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Ciclismo de antaño y de siempre en la Retrobike de Balmaseda

La marcha cicloturista Retrobike, organizada por la Sociedad ciclista Balmasedana, cumple diez años

Ciclismo de antaño y de siempre en la Retrobike de BalmasedaElixane Castresana

Miguel Indurain“era serio y leal, lo que decía iba a misa”, recordó el mecánico de Güeñes Tomás Amezaga. Este año que se cumplirán tres décadas de la quinta y última victoria del navarro en el Tour de Francia, el pelotón de la Retrobike echó la vista atrás a aquellas tardes de los años noventa entre televisión y radios para vibrar con sus gestas.

La marcha cicloturista de Balmaseda celebra diez años llenando las carreteras de Enkarterri de maillots y bicicletas con un punto de nostalgia de aquel pasado en el que “los corredores se cogían pájaras” que hacían época y les costaban auténticas minutadas: “no estaba todo tan medido como ahora”.

Así, la cita no competitiva “reivindica la bicicleta como modo de vida”, el vehículo para, además de hacer deporte, “crear nuevas amistades y saludar a gente que hace tiempo que no vemos”, explicó Kepa Merino, integrante de la Sociedad Ciclista Balmasedana organizadora de la prueba, retrotrayéndose a cuando “no existía más que la bicicleta para moverse”.

El pelotón dio una vuelta por Balmaseda.

Cerca de setenta personas se inscribieron en la marcha, con salida y meta en la villa, que rodó por Zalla, Gordexola y Güeñes a lo largo de cuarenta kilómetros. Un circuito íntegramente por asfalto, asequible y con la posibilidad de evitar la subida a San Cosme mediante un pequeño bidegorri y un pequeño tramo de carretera secundaria en compañía de miembros de la organización.

Escoltaron a la caravana varios coches clásicos y tampoco faltó la moto que reproducía fielmente las de Televisión Española. También posaron en la foto de familia tomada en el pórtico de la iglesia de San Severino los personajes que ya después de una década identifican a la Retrobike. El sacerdote que impartió su bendición teniendo cerca su porrón de vino, la enfermera, el Guardia Civil que lució tricornio o quien vistió un uniforme original de la Policía Local de Barcelona.

Voluntarios sirvieron un hamaiketako en el Campo de las Monjas.

Este año se unieron varios más a la comitiva. “Removí Roma con Santiago”, indicó Kepa Merino, para conseguir la vestimenta de un trabajador de Correos que hiciera pareja con la bicicleta propiedad de Tomás Amezaga, apasionado del ciclismo que ha reunido una colección de auténticas joyas. Iker Braceras tuvo el privilegio de pedalear en una del ejército sueco que data de la Segunda Guerra Mundial. “Me la trajo mi nuera, la encontró en una tienda cuando cursaba Erasmus allí, pesa mucho, andará sobre los 22 kilos” con espacio hasta transportar un arma, “freno de contrapedal detrás y en la parte delantera, de tambor”. Con frecuencia ha dado con este tipo de tesoros en Francia, pero si hay una especial es la que utilizó Samuel Sánchez para coronarse campeón olímpico en Pekín 2008. La leyenda de Euskaltel Euskadi es un hijo y un hermano más para Tomás y los suyos, vivió con ellos más de una década en Güeñes mientras su carrera despegaba.

Bizkaiko Itzulia

“Pronto nos veremos, porque viene para la Bizkaiko Itzulia”, adelantó. Después de 29 ediciones, este año la Sociedad Ciclista Balmasedana dejó de organizar la carrera que descubrió talentos ciclistas que después han brillado en el pelotón internacional y la Federación Vizcaina ha tomado el testigo.

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“No teníamos apoyo institucional”, lamentó Kepa Merino. En un comunicado el pasado mes de marzo en el que ponía de relieve las dificultades económicas para sacarla adelante, la agrupación dio las gracias a todos los equipos que han participado teniendo en sus filas al propio Samuel Sánchez, Iban Mayo, Mikel Landa, Carlos Rodríguez, Juan Ayuso o Remco Evenepoel, entre otros.

La Sociedad Ciclista Balmasedana anima a la juventud a unirse al proyecto en esta nueva etapa.