La planta de Bridgestone en Basauri está atravesando por el que, probablemente, sea el peor momento de su historia. Así comenzaba el comunicado conjunto leído por el Comité de Empresa tras la masiva manifestación que recorrió el martes el centro de la localidad en protesta por la intención de la multinacional japonesa de destruir 335 puestos de trabajo, algo más de un tercio de la plantilla actual.

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En imágenes: Miles de personas se manifiestan en Basauri contra los despidos en Bridgestone Borja Guerrero

Y esa afirmación es real y muy cierta, pero la lucha obrera vinculada a esta factoría basauritarra -en sus orígenes Firestone Hispania S.A.- por la recuperación de sus derechos o en defensa y mejora de sus condiciones laborales ha sido una constante desde que la fábrica echara a andar el 17 de junio de 1933 con una producción de 200 cubiertas y 200 cámaras diarias.

En sus primeras décadas de funcionamiento, y sobre todo las coincidentes con la dictadura franquista, las posibilidades de progreso para sus empleados estaban muy limitadas o eran, prácticamente, inexistentes. En ese complicado contexto social, la plantilla de Firestone, al igual que en otras muchas empresas, tenía que aceptar y sufrir unas condiciones laborales extremas debido a situaciones relacionadas con las largas jornadas de trabajo, las altas temperaturas, los sobresfuerzos ligados a aumentos de producción o la toxicidad de algunos componentes.

El punto de inflexión a nivel nacional fue la conocida como Huelga de Bandas protagonizada, entre noviembre de 1966 y mayo de 1967, por los operarios de la fábrica de Laminación de Bandas de Frío ubicada en la localidad de Etxebarri. El conflicto laboral se extendió durante 163 días y sirvió de germen para posteriores acciones de protesta y movilización obrera en muchas otras empresas, entre ellas Firestone Hispania de Basauri.

Llamamiento a la lucha obrera cuando la factoría basauritarra aún eta Firestone Hispania

Llamamiento a la lucha obrera cuando la factoría basauritarra aún eta Firestone Hispania

Primeras protestas en 1975 y 1976 

Una de ellas tuvo lugar en enero de 1975, cuando aún faltaban unos meses para la muerte de Franco y en una época donde no existía la figura de los convenios laborales. En esta coyuntura, los trabajadores de la fábrica se empezaron a organizar en asambleas para exigir a la dirección de Firestone Basauri una negociación sobre los denominados Reglamentos de Régimen Interior.

La empresa se cerró en banda y respondió con despidos a los trabajadores participantes en protestas y paros. Esta drástica medida desató un descontento generalizado y una huelga, hasta entonces sin precedentes, con manifestaciones que fueron duramente reprimidas por la policía. Pero no fue en balde. Firestone reculó y, finalmente, los trabajadores fueron readmitidos.

En 1975 hubo paros y protestas en la negociación del Reglamento de Régimen Interior

En 1975 hubo paros y protestas en la negociación del Reglamento de Régimen Interior

Duró poco la tranquilidad porque un año después, en 1976, hubo una huelga que se alargó durante nada más y nada menos que 72 días por causas relacionadas, sobre todo, con una situación económica hostil para la clase trabajadora con salarios bajos y congelados mientras el IPC se incrementó ese año un 19% y nada menos que un 26% durante 1977.

Bloqueo de dos bancos en 1978

Fueron, en general, años muy convulsos. De constantes paros, huelgas, piquetes a la entrada de la empresa, manifestaciones secundadas en Basauri por miles de personas, acciones de protesta… Y algunas de ellas muy originales que acapararon la atención de los medios de comunicación.

Un corte de carretera en Urbi en junio de 1978 en la portada del desaparecido diario Hierro

Un corte de carretera en Urbi en junio de 1978 en la portada del desaparecido diario Hierro Archivo Diputación Foral de Bizkaia

La más llamativa, sin duda, el colapso de dos sucursales bancarias en Bilbao para presionar a las entidades partícipes del capital de Firestone como eran, entre otras, el Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya.

Fue en junio de 1978. “Mi padre, en aquella época trabajador de Firestone, me contó muchas veces que coparon las dos oficinas”, relata un empleado actual de Bridgestone Basauri. Se organizaron para ir cientos de trabajadores a la vez, montar “unas colas gigantescas” y una vez en la ventanilla “pedir la apertura de una cuenta ingresando 50 pesetas”.

La Gaceta del Norte también dedicó noticias a la llamativa protesta bancaria

La Gaceta del Norte también dedicó noticias a la llamativa protesta bancaria Archivo Diputación Foral de Bizkaia

Después, se volvían a poner a la cola. Así, “uno detrás de otro, uno detrás de otro realizando pequeñas operaciones” para obstaculizar la actividad bancaria habitual. “Me han llegado a decir que un cajero o una cajera se marchó de allí medio desmayado porque estaban desbordados y superados por la situación”, afirma. 

El diario Hierro también se hizo eco del original acto de protesta en sucursales bancarias

El diario Hierro también se hizo eco del original acto de protesta en sucursales bancarias Archivo Diputación Foral de Bizkaia

Y también ha habido momentos en la historia de Firestone para luchar a favor de los derechos de las mujeres trabajadoras como el ocurrido a finales de la décadas de los 70 con la denuncia ante Magistratura de Trabajo reivindicando un mismo salario ante un mismo puesto, una acción que se ganó ante la justicia. 

Primer gran despido colectivo como Bridgestone

En 1998, la empresa japonesa Bridgestone se hace con la matriz Firestone a nivel mundial y seis años después unifica todo su negocio en Europa, entre ellas las plantas actuales plantas de Basauri, Usánsolo, Puente San Miguel y de Burgos. 

Es un periodo de pérdida de beneficios laborales adquiridos décadas atrás pero de relativa tranquilidad hasta noviembre de 2012. Al igual que ahora, la dirección de la empresa plantea la necesidad de despedir a 442 trabajadores de sus cuatro plantas estatales. Fueron semanas de incertidumbre, de negociaciones y un referéndum llamado a boicotear para votar la propuesta de la empresa que fue reduciendo sus pretensiones iniciales.

Solo un 55% de los integrantes de las plantillas depositaron voto en las urnas y el planteamiento de Bridgestone salió ganador. Como resultado, se destruyeron un total de 327 puestos de trabajo: 177 en Basauri, 52 en Burgos, 81 en Puente San Miguel y 17 en Usánsolo.

Una década después, la historia se repite. Un conflicto laboral en Bridgestone Basauri vuelve golpear el municipio y la comarca. 335 puestos de trabajo están en juego y el actual comité de Empresa, conformado por CCOO, UGT, BUB, SITB y ELA, evoca a sus antecesores para llamar a la movilización y a la lucha. “Somos herederos directos de aquellos compañeros que ya no están, que antes de nosotros se enfrentaron a la adversidad unidos”, recordaron en el comunicado del martes. “Honrémosles por ellos, por nosotros y por el futuro de nuestros hijos y de nuestro pueblo”, declararon con contundencia. Y el mensaje es claro: Aquí no sobra nadie".