Ese salto de madurez que trae consigo la transición del mundo de la educación y la formación al mundo laboral representa uno de los momentos más críticos en la vida de cualquier joven. Y es que, pese a ser ilusionante, no está exento de miedos, expectativas, dudas, desafíos e incertidumbres en todo lo que está por venir cuando un joven accede, en la mayoría de los casos, por primera vez a un empleo. En este puente personal y profesional convergen varios conceptos que ayer pudimos escuchar en el foro “Juventud y Empleo: El trabajo del mañana empieza hoy”.

Palabras como formación continuada, actitud, esfuerzo, compromiso, propósito, colaboración, capacidades, habilidades... Todas ellas coparon la mayor parte de las intervenciones de un interesante foro celebrado en la Cámara de Comercio de Bilbao.    

Organizado por DEIA y bajo la batuta del director del diario, Iñaki González, este encuentro contó con la presencia de Mikel Torres, Vicelehendakari segundo y consejero de Economía, Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco que, con su ponencia inicial, dio paso a sendas mesas de debate con Francisco Pedraza, director general de Lanbide; Guillermo de la Rica, Director de Cámarabilbao University Business School; Daniel Irazola, director de Maristak Durango; Roberto García Montero, Coordinador del área de Formación de Peñascal Kooperatiba; Itziar Sabas, directora del departamento de Recursos Humanos y Organización de la Autoridad Portuaria de Bilbao; José Miguel Ulibarri, director de Desarrollo Directivo en Sidenor; Agurtzane Zulueta, Directora de Personas Bizkaia en Laboral Kutxa, Eva Aldeiturriaga, responsable de RRHH de la zona Norte de Leroy Merlín y Eva García López, directora del área de Personas de grupo Teknei.

Realidad laboral para los jóvenes

Como quedó patente en diversos momentos de este interesante foro, las inquietudes de los jóvenes al acceder al mercado laboral son multifacéticas y reflejan las complejidades de un mundo que está en constante cambio y ebullición y donde las nuevas tecnologías y la digitalización marcan mucho los destinos futuros. La inseguridad, la falta de experiencia, las expectativas no satisfechas, la precariedad o las desigualdades sociales son factores que generan ansiedad y preocupación en esta etapa crucial de sus vidas.

Para afrontar estos desafíos, es fundamental que las instituciones públicas, las empresas, los centros formativos, la sociedad y los jóvenes en general implementen políticas y programas que faciliten la transición laboral, ofrezcan orientación adecuada, fomenten la formación continua y promuevan condiciones laborales dignas y justas. Solo así se podrá contribuir a que los jóvenes puedan insertarse de manera plena, segura y satisfactoria en el mercado laboral, construyendo un futuro más prometedor y equitativo para todos. Y esto, a medio y largo plazo es un beneficio para el territorio; en este caso Euskadi.

Como bien argumentaba en su intervención Mikel Torres, el camino para favorecer la entrada de la juventud en el mercado laboral “lo recorremos entre todos. Solo de esta manera y caminando juntos con el mismo horizonte se podrá alcanzar con éxito el objetivo de lograr un mercado laboral justo, digno y emocionante para todos vosotros”. Palabras que el Vicelehendakari segundo y consejero de Economía, Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco dedicó a las decenas de jóvenes que nos acompañaron en el encuentro de ayer en la Cámara de Bilbao. 

Una idea, la lanzada por Mikel Torres, que tomó también como suya Francisco Pedraza, director general de Lanbide, al mencionar la necesidad de acompañar, guiar y apoyar a estos jóvenes que están inmersos en sus últimos años de formación regalada y están ya pensando en cómo será su vida y futuro laboral. “La vida laboral empieza muchas veces y en este sentido la formación continua es clave; así lo demanda también la sociedad”, puntualizó Francisco Pedraza ante la realidad de un mundo que está en constante movimiento y con nuevos trabajos que surgen cada día con motivo de este ritmo social, económico y cultural vertiginoso.

Los empleos del futuro

Los empleos del mañana estarán marcados por la innovación tecnológica y la transformación digital. Con avances en inteligencia artificial, robótica y automatización, muchos trabajos tradicionales cambiarán o desaparecerán, mientras surgirán nuevas profesiones. Además, la sostenibilidad será clave, generando empleos en energías renovables, gestión ambiental y economía circular. 

La salud también será un sector en expansión, con profesionales en telemedicina, biotecnología y cuidado de la salud personalizada. En todos los casos, la formación y la capacitación continua serán fundamentales, ya que a las habilidades técnicas se sumarán otras capacidades personales, las llamadas soft skills, como son la creatividad, la adaptabilidad, el trabajo en equipo o la comunicación, que serán muy valoradas a la hora de optar a un empleo. 

En resumen, como quedó claro ayer, los trabajos del futuro requerirán de un enfoque interdisciplinario, combinando conocimientos tecnológicos con habilidades sociales y éticas. Un mundo laboral que se volverá más flexible y orientado a resolver desafíos globales, promoviendo un desarrollo sostenible y equitativo para la sociedad.