Un niño de 11 años alertó hace poco más de una semana del asesinato de su madre a manos de su padre en Estepa y otro de 2 años falleció el pasado jueves en Linares tras los golpes recibidos presuntamente por la pareja de su progenitora. Ante sucesos tan trágicos como estos, en los que se ven implicados menores, ya sea como víctimas de violencia de género o vicaria, los hijos de una mujer que sufrió malos tratos psicológicos en Bizkaia piden que se implanten “medidas de protección hacia las madres y hacia los hijos. Cada vez hay más, pero a los niños, al menos antes, se les dejaba un poquito apartados”, denuncian.
Por propia experiencia, estos jóvenes, que tenían 14 y 10 años cuando su madre denunció a su padre, piden que se “dé más visibilidad a lo que tienen que contar los niños que, siendo pequeños o mayores, algo habrán visto, algo habrán oído, algo te podrán decir”. Aunque admiten que “poco a poco va cambiando el asunto”, instan a que se “tenga más en consideración” a los menores. “Hay que tener un poquito más de conciencia de que los niños están ahí, lo ven, lo oyen, conviven con ello y saben directa o indirectamente lo que está pasando”, aseguran.
“Impotencia” por la muerte de Cloe
La muerte de Cloe, una adolescente de 15 años asesinada presuntamente a manos de su expareja de 17 el pasado domingo en Orihuela, elevó a 42 la cifra de mujeres fallecidas por violencia de género en lo que va de año en el Estado, justo en vísperas del 25-N, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. “Siento impotencia por el hecho de que, aun viendo todo lo que genera hoy en día y, sobre todo, todas las manifestaciones, siga habiendo gente que continúe ejerciendo esta violencia porque sabemos lo que se siente y cómo es vivirlo”, señala esta joven, hija de una mujer que sufrió “agresiones verbales, amenazas y empujones” y por temor a que la separaran de sus hijos, dada su falta de ingresos, tardó años en denunciarlo.
“A nosotros nos dijeron que estábamos manipulados por mi madre. Es el argumento fácil, cuando lo tienes todo perdido, para ganar tiempo”
Consciente de que, como en su caso, “la gente de alrededor puede no darse cuenta siempre y cuando la víctima no quiera hacerlo visible”, anima a la sociedad a estar alerta para detectar y denunciar este tipo de violencia. “Si alguien se da cuenta, por favor que lo denuncie”, dice. “Aunque tenga solo sospechas”, apunta su hermano. “Al mínimo indicio que veas, habla con esa persona, avisa a su entorno”, propone ella. “Que estén pendientes”, dice él.
Mensaje a los negacionistas
Han sido numerosas las voces que, en torno al 25-N, han alertado del auge de los discursos que niegan que exista la violencia de género. “Hasta que no lo vives en tu entorno cercano no sabes lo que se siente y cómo es. Ojalá que nunca lo vivan, pero estar está. No hay mayor ciego que el que no quiere ver”, censura esta joven, que pide a quienes lanzan esos mensajes negacionistas “que piensen un poquito más en el prójimo”.
Sostener que existen muchas denuncias falsas de mujeres o que estas manipulan a sus hijos en contra de sus padres son otros de los argumentos que se utilizan para restar gravedad a esta lacra. “A nosotros también nos dijeron que estábamos manipulados por mi madre. Es el argumento fácil, cuando sabes que lo tienes todo perdido, para intentar ganar un poco de tiempo. Son niños, son muy maleables. No, no siempre. Algunas cosas las tenemos bastante claras”, afirma.
Tan claras como que las actitudes machistas perduran. “Estás de fiesta con tus amigas, te viene un chico, le dices que no y sigue insistiendo. Hasta que no mencionas que tienes pareja y que es un hombre no te deja en paz y alguno ni siquiera así. A veces tiene que meterse un desconocido y decir: Déjalas ya. Hay gente que lo ve y actúa, pero otros pasan. Falta muchísimo por hacer”.