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Un férreo protocolo permite garantizar la seguridad de las barracas en Bizkaia

Euskadi minimiza el riesgo de accidentes como el de Castro por estar sujeta a la normativa legal más avanzada del Estado, que carece de un reglamento único

Un férreo protocolo permite garantizar la seguridad de las barracas en BizkaiaPankra Nieto

Con la llegada del periodo estival y la multiplicación de fiestas populares en los diferentes municipios de Bizkaia y, por extensión, de toda Euskadi, las atracciones de feria redoblan su impulso y el poder de entusiasmar a niños y niñas, y hasta a mayores.

Episodios a lamentar como el sucedido la pasada semana en Castro Urdiales, donde tres menores resultaron heridas al descolgarse el habitáculo en el que iban sentadas, ponen el contrapunto y generan, sobre todo en padres y madres, el efecto contrario: un halo de temor indisimulado que, al menos en cuanto a las estadísticas en la CAV, resulta infundado.

De hecho, sirven para dar fe de que las barracas en el herrialde vizcaino y en el conjunto del territorio vasco son extraordinariamente seguras. Y ello obedece a contar con el protocolo más estricto en materia de seguridad y una de las normativas legales más avanzadas del Estado español, donde no existe un reglamento único que regule su funcionamiento.

Inspección y seguridad

Así lo corrobora a DEIA Juan Luis González, gerente de Afade (Asociación de Feriantes Autónomos de Euskadi), que se remite a la norma del Gobierno vasco que regula las inspecciones y la seguridad de las atracciones de la CAV, establecida por la Ley 10/2015 y el decreto 17/2019; mientras que en el Estado operan mecanismos que se apoyan en el Real Decreto 2816/1982 publicado hace 43 años. “Nuestra vigilancia es muy exhaustiva”, subraya, como lo atestigua el hecho de que “nunca hemos sufrido un gran accidente”. “Incidentes pueden pasar porque el 100% de seguridad no te lo da nada ni nadie, pero las cosas que ocurren nada tiene que ver con lo que hemos visto recientemente en Murcia o en Castro”, añade.

Cuando un feriante solicita su permiso al Ayuntamiento de la localidad correspondiente donde quiere montar su atracción tiene que cumplir, para empezar, con una serie de requisitos. Hablamos de estar al corriente con los pagos de Hacienda y de la Seguridad Social; disponer de un certificado de revisión anual similar a lo que sería la ITV de un vehículo; contar con un certificado de extintores; tener un boletín del instalador de que la barraca se encuentra en perfectas condiciones, e incluso, antes de hacer el montaje, debe acudir un ingeniero a constatar que se halla bien montada y cumple con el protocolo. Además de eso, muchos consistorios se vuelcan en hacer su propia revisión junto al ingeniero citado que también la realiza.

"Tenemos todo bajo un mejor control gracias a los técnicos y a la profesionalidad de los feriantes"

Juan Luis González . Gerente de la Asociación de Feriantes Autónomos de Euskadi (Afade)

En semanas como Aste Nagusia de Bilbao el procedimiento de revisión que llevan a cabo técnicos municipales incluye tres fases. Primero, el Ayuntamiento prepara un plano para distribuir las ubicaciones con especial atención en mantener la seguridad, así como en los pasos de vehículos de emergencias y los accesos para personas con movilidad reducida. Es después cuando los feriantes se acomodan en sus parcelas y entregan los papeles determinados por la regulación.

Análisis de instalaciones

La ley exige entregar otro informe técnico acreditativo del cumplimiento de las condiciones de seguridad relativas, al menos, a la descripción de la atracción, instrucciones de montaje, mantenimiento, conservación y uso. Posteriormente, llega el control del montaje de la atracción, además de las revisiones de estructura, anclaje, instalaciones eléctricas y pruebas de seguridad, a lo que se unen intervenciones operativas.

Las instalaciones eléctricas son analizadas por operarios de Iberdrola, que dan el visto bueno a las condiciones y firman el permiso porque, de lo contrario, no se les reportaría la energía para entrar en funcionamiento. De hecho, González apunta a que en el suceso de Alquerías (Murcia), donde una niña de dos años murió electrocutada cuando jugaba en unas camas elásticas, “no había toma de tierra ni los diferenciales de alta sensibilidad”.

"La vigilancia es muy exhaustiva, ahí está el hecho de que nunca hemos tenido que lamentar un accidente grave"

Juan Luis González . Gerente de la Asociación de Feriantes Autónomos de Euskadi (Afade)

Para colmo, se puede apreciar en las imágenes del hecho acontecido en Murcia que el cerramiento de las camas elásticas era metálico y la red también, “algo que aquí está prohibido ya que es de hilo”. “Es ilógico porque los críos al saltar se pueden dar un buen golpe. He visto que por Andalucía también usan este sistema, hay cosas que son increíbles que se sigan permitiendo”, indica el gerente de Afade, que alude a la laxitud de las reglas que se ejecutan en el Estado. “No tienen un protocolo homogéneo.

Muchas veces el del ayuntamiento no coincide con el de la comunidad autónoma y, al final, acaban todos lavándose las manos. Independientemente de que tú montes las atracciones en un sitio público o privado, el que debe conceder el certificado de apertura es el ayuntamiento. Es como cuando abres un comercio”, verbaliza González, quien además se centra en la profesionalidad del feriante, que revisa a diario todo el montaje y la estructura.

Revisión diaria

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“Durante todas las jornadas son continuamente vigiladas por el titular de la atracción y los empleados. En el hipotético caso de cualquier mínimo incidente sería precintada automáticamente por la Policía Municipal y no volvería a funcionar hasta que no pasase el ingeniero para la revisión. No es solo sacar a los que han sufrido el accidente y ya está”. Algo similar pasó en 2023 en Barakaldo cuando se clausuró una barraca de manera cautelar después de que una mujer se precipitara desde su interior y se diese un golpe en la cabeza, siendo reabierta horas después de su inmediata inspección.

La asociación de feriantes de Euskadi agradece poder aclarar que en feudo vasco se es muy escrupuloso con todo este proceder “porque puede pasar que al estar Castro aquí al lado la gente piense que funciona igual en todos los sitios”. Por ejemplo, en el municipio cántabro tienen que rendir cuentas a Puertos (Dirección General de Industria) por la localización de las atracciones. “Nosotros, en la CAV, también trasladamos todo a Puertos si se da el caso pero también al ayuntamiento correspondiente”, precisa González. “Accidentes podemos tener pero no de ese calibre. El riesgo es mínimo. No digo que no puedan pasar, quizás hemos tenido una pizca de suerte hasta ahora pero lo que es seguro es que tenemos todo mejor controlado por los técnicos y por los profesionales que llevan las atracciones. Es un negocio al mando de gente muy profesionalizado, más allá de que con alguien en concreto haya que andar detrás de él”, argumenta el gerente de Afade, que cifra en alrededor de 300 el número de familias que han hecho de las barracas su profesión en Euskadi.