Sobre todo en verano o cuando el tiempo acompaña, es habitual ver grupos de niños y padres reunidos en un parque celebrando un cumpleaños infantil. Mesas con comida, sillas, neveras, globos y piñatas suelen ser los protagonistas de estos eventos que discurren en parques o espacios similares por las facilidades que ofrece tanto para los más pequeños por el espacio para jugar, y sobre todo para los padres por ser una opción más económica y cómoda que la de alquilar un local.

En este sentido, a pesar de que en Bizkaia no existe una normativa general que regule la celebración de cumpleaños infantiles y eventos similares en los parques y espacios públicos de los pueblos y ciudades del territorio, existen normas básicas no escritas que deben respetarse en cualquier lugar y situación. El respeto, el civismo y la responsabilidad ciudadana deben primar por encima de cualquier norma, ordenanza o limitación. 

“Para nosotros los padres es una opción muy cómoda y sobre todo económica. Compramos merendola y algo de beber para nosotros y estamos tranquilos mientras los niños juegan”, cuenta Julen Díez, padre de dos pequeños. Sin embargo, este bilbaino es muy consciente de que hay que ser responsables con el espacio y el resto de personas. “Cuando celebramos este tipo de eventos intentamos hacerlo en zonas donde no haya demasiada gente para no molestar. Al final se juntan muchos niños y pueden armar jaleo, pero intentamos tenerlos controlados y que disfruten sin molestar”, explica.

En cuanto al espacio, también procuran dejarlo como estaba. “Solemos llevar bolsas de basura grandes para recoger todo lo que utilizamos. Al final nos sale muy barato celebrar así los cumpleaños, pero entendemos que el espacio es de todos y tenemos que cuidarlo”, sentencia.

Una familia disfruta en el parque Oskar Gonzalez

Aunque algunos municipios como Erandio exigen un permiso para celebrar este tipo de eventos, en general hay vía libre para ello y solo se debe solicitar autorización en el caso de desplegar estructuras o utilizar altavoces de gran tamaño. “Nosotros como mucho ponemos la canción de ‘cumpleaños feliz’ desde el movil para el momento de la tarta y soplar las velas, pero más allá de eso no solemos poner música. Los padres estamos charlando y los niños están a otra cosa”, cuenta Julen Díez.

En general, en este tipo de celebraciones infantiles se suelen respetar las normas básicas de convivencia y no suelen generar problemas a los vecinos. “Las veces que he visto que han celebrado algún cumpleaños en el parque hay frente a mí casa, han sido todos muy respetuosos”, asegura Maitane Pérez, vecina de San Ignacio. “Siempre suelen ejar todo bien recogido y el ruido no es excesivo. Al final estas cosas se hacen por la tarde y no es una mala hora. En cuanto al ruido, al final son niños y es normal que griten o monten algo de barullo cuando juegan, pero nada exagerado, y en general los padres suelen estar bastante pendientes de que no molesten”, añade esta bilbaina. 

A diferencia de ciudades como Donosti donde la celebración de estos eventos se sanciona, por el momento en Bizkaia hay vía libre para ello. Los cumpleaños infantiles son generalmente inofensivos y no causan problemas de convivencia o seguridad. Un lugar idóneo para celebrarlos es por ejemplo, el Pinar de Gorliz donde son muchas las familias o grupos que sobre todo los fines de semana de verano se juntan para celebrar. El amplio espacio, las mesas, la sombra de los árboles y la cercanía con la playa invitan a pasar el día. Sin embargo, los incidentes derivados de macrobotellones o el mal uso de las barbacoas obligaron a eliminar estos recursos y a extremar la vigilancia.

Un claro ejemplo de lo que no se debe hacer y de las consecuencias del incivismo y la falta de responsabilidad.