El respeto por el medio ambiente es cosa de todos y, además, esas acciones en favor de la naturaleza pueden unir generaciones. Así se está demostrando a lo largo de toda esta semana en Sestao, donde tanto los escolares de la localidad como los usuarios y usuarias de los centros de mayores municipales están siendo los protagonistas del plantado de hasta 3.000 robles, plantas cedidas por la Diputación Foral de Bizkaia, en el parque Ondejeda. Esta acción intergeneracional se enmarca en la celebración, mañana, del Día Internacional de los Bosques.

Cada mañana de esta semana, se pueden ver estampas de amor a la naturaleza, sí, pero también de unión entre generaciones que, aunque a veces no lo parezca, tienen mucho en común y que aprender los unos de los otros. Según Ian Méndez e Ian Romero, dos alumnos del colegio Albiz de la localidad sestaoarra, “lo mejor de todo es que hemos aprendido mucho de los mayores y cuando seamos muy mayores les diremos a nuestros nietos que nosotros plantamos estos árboles que ya serán muy grandes. Lo más complicado ha sido hacer el agujero para meter la planta”, señalaron estos dos jóvenes que por segundo año consecutivo participaron en esta iniciativa que ya es tradición en el municipio sestaoarra. Lo que ha sido toda una novedad es que los usuarios y usuarias –sobre todo usuarias– de los centros municipales de mayores del municipio se sumen a esta iniciativa. Pala y azada en ristre, los mayores enseñaron a los más jóvenes secretos sobre cómo cavar mejor y, también, llenos de cariño, ayudarles a plantar ese árbol. Una de esas personas mayores que ayer fue hasta el parque Ondejeda para poner su granito de arena en esta iniciativa fue Lola Redo. “Da gusto estar con los niños. Nos dan energía, son los que nos levantan y animan. Voy al centro de mayores, me gusta hacer actividades y me animé a participar en este plantado de árboles. Sé que es un día que los niños no van a olvidar y hoy me voy a ir a casa más llena y contenta por ello”, indicó Lola, a quien se le vio durante toda la mañana con mucha maña con la azada. “Es que la he usado mucho siendo tan pequeña como ellos. Me tocaba plantar patatas, árboles, lo que fuese. Hay que respetar el medio ambiente, es lo más sano y necesario que hay”, recordó esta mujer gallega, que lleva más de medio siglo en Sestao, donde ha asentado su proyecto de vida. “Había pasado por aquí muchas veces y siempre decía que era muy necesario plantar árboles, porque aquí en verano pega muchísimo el sol y las personas mayores no tenemos dónde cobijarnos”, apuntó Lola.

Además de niños y mayores, también estuvieron presentes en la jornada ediles de todos los partidos políticos con representación en el pleno sestaoarra. Todos ellos siguieron las instrucciones de los profesionales del servicio de jardinería y mostraron de una forma muy gráfica el compromiso de Sestao con el medio ambiente. Con una pala y una azada no sólo se puede plantar un árbol, sino que también se puede unir a personas, aunque sean de generaciones distintas.