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Historias montañeras

Aquel pastor de Lapurzulo en Gorbeia

Aquel pastor de Lapurzulo en GorbeiaI.G.U.

El 15 de diciembre del año pasado en el artículo 195 de esta sección alpina publiqué un trabajo sobre la majada pastoril de Austegiarbin del pueblo donde vivo y escribo. Desde que existe el montañismo entre nosotros hemos convivido pastores y mendizales en perfecta armonía.

Hace justamente 20 años entrevisté a un vecino de Orozko que allí ejerció de pastor desde niño. Publiqué un reportaje en la revista del gabinete de abogados SANZ & SAIZ que titulé Del Pastoreo a la Fábrica. El 19 de julio volví a verle en Larrabe, Laudio, donde vive desde 1957 y recordamos aquel encuentro en compañía del montañero Txema Sallen Del Río (fue dueño del bar Gorbea de Ugarte) un buen rato con Pedro Añibarro.

Lo primero que hago es preguntarle (ya lo sabía) cuándo subió por primera vez a la Cruz de Gorbeia. Me responde que con ocho años su tío Felipe le llevó, era 1952.

Años más tarde al no gustarle lo duro del trabajo en Gorbeia en soledad marchó a Laudio en un momento de expansión de la industria moderna. Trabajó en Aceros de Llodio, siendo toda su vida laboral gruista. Empezó el 3 de septiembre de 1957, contaba 16 años, era su cumpleaños. Ser pastor era demasiado duro. Fueron muchos los que optaron por cambiar radicalmente su vida, asegurándose un sueldo con horas fijas en el trabajo.

Nació en un caserío en Egurrutu. Todos sus antepasados fueron pastores y trabajaron en Gorbeia en labores de carboneo. Con siete años subía a ayudar a la familia con el rebaño. Contaba 14 cuando se quedó solo con las ovejas y cuando su tío Felipe se marchó a la mili y se las dejó a su cuidado. El rebaño era de 217 cabezas y el campamento base, su txabola, estaba en Lapurzulo. Este lugar poco conocido es una cueva con un río interior donde según recojo en mi primer libro (Paseos por Orozko Ibillaldiak, coescrito con Pedromari Ojanguren) un ladrón francés guardó el oro que había robado en ella. Allí fuimos aquel 22 de septiembre de 2005 para ver el lugar y los restos de su chabola que fue quemada al marchar Pedro.

El recorrido que hacía desde el caserío al lugar que le costaba tres horas era por Usabel, el desaparecido puente de Aldarreta, Belaustegi, canal Ubidesazi, Algortako txartoa, Algortako zelaia, Illumbeko basterra, Iulako zaharra (bajo la cumbre de Oderiaga), Astapeko puntia, Magabintxarko (porque manaba agua rojiza) y Arri-gorri (sin llegar a Austegiarbin).

Su aita, Pedro Añibarro Petralanda, de Urigoiti, murió en 1999 con 85 años. Fue quien le introdujo en la montaña y le acompañó como carbonero a muchos bosques repletos de hayas y robles. Y plantando pinos. Su ama se llamaba Teresa García López, persona a la que acogió la familia de Vicente Añibarro, del barrio Ganzabal.

Pedro me contaba que desde primeros de mayo hasta san Ignacio no salía de Lapurzulo, subía su tío Bittoriano una vez a la semana para llevarle habas, alubias y tocino, también le recogía los quesos que Pedro y Felipe iban haciendo y los bajaba en el mulo o burro. Venían a hacer 11 al día.

Cuenta la anécdota que llegó venido de la mili porque en Aceros de Llodio le dieron seis meses de libertad-vacaciones, cobrando, cosas de bajar la producción en aquel entonces. Subió para darle la noticia a su aita. Este le miró fijamente, le entregó el palo que portaba en su mano derecha y le dijo que cuidara el rebaño. Se marchó sin decir nada más y él se quedó medio año al cuidado de las que fueron, años atrás, sus ovejas.

Me recuerda cómo en la festividad ignaciana en Igiriñao no se podía bailar al agarrao, pero en Zastegi sí. Los de Zeanuri prohibido y los de Orozko sin problemas. Se sincera, mirando al suelo, cabeza caída y sentencia; Iñaki, yo lo he pasado más canutas que nadie. He sufrido mucho de niño. Soledad, poca comida, miedo, incluso las abarcas rotas que tenía que coser… Tampoco pude ir a la escuela. Tenía que ayudar en el caserío. No pude hacer la comunión porque no sabía leer. Me acuerdo de mis colegas pastores de Austigarbiñ, entonces pocos montañeros aparecían por allí. Joseandi, Jesu, Juanito, Txokoa, Goti…

El oficio de pastor llegó a Euzkadi de Turkia hace 6.000 años. Aquel reportaje de hace 20 años terminaba así; ¿habrá pastores dentro de 20 años? Ya no los hay como profesión tradicional, no andaba mal encaminado.