Desde Berriatua, Ander Txakartegi, conocido como “Txaka”, volvió a completar el pasado 10 de julio un nuevo reto solidario impulsado desde su agrupación Helmugak. En esta ocasión, el objetivo era claro: subir en un solo día cinco de las montañas más altas de la Comunidad Autónoma Vasca a favor de la visibilidad de las enfermedades infantiles poco comunes. Al final, consiguió cumplir con su objetivo recorriendo aproximadamente 220 kilómetros y acumulando unos 5.000 metros de desnivel, todo ello en bicicleta o cargando con ella al hombro.
El recorrido se inició desde su casa ubicada en Berriatua. Desde allí se dirigió a Oñati-Arantzazu y subió hasta Urbia, donde se ató la bicicleta a la espalda con una cuerda improvisada. Así ascendió el Aketegi (1.551 m), el monte más alto de Gipuzkoa. A continuación, alcanzó la cima de Aizkorri (1.523 m) y bajó por Zalduondo hasta el embalse de Landa, en Álava. Desde allí, pedaleó hasta Sarrate y comenzó el ascenso a Gorbea (1.482 m), el pico más alto de Bizkaia y Araba.
Aunque en un principio su plan era subir también Larrasa, otro de los picos más altos de Álava, la distancia lo hizo inviable. En su lugar, decidió incluir Anboto (1.331 m), una cima con un fuerte componente simbólico para él por su vinculación con la mitología vasca. “Para mí Anboto tiene algo especial”, afirmó. Por último, completó el ascenso a Aldamin (1.373 m), la segunda cima más alta de Bizkaia, antes de regresar a casa.
En total, completó el reto en 15 horas, combinando tramos sobre la bici con otros a pie, en los que transportó la bicicleta a la espalda. “Siempre he sido una persona que no sabe estar quieta. Primero empecé a competir en bici y luego empecé a hacer este tipo de retos, sobre todo relacionados con la aventura. Montar en bici sí, pero que tenga un reto, con valores como la superación o el altruismo”, explicó.
En cada una de las cimas desplegó una bandera con el lema “Bidi alkarreaz eingau”, en recuerdo a Ager Aldazabal, un niño del pueblo que falleció en 2021, a los seis años, tras ser diagnosticado con leucemia en 2018. Ager era hijo de unos amigos cercanos de Ander y fue compañero de clase de su hija mayor. En 2020, Ander lanzó el reto #AgertxoPirata, una iniciativa solidaria para visibilizar el cáncer infantil y recaudar fondos para la asociación Aspanovas. Desde entonces, la misma bandera le acompaña en todos sus retos. “Me quedé a gusto con el reto que hice, pero me entraron incluso más ganas de seguir haciendo este tipo de cosas para ayudar a los niños”, señaló.
La filosofía de Helmugak, el colectivo que él mismo creó, combina cuatro valores fundamentales: deporte, euskera, naturaleza y solidaridad. Todos sus retos tienen un componente social y buscan dar visibilidad a enfermedades infantiles poco conocidas y a las asociaciones que apoyan a las familias. En los últimos años han completado desafíos como la Euskal Herria Perimetrala, o el recorrido por los cuatro puntos cardinales del territorio vasco, siempre con la bicicleta como compañera.
“Cuando te embarcas en un reto así, no puedes echarte atrás. El sufrimiento es voluntario, a diferencia de los niños que padecen estas enfermedades, que no han elegido el dolor. Pienso en ellos y en sus familias, y eso me da fuerza” apuntó Txaka. Su motivación no es únicamente deportiva, sino también emocional y social. Por eso, intenta no centrarse en el cansancio, sino en el objetivo: dar visibilidad, inspirar y ayudar.
Proyección
Todo el recorrido fue grabado por dos cámaras con el objetivo de realizar un documental titulado “Bideaz gozatuz, gailurrak osatuz” (“Disfrutando del camino, completando cumbres”). El proyecto combinará imágenes del recorrido con momentos de reflexión y pretende recoger el vínculo entre el paisaje de Euskal Herria, la lengua vasca, el simbolismo mitológico y el compromiso personal. Aunque no hay fecha concreta de estreno, la intención es presentar el documental en festivales como Mendi Jaia en Gernika.
Pero de momento Txaka se toma un respiro, aunque ya tiene apuntado en la agenda el festival Helmugak 2026, que se celebrará el 24 de mayo en Berriatua, y que, como en ediciones anteriores, irá acompañado de una nueva gesta solidaria los días previos. Porque para Txaka, cada cima no es un punto final, sino un nuevo comienzo.