En imágenes: Hontza, un canto a la biodiversidad en MañariaKevin Doyle
6Hontza Museoa, primer Museo de Ciencias Naturales de Bizkaia abierto en Mañaria, acaba de cumplir su décimo aniversario. Ubicado en el Palacio Zumelaga, donde vivió y murió el escritor Evaristo Bustintza Kirikiño, el espacio ha superado la barrera de los 21.500 visitantes en estos diez años. “La valoración, teniendo en cuenta donde estamos, es buena, pero insuficiente porque nos gustaría que vinieran muchos más visitantes; fundamentalmente los colegios. Vemos que la asistencia de los escolares es muy salteada en las fechas. Hay colegios que tienen la costumbre de venir, pero muchos otros no lo hacen. Estamos en el único museo oficial de Ciencias Naturales que existe en Bizkaia. Yo he sido profesor de Ciencias en Maristak durante casi cuatro décadas y el museo se convierte en una gran oportunidad para enseñar a los alumnos”, defiende Enrique Huerta, creador, fundador y conservador científico de Hontza Museoa.
En la actualidad, el museo cuenta con un fondo cercano a los 50.000 ejemplares, 47.409 de ellos informatizados para poder facilitar las consultas que sean necesarias. Divididos en diez salas, el museo dispone en sus fondos con prestigiosas colecciones, que abarcan todos los campos. Desde la botánica, fungi, geología, hasta la paleontología y zoología (invertebrados y vertebrados).
Además, cuanta con una biblioteca con más de 3.000 libros, revistas y artículos científicos que abordan distintas disciplinas científicas. Mención especial también a la exposición temporal para este curso 2024-2025 –Esqueletos, cráneos y mandíbulas– en la que se pueden contemplar alrededor de 80 ejemplares de distintas especies.
“Tenemos dos donaciones últimas sin dar de alta así que calculo que llegaremos a los 49.000 ejemplares informatizados. Una son más de 300 arenas del mundo con fotos que nos la hizo llegar un catalán y la otra donación está formada por fósiles, minerales, moluscos, animales disecados y otros objetos varios que nos enviaron desde Vitoria”, agradeció Enrique Huerta, consciente de que las donaciones juegan un papel fundamental en la colección del museo. “La joya es un ornitorrinco y el oso hormiguero pigmeo, sin olvidarnos de animales grandes como leones, panteras, guepardos y la jirafa que está recibiendo al personal”, detallaba el responsable y alma mater de estas instalaciones.
En lo que a las misiones se refiere, Hontza Museoa se dedica al campo científico donde numerosos estudiantes, gracias a un convenio con la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), también realizan el trabajo de Grado en sus instalaciones. Especial dedicación también a la labor pedagógica con los centros escolares; y la cultural con todos los visitantes que pasan por el museo, “sin olvidar una función primordial que es la conservación del patrimonio”, recuerdan desde el museo, que abre sus puertas de lunes a domingo, en horario de 11.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 19.00 horas.
Actividades navideñas
Con las navidades a la vuelta de la esquina, desde el museo también han querido programar diferentes actividades para los más jóvenes. Muestra de ello, el 24 y 25 de diciembre, en horario de 10.00 a 12.30 horas, se llevarán a cabo talleres infantiles de pintura para niños de entre 5 y 10 años. La encargada de dinamizarlos será la durangarra Laura Solagaistua.
“La semana que viene también nos visitarán escolares de Leioa y Deusto. Desde una manera lúdica y divertida buscamos adentrar a los más jóvenes en el mundo de la biodiversidad y transmitirles la importancia de la conservación del patrimonio natural”, puntualiza la monitora.
Incansable y con ganas de seguir disfrutando del museo a sus 76 años, Enrique Huerta defiende con firmeza la necesidad de trasladar Hontza Museoa a Durango. Y es que fue en el año 1975 cuando presentó un proyecto para abrir un museo en la villa durangarra, pero ante las negativas y demasiadas faltas de respuesta, decidió, diez años más tarde, abrir al público su muestra. Lo hizo en el segundo piso de una casa de la familia de su mujer ubicada en Mañaria. Este espacio funcionó durante tres años y medio, desde junio de 1986 al 31 de diciembre de 1990.
“Claro que estoy a gusto aquí, pero en Durango se mueven 47.000 personas. Yo lo que quiero es enseñar la biodiversidad; todo lo que tengo y el mejor sitio para hacerlo sin duda alguna es Durango. Hace 41 años se lo propuse a Juanjo Ziarrusta; ojalá algún día llegue esa oportunidad”, reivindica Huerta.
Al detalle
Un tesoro único. “La joya es un ornitorrinco y el oso hormiguero pigmeo sin olvidarnos de animales grandes como leones, panteras, guepardos y la jirafa que está recibiendo al personal”, subraya Enrique Huerta, creador, fundador y conservador científico de Hontza Museoa.
¿Traslado a Durango? Enrique Huerta defiende con firmeza la necesidad de trasladar Hontza Museoa a Durango. Y es que fue en el año 1975 cuando presentó un proyecto para abrir un museo en la villa durangarra, pero ante las negativas y demasiadas faltas de respuesta, decidió, diez años más tarde, abrir al público su muestra. Lo hizo en el segundo piso de una casa de la familia de su mujer ubicada en Mañaria.