Es algo similar a lo que hoy en día se puede conocer a través de Google Maps, pero sin intermediarios. La autopista AP-8 está sirviendo de banco de pruebas para introducir un nuevo sistema que permita a la propia infraestructura comunicarse con los vehículos que circulan por ella, informándoles de las incidencias que ocurrieran o recomendándoles una ruta alternativa. Los sensores ya están instalados en la autopista, a disposición de empresas, por ejemplo fabricantes de coches, que quieran testar y desarrollar sistemas de este tipo.
Es solo un ejemplo de los proyectos que se pondrán en marcha a través del Plan de Innovación y Sostenibilidad de las Infraestructuras Viarias de Bizkaia, cuya segunda edición ha presentado este jueves el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga. Un plan que se refuerza en este periodo 2024-2027, haciéndolo "más ambicioso" e incrementando su presupuesto de los 32 millones del anterior (y que ya supuso un aumento del 128% sobre la inversión inicialmente prevista) a los 55,5 y también el número de proyectos a desarrollar, de 210 a 300.
La iniciativa pretende convertir a Bizkaia en un "referente" en la movilidad "sostenible, conectada, automatizada y cooperativa", ha señalado Alzaga. "Vamos a incrementar la seguridad de nuestra red viaria y consolidar un desarrollo territorial equilibrado, implantando soluciones innovadoras que contribuirán también a la eficacia y eficiencia de nuestras carreteras", ha especificado, a través de la colaboración público-privada junto a los agentes del sector. Se trata de gestionar el tráfico de la forma más eficaz, reduciendo la congestión, lo que redundará en menos contaminación al minimizar los tiempos de viaje y menos posibilidad de accidentes, y de que las carreteras duren más tiempo, reutilizando además en ellas materiales sobrantes.
Otro ejemplo, ligado a la economía circular. Utilizar en la construcción de carreteras materiales que ahora se consideran residuos, por ejemplo sobrantes de procesos industriales. "Hay fábricas que tienen un residuo que se puede revalorizar e introducir de nuevo en el sistema. O residuos que genera la propia carreteras; por ejemplo, cuando se fresa una para poner un asfalto nuevo, tienes que quitar el viejo, que hay que intentar reutilizar. Ya no hay alfombras para meter estos materiales. Se deberían llevar muchos menos residuos a vertederos, por muy autorizados que estén.
Transporte inteligente
Los proyectos se pondrán en marcha en tres ámbitos. Por una parte, el denominado Bizkaia Connected Corridor (BCC), ya en marcha en la AP-8, que se pone a disposición de todos los agentes que están desarrollando proyectos innovadores para que puedan probar en él sistemas de transporte inteligente, como el ya mencionado. "Se pondrán en marcha pruebas al mismo tiempo que las personas usuarias puedan utilizar en él los servicios que ya están validados", ha explicado.
La inteligencia del dato, por su parte, se quiere aprovechar para mejorar la seguridad y el mantenimiento de la red viaria, mientras que la última línea de actuación quiere dar prioridad a adaptar las propias carreteras para poder hacer frente a las consecuencias del cambio climático.