El material intervenido por las y los agentes que trabajan horas y horas tanto en aduanas del aeropuerto como del puerto de Bilbao es muy variopinto. Desde más de 6.000 cajetillas de tabaco de contrabando intervenidas en lo que va de año en La Paloma hasta artilugios tan extraños como un elefante fabricado en madera plagado de insectos que llegó al Puerto de Bilbao en uno de los vehículos que desembarcaba de un ferry procedente del Reino Unido. Estas intervenciones muestran una doble realidad tanto en el aeropuerto como en el puerto. Por un lado, la existencia de redes de contrabando organizadas y, por otro, situaciones más cotidianas que chocan con la legislación vigente.
Los datos recabados en este 2025 plantean un escenario complejo en el que los agentes tienen que estar pendientes de todo lo que llega al aeropuerto o Puerto de Bilbao sin cumplir con la legislación vigente. En este caso los productos llegan dentro del equipaje. En el caso de La Paloma, se han interceptado 9.245 gramos de hoja de coca, casi 2.000 potenciadores sexuales, y más de 18 kilos de picadura de tabaco. A su vez, se han requisado más de 22.000 euros en metálico entre dos pasajeros pero, no todo es dinero. También se han intervenido nueve navajas y productos naturales como diez botes de bilis de oso, carne de este mismo animal, coral blanco o caviar.
También han sido significativas las cantidades de productos incautadas, siendo más de 300 kilos de productos de origen animal y más de 500 kilos de origen vegetal. En muchos casos se trata de alimentos típicos traídos desde lugares lejanos que desconocen que esos productos están prohibidos o limitados. El Puerto de Bilbao no se queda atrás en cuanto a incautaciones llamativas. Allí se han requisado un machete, una navaja, una ballesta, 32 rifles que no cumplían con los requisitos de tenencia, comercio y circulación y una pistola de airsoft. En el ámbito alimentario, destacan once litros de leche y cuatro unidades de huevos frescos.
En el entorno portuario también se han incautado 11.000 euros en metálico, lo que eleva el total de dinero no declarado intervenido entre las dos infraestructuras a más de 33.000 euros en lo que va de año.
Un acumulado que continuará creciendo en lo que resta de año debido al número de conexiones que La Paloma tiene y la cantidad de cruceros que constantemente atracan en el Puerto de Bilbao.