Síguenos en redes sociales:

Reunión de coches clásicos en Plentzia

Numerosas personas se deleitaron con los 190 coches y motos antiguas que participaron en la XVI concentración comandada por la asociación Plentziaclassic, que concedió sus habituales reconocimientos desde la plaza del Astillero

Reunión de coches clásicos en Plentzia

A todo gas en Plentzia, aunque sea aparcados... La concentración de vehículos clásicos de la villa deslumbró en una soleada mañana. La estampa de esos coches y esas motos desplegados por la plaza del Astillero, cubriendo cada centímetro cúbico, fue impresionante una edición más... Y ya van 16 revoluciones anuales de esta cita que conduce la asociación Plentziaclassic y que asombra a cualquiera.

Fue una exitosa quedada y una aplaudida asistencia de público. Se inscribieron unos 190 vehículos. Así que las miradas de los curiosos, que fueron muchísimas, necesitaron su tiempo para contemplar y analizar cada joyita. Las había muy llamativas: como un Cadillac Eldorado, de 1976, que suscitó incontables comentarios y lució de maravilla ante las cámaras. Los había majestuosos, los había con clase a más no poder, los había con poderío, los había enormes... Y, por supuesto, estaban los escarabajo, que tantos y tantos recuerdos despertaron entre los espectadores. “Antes íbamos todos los de la familia ahí metidos hasta Málaga”, contaba un veterano del lugar. Memorias de una época. Retratos del pasado.

Fue muy admirado también un Fiat Spider 850 Spider rojo, de 1966, que bien sirvió para hacer volar la imaginación y ensoñar con alguna que otra aventura... O un Porsche 964 Turbo de 1991. ¡Qué elegancia!

Y, por supuesto, la organización eligió a los suyos. Es decir, a los coches y motos que cada edición se llevan sus trofeos. El reconocimiento para el automóvil más antiguo fue para un Ford Convertible Coupé de 1936, propiedad de Emilio Baró. Y la distinción para la moto con más años encima fue una BMW R25, de 1954, de Víctor Delgado. Por otro lado, Plentziaclassic puso en valor al coche que acudió a la villa desde un punto más lejano: desde Iruñea llegó un BMW 318 IS, con Iñigo Vivanco a los mandos. La moto que más kilómetros hizo fue la Vespa TX, conducida por Aitor Iturbe desde Gernika. Además, el premio al automóvil mejor conservado fue para un Legacy de 1990, de Iñaki Hermosilla, y, en el caso de las dos ruedas, para una Ossa E 73, de 1973, de Juan Miguel. Por último, el reconocimiento al mejor vehículo local fue para la moto Sanglas 350 Serie 1, de Iñigo Aspiunza, y el galardón por su afición y dedicación a los clásicos recayó en Juan Carlos Torre. Realmente, todos estos dueños de clásicos sienten adoración por ellos y los tratan con mimo. De ahí que, por ejemplo, durante la exhibición, se avisara por megafonía al público de que los coches y las motos “se miran, pero no se tocan”. Son tesoros. Hay que respetarlos. “Da gusto ver qué bonitos están: tan bien cuidados y tan limpios”, admitía Begoña, una de las personas que se acercó a visitar esta concentración con identidad en Bizkaia. Muchos de los coches abrieron también sus capós para así dejar al descubierto sus secretos y que los entendidos en la materia puedan disfrutar con esa maquinaria. Fueron numerosos los asistentes que preguntaron a los propietarios por curiosidades, porque este tipo de eventos también van de eso: de charlar y compartir una pasión. De hecho, estos encuentros entre aficionados al motor antiguo están proliferando y creciendo por el territorio. Cada vez se organizan más concentraciones de este tipo, que son, ciertamente, un deleite para los ojos. “A ver si no quemamos a la gente”, opinaba Iñigo Ezquerra, el presidente de Plentziaclassic, de la que forman parte 19 miembros. “Esperemos que la gente no se aburra de ellas, corremos ese riesgo”, consideró.

Reflexiones

Ese debate se cuela en las conversaciones entre los rugidos, los paseos y los arreglos. También hay otros: como el tema de convertirse en matrículas históricas. Según Iñigo, las instituciones están tratando de que los coches antiguos hagan los trámites pertinentes para pasar a ser históricos y hay muchos propietarios que no son partidarios de ello. “Hay ayuntamientos que presionan para que sean históricos y se olvidan de los clásicos”, comentó. En este sentido, esta agrupación “no tiene problemas” con el Consistorio plentziarra, tal y como matizó el presidente de Plentziaclassic. Desde octubre de 2024 hay una nueva normativa. La ventaja de este cambio es poder ir a las ITV en períodos más prolongados. Por lo demás, hay dudas sobre si es cierto o no que haya seguros para matrículas históricas menos caros, o que coches de estas características paguen menos impuestos. Asimismo, para realizar este paso, se necesita mucha documentación para un procedimiento largo, que no es barato: puede superar los 500 euros. “Para mí, no es interesante hacerse histórico”, admitió Iñigo. El coche se incluirá en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español, porque se catalogaría como un bien de interés cultural.