. Somos buenos amigos desde hace tiempo porque Carmelo Uriarte trabajó en Artikutza. Nosotros buscamos recuperar las vagonetas que había en Artikutza y para ello teníamos que adaptar las actuales. Para ello, hemos contado con el apoyo del Museo de la Minería”, destacó Antton Mendizabal, integrante de Artikutza. “Es una gozada ver una fiesta así porque se ve que se vuelca todo un pueblo, un pueblo que respeta y valora su historia. Había venido más veces y lo cierto es que hay un gran ambiente”, añadió Mendizabal.

Ese buen ambiente se pudo ver en la exhibición de barrenadores de las 13.30 horas, en la comida popular de las 15.00 horas y fue la nota dominante hasta el mismo final de la fiesta, allá sobre las 18.30 horas con una dantza plaza celebrada en la Plaza Roja.