El alcalde de Muskiz, Edu Briones, remitió el pasado 20 de noviembre una carta al Juzgado Decano de Barakaldo en la que alertaba de que la localidad venía sufriendo desde finales de octubre una serie de incidentes “protagonizados por un número muy reducido de varones jóvenes de nacionalidad marroquí, con pasado o presente en el Centro de Menores sito en la colindante localidad de Sopuerta”. En la misiva, rubricada también por el jefe de la policía local, el alcalde destaca que se está generando “una gran alarma social en el municipio y un pequeño conato de rebelión popular mediante patrullas de vecinos, ante la inacción, según los convocantes, tanto policial como judicial”. Según se expresa en la carta a la que ha tenido acceso DEIA, el elevado número de robos y hurtos perpetrados en comercios y bares (seis en 15 días, cuando el ratio habitual sería de uno cada dos o tres meses), los actos incívicos continuos y, sobre todo, la okupación / allanamiento reiterada de una vivienda habitada e intentos del mismo tipo en otras viviendas así como la okupación de los baños públicos de El Crucero “siendo los presuntos autores siempre un mismo grupo reducido de varones, está generando entre la ciudadanía una más que comprensible alarma social”.
En este sentido, el alcalde de Muskiz reseña en la misiva que le resulta asimismo “preocupante” el lanzamiento de bulos a través de redes sociales que llaman a la movilización ciudadana, “poniendo el foco en un determinado colectivo en razón de nacionalidad, raza o religión»; algo que, en opinión del primer edil, “multiplica la problemática”.
Una valoración que el primer edil muskiztarra acompaña en su carta con una captura hecha en redes sociales, correspondiente a una publicación relativa al municipio vecino de Abanto-Zierbena, en la que se exhorta a los vecinos “ acudir al campo de rugby y ver los cojones que tienen”, en alusión a las personas migrantes que se han asentado en la zona. Briones ve en esta situación una doble problemática; la realmente provocada por los delitos y la generada por distintas personas en redes sociales que, según alerta, “podría suponer un importante problema de orden público”.
Incidencias
En la carta se hace una relación detallada de una serie de incidencias por fechas, que se resumen en molestias a los transeúntes, reiterados hurtos y robos en comercios y locales de hostelería, y varios intentos de okupaciones de viviendas, desocupadas o no; una de ellas, de hecho, es una casa habitada por una mujer de avanzada edad.
Los nombres de 3 jóvenes se repiten continuamente en los atestados policiales, una vez identificados los presuntos autores de los delitos, en algunos casos, incluso, mediante videocámaras. “Nuestra carta no pretende sino llamar la atención de las autoridades judiciales de que tenemos un problema que supera nuestras capacidades. Nuestra policía local hace lo que tiene que hacer cuando se demanda su atención pero no puede ser que se les identifique y a la media hora estén en la calle”, plantea Briones.