Las obras de restauración del castillo de Butrón, que se iniciaron el pasado mes de abril, "avanzan según lo previsto", tal y como explica la directora del proyecto, la arquitecta Verónica Quintanilla Crespo. En estos momentos, una armadura de andamios cubre la fachada principal del emblemático monumento medieval ubicado en Gatika, que fue escenario de cruentas banderizas entre la nobleza de Bizkaia. Una fortaleza que sirvió a los señores de Butrón para ejercer su poder sobre el territorio.

Sin embargo, debido al paso del tiempo, el castillo presentaba un importante deterioro y por eso el pasado mes de abril se iniciaron las labores destinadas a resolver "la gestión inadecuada del agua de lluvia y las consiguientes filtraciones". En concreto, un equipo especializado en restauración se está encargando de evitar la entrada de agua a través de los solados o pavimentos de piedra de los paseos de ronda y cubiertas de las defensas exteriores. Una intervención que, tal y como aseguraron los expertos, está siendo "mínima" para no alterar la imagen histórica del castillo, tanto a nivel exterior como interior.

Actualmente, el equipo de restauración está centrado en levantar todas las losas de piedra una vez limpias, previo fotografiado, croquizado y siglado de cada una de ellas, para volver a colocarlas en su posición original. También están llevando a cabo la revisión del relleno de los muros, formado por mortero de cal y canto; al mismo tiempo que se persigue consolidar esa superficie con mortero de cal y, seguidamente, impermeabilizar para volver a colocar el solado de piedra con su pendiente y posición original y rejuntar. “Con esta intervención se consigue que el agua que se filtraba por el pavimento de losas de piedra se evacue al exterior sin llegar a entrar en los rellenos de piedra, reduciendo así la principal entrada de agua al interior”, detalla Quintanilla.

Restauración de fachadas

En esta línea, la arquitecta especializada en restauración de monumentos apunta que también han realizado una intervención de restauración de las fachadas exteriores mediante la retirada de vegetación y de carbonataciones, eliminación de juntas de mortero de cemento portland, la limpieza general con agua y la aplicación de un hidrofugante que proteja las superficies de piedra. “Al tener las fachadas limpias, hemos podido comprobar los restos de los muros del castillo medieval sobre los que se asienta la actual edificación”, indica.

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Sobre esta línea, antes de comenzar los trabajos de restauración, el equipo de expertos llevó a cabo una exhaustiva preparación que incluyó un "riguroso análisis" en el que se determinó que el estado de conservación del edificio era "relativamente bueno" y en el que se observó que la mayoría de las patologías identificadas estaban relacionadas "con la gestión inadecuada del agua de lluvia y las consiguientes filtraciones". Por último, desde el primer momento, el equipo encargado de las labores de restauración ha mantenido un firme compromiso de "realzar la belleza y la integridad estructural, documental e histórica" del monumento, mientras se protege su extensa historia.