La primera fase del actual Puerto de Bilbao se materializó en 1992. Desde el inicio de las obras de ampliación la Autoridad Portuaria de Bilbao ha invertido 500 millones de euros para ganar al mar dos millones de metros cuadrados de superficie terrestre. A partir de ahí, paso a paso, piedra a piedra, se fue construyendo la actual terminal portuaria. Una infraestructura que mueve más de 30 millones de toneladas de todo tipo. Un Puerto polivalente por el que pasan graneles líquidos, graneles sólidos, mercancía general, contenedores. El Puerto ha evolucionado con el Territorio y la actividad económica. Y viceversa.
La evolución del Puerto y la Ría ha llegado a generar conversaciones sobre temas completamente insospechados en 1992. Temas que hace tres décadas hubieran sido más propios de un programa sobre realidades alternativas que objeto de un debate serio y con verdaderas personas expertas como el que DEIA organizó el pasado martes en Itsasmuseum. Por ejemplo, la estacionalidad en el flujo de turistas en los servicios vinculados a la Ría de Bilbao. Con el director de DEIA, Iñaki González, como catalizador, la gerente del Puente Bizkaia, Marta Uriarte, y el director general de Bilbao River Company, Gabino Gorostiza, sacaron a la luz esta cuestión.
“Este año –por 2024– hemos tenido menos visitas que en el anterior. También es cierto que la climatología condiciona, por ejemplo, el tiempo en el puente de diciembre fue un desastre y eso se nota mucho”, dijo Marta Uriarte. La gerente del Puente Bizkaia reconoció ciertas limitaciones. “El aforo de la pasarela está limitado a 50 personas y la capacidad de los ascensores tiene un tope, pero eso y todo, noto que no nos llega ese boom turístico de la gran ciudad”, aseguró. El puente presenta picos de afluencia en verano y Semana Santa para caer de manera sensible en invierno. Esos meses se enfocan a las poblaciones cercanas.
La experiencia de Bilbao River Company es similar. “Nos dedicamos a proporcionar un servicio vinculado principalmente al tiempo, a la climatología. En primavera y verano tenemos una afluencia sostenida. Los valles se producen en esta época, enero y febrero, hasta llegar a la Semana Santa”, narró Gabino Gorostiza. Así que en esas fechas se centran en proporcionar servicio a grupos locales a los que no afecta tanto la meteorología y a centrarse en la propia empresa.
La estacionalidad del turismo en Bilbao y Bizkaia era un problema vinculado en los años ochenta a los grandes eventos que organizaba la Feria de Muestras. Ni siquiera Aste Nagusia constituía un tractor de masas como lo es desde hace ya un par de décadas. Hoy, la recuperación de los márgenes de la Ría gracias a la suma de presupuestos y voluntades, sin olvidar el gran trabajo del Consorcio de Aguas, han solucionado serios problemas y han generado otros a solventar, ciertamente mucho más livianos, como el citado de la estacionalidad en la llegada de turistas.