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Carlos AlzagaDiputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial

“El ruido de las microvoladuras en Artaza será similar a un cortacésped, dos como mucho a la semana y de tres segundos”

El diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial responde a las principales preocupaciones y temores que generan las obras del túnel bajo la ría

“El ruido de las microvoladuras en Artaza será similar a un cortacésped, dos como mucho a la semana y de tres segundos”Oskar González

Carlos Alzaga afirma comprender la preocupación y el temor de los vecinos y las comunidades educativas del entorno de Artaza, donde se atacará uno de los extremos del túnel bajo la ría que unirá ambas márgenes. Por eso, accede a abordar las dudas y temores que han surgido en torno a estas obras. “Queremos evitar que siga extendiéndose una información sesgada y alarmista, muchas veces por desconocimiento y otras por interés”, confía.

¿Entiende la preocupación de los vecinos de la zona?

Todos tenemos ese temor cuando se van a hacer unas obras en nuestro entorno; hay que ponerse en la piel de las personas que están ahí y ser empático con ellas. Precisamente por eso, desde la redacción del proyecto se están tomando medidas para minimizar los impactos negativos. Queremos evitar que siga extendiéndose una información sesgada y alarmista, muchas veces por desconocimiento y otras por interés.

¿Se ha reunido con ellos?

El canal inicial de comunicación fue primero la posibilidad de presentar alegaciones al proyecto: dos de cada tres que se realizaron por parte de colectivos o vecinos particulares se han incorporado total o parcialmente. Se ha hecho un proceso muy activo de escucha para introducir esos elementos que preocupan a la gente. Además se han mantenido reuniones con representantes municipales, del Gobierno vasco...

¿Usted ha tenido obras de esta envergadura cerca de casa?

¿Y quién no? En Amorebieta he vivido décadas pegado a las vías: durante el día pasa el tren y por la noche, mercancías y se hace el mantenimiento. Acabas entendiendo que es necesario si quieres utilizar el tren. Hay que pensar en el futuro: pasar unas molestias ahora para que las siguientes décadas sean más positivas.

Uno de los aspectos que más temen es la pérdida del parque de Artaza, un pulmón verde para la zona.

No voy a negar que habrá molestias, porque estamos hablando de una obra de una envergadura importante. Tendremos que acotar la parte del parque más cercana a la rotonda. Desde ahí comenzaremos la abertura que nos lleve a la excavación del túnel. Pero el parque no se cerrará.

¿Y después?

Artaza no perderá ni un milímetro cuadrado de zona verde y, cuando termine la obra, quedará mucho mejor que ahora, con dotaciones nuevas. Se mejorarán los paseos peatonales y para bicis, y se construirá un pumptrack. Habrá un estanque de anfibios, fomentando la biodiversidad y la educación ambiental, muy interesante para los centros educativos. y se preservará la linaria supina, especie de planta de especial protección.

Preocupan las voladuras, a pocos metros de los centros educativos.

Esta es una de esas informaciones fake que tengo que desmentir. Son microvoladuras, pequeñas detonaciones de hasta un kilo, para romper la roca, generar aire dentro y poder excavar con mayor facilidad. La roca se rompe antes y se acortan los tiempos de trabajo, además de poder adecuarlas a horarios y días determinados.

¿Cómo serán?

Su sonido puede asemejarse al de la recogida de la basura o una cortacésped a motor, durante tres o cuatro segundos. Lo he comprobado: es un ruido mínimo. Y, por supuesto, no pone en peligro los edificios, aunque se hará un peritaje previo de los edificios que lo soliciten. Las microvoladuras se han utilizado en los cimientos del nuevo San Mamés o en la construcción de BEC y no ha pasado nada.

¿Cuántas se harán?

Hay una previsión de que serán necesarias, como máximo, dos por semana, en nueve meses.

¿No hay alternativa?

Una máquina picadora que está continuamente haciendo ta-ta-ta-ta, que bastante más molesto.

¿El ruido y el polvo son inevitables?

Sí, por eso desde la redacción del proyecto ya se han previsto medidas para minimizar las molestias. Contamos con el mayor y más detallado estudio acústico que se ha realizado nunca en una obra promovida por la Diputación: se han analizado con muchísimo detalle las afecciones a viviendas y a edificaciones del entorno en todas las fases de la obra, además de las características acústicas de las maquinarias. Se abrirá una línea de ayudas para reforzar las ventanas o colocar nuevas en centros educativos y viviendas; rebajando así los decibelios y el polvo en el ambiente. A ello ayudarán también las pantallas que se colocarán en prácticamente todo el perímetro de la obra y otras medidas como poner toldos a los camiones que transportan el material excavado, o regar con agua continuamente la carretera y las ruedas de los camiones.

En el Instituto Artaza les preocupa la “mina a cielo abierto” a 55 metros de las ventanas, que se expropiará parte del patio, un vertedero temporal de tierras bajo las ventanas...

Va a haber una ocupación del patio pero fuera del periodo académico, en una esquina. Los estudiantes no lo van a notar porque será cuando estén de vacaciones y después se tapará.

¿Cuánto tiempo se tendrá que convivir con las obras?

Aunque la obra completa durará algo más de seis años, las molestias más relevantes se producirán en los tres primeros. Me gustaría lanzar un mensaje en positivo: las grandes obras levantan recelos durante el proceso de ejecución pero, una vez operativas, han mejorado notablemente la calidad de vida de la ciudadanía. Estoy seguro de que el subfluvial será bueno para Eskuinaldea.

¿Es realmente necesario este túnel?

Si queremos una Bizkaia sin carreteras que se conviertan en trampas para conductores y conductoras como ocurre ahora mismo con La Avanzada y Rontegi, sí. Los atascos son frecuentes y ni qué decir si ocurre un accidente... Rontegi es el único paso en once kilómetros entre ambas márgenes. Con el subfluvial, desde Artaza se enlazará en cuatro minutos con la A-8 hacia Cantabria, Asturias o Galicia, y también con la AP-8 y AP-68 hacia Gasteiz y, por tanto, hacia la meseta, Madrid, Andalucía...

¿No atraerá más coches?

Rotundamente, no. Cada año aumenta el tráfico en la red viaria pero no lo hace, ni lo hará, en la proporción que algunas personas auguran. El crecimiento previsto es el llamado vegetativo; el real será inferior porque tenemos un sistema de transporte público potente y los municipios están implementando medidas como las zonas de bajas emisiones. No creo que genere un efecto llamada, pero sí ayudará a redistribuir el tráfico con menos sobrerrecorridos y menos gasto de combustible: menos emisiones contaminantes y más seguridad.