“No tengo prisa ni intención de imponer el Guggenheim Urdaibai”
En su segundo curso político al frente de la Diputación de Bizkaia, Elixabete Etxanobe inicia una negociación presupuestaria y de la revisión fiscal que cree “positiva”
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Encara su segundo curso político como diputada general con el mismo ímpetu y espíritu dialogante que el primer día. El que le ha llevado a apostar por ampliar acuerdos en los presupuestos para 2025, la revisión fiscal recién presentada o el proyecto del Guggenheim Urdaibai. En esta entrevista repasa estos y otros temas de actualidad, como el nombramiento de Miren Arzalluz como directora del Museo Guggenheim Bilbao, el transporte público o la situación de los centros para menores.
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Bizkaia volverá a contar el próximo año con un presupuesto récord. ¿No hay techo?
Depende mucho de cómo vaya la economía y, afortunadamente, estamos teniendo buenos años de recaudación. El presupuesto de 2024 fue muy bueno y las previsiones para 2025 también. Eso sí, seguimos gestionando con rigor y cautela en un contexto general de incertidumbre. Aunque estemos en una época de bonanza, pensamos mucho en qué nos metemos, que sea viable y que no afecte a la Tesorería de esta casa.
Lo decía en septiembre: Bizkaia debe estar preparada para una situación adversa. ¿Lo está?
La fiscalidad es la herramienta más eficaz que nos permite adoptar medidas puntuales para ayudar a colectivos como los agricultores, los transportistas, las personas vulnerables… La virtud de los gobiernos está en saber lo que está ocurriendo en la sociedad. El otro factor determinante que tenemos en nuestra mano es la monitorización y la cercanía a nuestro tejido empresarial, compuesto básicamente de pequeñas y medianas empresas, a las que tratamos de acompañar para abordar sus retos para que puedan generar empleos de calidad.
Presupuesto récord, pero el dinero es finito. ¿A qué ha tenido que renunciar para cuadrarlos?
A ninguno de nuestros tres pilares: las personas, la actividad económica y la cohesión territorial. Son unas cuentas equilibradas. Los datos demuestran que es un presupuesto social: un 47% del gasto se dedica a cuidar a las personas que lo necesitan. Las políticas que tienen por objetivo ayudar a los autónomos y a las empresas son fundamentales para generar empleos de calidad y, finalmente, la cohesión territorial, donde podemos meter un gran elenco de servicios públicos. Ahí el transporte y las infraestructuras, que conectan a las personas, van a ser un eje estratégico.
¿Y cuáles han sido las líneas innegociables?
Tenemos que seguir invirtiendo para que este territorio continúe teniendo buenas infraestructuras, buena conectividad y buenos servicios públicos de transporte, pero nunca vamos a renunciar al cuidado de las personas que más lo necesitan.
No lo necesita, pero va a negociarlos con la oposición. ¿Cómo van las conversaciones?
No me relajo ni estoy tranquila con esa mayoría que PNV y PSE tenemos en las Juntas Generales; tal y como hicimos el año pasado, volveremos a trabajar en ampliar el acuerdo. Entonces estábamos en un contexto electoral que quizás enturbiaba más el poder dar aunque sea una abstención, pero soy optimista. Estamos ya hablando con ellos para conocer sus puntos más importantes y ver cómo podemos darles encaje.
¿Cuáles van a ser sus líneas rojas?
Nosotros tenemos un compromiso, recogido en nuestro programa de gobierno. Son líneas generales, pero evidentemente cuando aspiramos a ampliar ese acuerdo, aun no siendo necesario, sabemos que quizá nos tengamos que mover de nuestros planteamientos iniciales. Siempre que no hagan irreconocible nuestro proyecto, estaríamos dispuestos a aceptar propuestas que pueden ser tan buenas como las recogidas hasta ahora. El acuerdo siempre es positivo.
¿Han empezado esas reuniones?
Sí. Tuvimos un primer encuentro la tercera semana de octubre y la semana que viene se van a mantener más.
¿Comprende el temor de los vecinos de Urdaibai respecto a la ampliación del Guggenheim que se plantea en la comarca?
Querría transmitirles, primero, un mensaje de tranquilidad y, segundo, una petición: démosle una oportunidad. Tenemos el compromiso de seguir dando pasos para determinar si este proyecto es viable. Su realización, en todo caso, va a ser beneficiosa: la limpieza del suelo de Dalia, la recuperación de la marisma, sacar el astillero… Va a ser un proceso de escucha sincero y sin prisas para tomar la mejor solución posible. Esta Diputación no tiene intención de imponer ningún proyecto, sino de hacer entender que es una oportunidad.
¿No va a poner en peligro la comarca, como los vecinos temen: masificación turística, pérdida de valores naturales…?
Está expresamente pensado para la única reserva de la biosfera de Euskadi, que implica la conservación de esos espacios naturales conviviendo con el desarrollo social y económico del ser humano. En lo que tenemos trabajado, porque proyecto como tal todavía no hay, se va a tener muy en cuenta que no tenga impactos negativos. Por ejemplo, sustituir el actual astillero por un edificio con cero emisiones e integrado en el entorno. Y con un aforo de visitantes muy limitado para que no cause ningún perjuicio.
¿Cómo va a ser ese proceso con los vecinos?
En estos momentos no le puedo adelantar nada más, pero se va a llevar a cabo desde la sinceridad y sin ninguna pretensión de imponer nada.
¿Se incorporarán sus propuestas?
Evidentemente; un diálogo es entre dos personas. Estamos dispuestos a escuchar y a incorporar ideas, no puede ser de otra forma.
¿Este proyecto tiene vuelta atrás?
Los pasos que estamos dando en el ámbito administrativo van a determinar su viabilidad; es un proyecto complejo y si alguno de ellos decayera, no sería viable.
¿Por ejemplo?
El contencioso que tenemos acerca de la línea de costa, interpuesto por Greenpeace.
“Si Araba o Gipuzkoa rechazan la revisión fiscal, la oposición deberá explicar por qué un vizcaino tiene ventajas que ellos no”
¿Qué planes tienen respecto al astillero Murueta?
Estamos negociando con la empresa para poder trasladarlo a otro lugar de Bizkaia. No tiene sentido que esté en el corazón de la reserva.
¿Y eso va a costar dinero?
Evidentemente.
Esta pasada semana se ha conocido la reforma fiscal pactada entre PNV y PSE y que Bizkaia ha empezado ya a tramitar.
No puedo hacer más que una valoración muy positiva. Va a permitir abordar retos prioritarios como el demográfico, el acceso de los jóvenes a la vivienda o la descarbonización de la industria. Son medidas marcadamente sociales para responder a las necesidades de colectivos muy concretos: los jóvenes, las personas que tienen menos recursos…
¿Será sostenible? Porque se eliminan ingresos…
Según vayamos avanzando tendremos informes económicas y memorias más detalladas, pero creemos que sí. Con las deducciones dirigidas a las empresas conseguimos que sean más competitivas, tengan más puestos de trabajo, de mayor cualificación y con mejores sueldos. Es una apuesta no a corto, sino a medio y largo plazo.
¿No se crea un paraíso fiscal para las empresas, como han criticado algunos sindicatos?
No; el ejemplo clarísimo y ambicioso es elevar el mínimo para declarar el IRPF a 19.000 euros, cuando el Estado lo tiene en el salario mínimo interprofesional [15.876 euros]. Hemos ampliado de seis a diez años las cuentas de ahorro para vivienda, el concepto de joven de 30 a 36 años…
¿Al ciudadano de a pie le van a subir los impuestos?
No; esta revisión no tiene afán recaudatorio, sino de impulso a retos que creemos que podemos abordar desde la fiscalidad.
¿Le preocupa lo que pueda pasar en Araba y Gipuzkoa, donde no hay mayoría para aprobarla?
Habrá diálogo entre las tres diputaciones; soy optimista por naturaleza y aún es pronto. En el peor de los casos, que ningún grupo acceda a apoyarla, la oposición debería explicar por qué un ciudadano en Bizkaia va a tener unas condiciones mejores para acceder a una vivienda y no en Gipuzkoa y Araba. Soy prudente, veremos cómo va la negociación.
En ese caso, ¿Bizkaia la aprobaría?
Nuestra intención es ir de la mano en esas negociaciones en los tres territorios y confío en poder ampliar el acuerdo más allá de los dos partidos que damos sustento a los tres gobierno forales.
¿Hasta qué punto llegaría esa armonización, esas posibles diferencias entre territorios?
Lo lógico es que, siendo gobiernos sustentados por partidos idénticos, la solución fuera equiparable.
¿Estarían dispuestos a introducir cambios en lo presentado?
Claro. En esta y en todas las materias, como diputada general, trato de llegar a acuerdos porque creo que es bueno. Tenemos que estar dispuestos a ceder, no podemos pretender convencer en todos nuestros postulados hasta la última coma.
“Estamos hablando de recursos públicos; es más justo premiar al usuario frecuente del transporte público que al ocasional”
Bizkaia mantendrá los descuentos del 50% en el transporte hasta el 20 de febrero. ¿Y después?
Hasta esa fecha hay tiempo para decidirlo, pero tenemos una hoja de ruta propia para, con independencia de lo que vaya a hacer el Gobierno de Pedro Sánchez en 2025, mantener un 20% de descuento en los títulos o abonos temporales. Junto a otras medidas, como eliminar los transbordos, pasar de 3 a 5 zonas para que los municipios más alejados no paguen más… Son medidas que implican un coste para las arcas forales, pero estamos convencidos de que así incentivamos el uso del transporte público.
¿Por qué solo los temporales?
Estamos hablando de recursos públicos; es más justo beneficiar al usuario frecuente que al ocasional.
Y los menores de doce años ¿podrán viajar gratis?
Los dos partidos que sustentamos la Diputación de Bizkaia tenemos una serie de medidas acordadas y esa de la consejera García todavía no hemos tenido ocasión de analizarla; lo haremos y si así se estima conveniente, la adoptaremos.
“Conectar a los vecinos de Rekalde, Irala y Enkarterri son líneas rojas para entrar a financiar la línea 4 del metro”
¿Coincide en recuperar el paso de la línea 4 del metro por Moyúa?
Tenemos documentos muy iniciales de la propuesta y la estamos analizando. Como Diputación, participamos en la financiación de una infraestructura cuya competencia es exclusiva del Gobierno vasco porque mejora la cohesión territorial. Nosotros no determinamos el trazado, pero estamos tratando de negociar con ellos cuáles tienen que ser los condicionantes para que esta Diputación entre a financiar esta línea: acercar a toda la gente que vive en Enkarterri al sistema metro y la deuda que tenemos con los vecinos de Rekalde e Irala. Son nuestras líneas rojas para entrar a participar en esta nueva línea.
¿Ir por Moyúa es incompatible?
No necesariamente, pero tenemos un acuerdo con los dos gobiernos anteriores.