El aumento del precio del cobre en los últimos años lo ha convertido en uno de los metales más codiciados en el mercado. Debido a su accesibilidad, ya que se encuentra en la mayoría de tuberías de gas y agua, y a su alta cotización, cada vez es más buscado por los amigos de lo ajeno. Aunque principalmente estos tipos de hurtos se dan en instalaciones industriales o en el alumbrado público, últimamente cada vez son más habituales en edificios de viviendas de Bizkaia.
Además de la pérdida material, este tipo de acciones delictivas acarrean un riesgo para la salud y la seguridad de aquellos que residen en los edificios afectados. La sustracción de partes de este tipo de conductos pueden producir cortes de electricidad e interrupciones en diferentes servicios como las comunicaciones, los trenes o el alumbrado público.
Gas Nature, una empresa vizcaina dedicada a la instalación de calderas de gas y de sistemas de climatización, conoce de primera mano las consecuencias de estos robos en infraestructuras de este tipo.
Alertan de que los robos de cobre en tuberías de gas y agua en viviendas de Bizkaia son una práctica que va en aumento y que cada vez es más habitual en centros urbanos. “Solamente en 2024 tuvimos que reparar los conductos del gas en cuatro comunidades de vecinos”, afirma una de sus empleadas.
Tanto es el interés en este metal que las maneras de hacerse con él son cada vez más elaboradas. Una empleada de la empresa recuerda que en un edificio de Zorrotza se llevaron una instalación potente de tubo ancho, algo que, en su opinión, requiere una técnica y un instrumental muy especializado. “Se llevan todo lo que pueden, incluso en el tejado. Es un material muy complicado de partir y aún no sabemos cómo lo llegan a hacer”, confiesa.
Pese a que los hurtos se suelen producir en zonas exteriores, lo que hace que el gas se libere al aire, siempre hay una probabilidad de que se pueda generar una explosión. “También hay veces que se han llevado cables del cuarto de contadores, aunque lo habitual es que lo hagan en zonas horizontales ya que tienen que hacerlo rápido y es hasta donde llegan”, señala esta trabajadora.
Dos robos en apenas quince días
Una vez se llevan los conductos, las comunidades de propietarios contactan con instaladores para reparar el servicio en el menor tiempo posible. Según afirman desde la empresa, han tenido que realizar hasta trabajos verticales en ocasiones para subsanar la pérdida de gas.
“Hay una comunidad en Bilbao a la que le han robado dos veces en apenas dos semanas, lo que ha generado una gran preocupación entre los vecinos. Esto supone un riesgo para ellos porque los ladrones no cierran la llave del gas, por lo que se produce una fuga”, explica alertando sobre las consecuencias de estos delitos.
Ese doble hurto en apenas quince días se ha dado durante este mes de abril en el cantón Julián Echevarría ‘Camarón’, junto a la calle Barrenkale Barrena del Casco Viejo. “Ocurrió el viernes antes de Semana Santa. La pequeña puerta que da acceso a la cárcava donde se encuentran las tuberías, fue forzada y desde allí se llevaron varios trozos de cobre, dejándonos sin gas a toda la manzana, ya que compartimos instalaciones”, cuenta una vecina del portal afectado.
Se percataron de que algo no iba bien cuando dejaron de contar con agua caliente. Tras contactar con la agencia de seguros, fue el técnico de mantenimiento quien, después de revisar los conductos, advirtió de que la cañería había desaparecido.
Apenas habían pasado unos días desde que la junta de propietarios resolvió el problema junto a la compañía de seguros y de gas, cuando un nuevo hurto los sorprendió en plena Semana Santa. El robo había sido perpetrado con el mismo modus operandi, rompiendo la cárcava para acceder a la tubería. “Nos pilló de vacaciones y nos avisaron de que habían vuelto a llevarse otro tramo de cobre", apunta.
Acción rápida y planificada
Probada la facilidad con la que los cacos pueden robar este material tan preciado, desde esta comunidad exigen que, ya que es propiedad de los vecinos, este tipo de instalaciones esté protegido de alguna manera y no sea tan accesible para cualquiera que quiera acceder a esta zona. “La puerta se abre con una especie de llave maestra para que diferentes colectivos como operadores, bomberos o los propios residentes puedan entrar”, indica.
Muy cerca del edificio afectado se encuentra el restaurante japonés Musume Izakaya. Sus trabajadores aseguran que vieron cómo unos individuos accedían a la zona por la fuerza y se llevaron el material de una forma rápida y planificada. “Fue como a las 10.00 o a las 11.00 horas de la mañana. Forzaron la puerta de abajo de la estructura, cortaron el gas y se llevaron los trozos de cobre tras extraerlos con una herramienta”, asegura su jefe de cocina.
El hurto fue en cuestión de segundos ya que, como afirma el trabajador de este establecimiento, la Policía llegó rápidamente al lugar de los hechos y los malhechores ya se habían ido hace rato.
Fernando, otro residente del barrio, asegura que cada vez son más frecuentes este tipo de actividades delictivas en la zona. “Últimamente está habiendo hurtos de cobre y de cañerías por todos lados. La última vez que pasó en mi edificio fue en enero. Me levanté y no había gas en casa. Pensé que había sido una broma de algún gamberro, ya que la llave de paso está a la vista de todos. Sin embargo, cuando bajé a la calle ví que no había tubería, se la habían llevado”, explica.
Diferentes agencias de seguro vizcainas afirman que ya se han dado varios casos como el de esta comunidad de Bilbao. Sin embargo, señalan que la mayoría de los seguros de hogar o de negocio cubren el robo de objetos dentro de la propiedad, incluyendo el cobre si está instalado como parte de la estructura o como propiedad del asegurado.