Un viaje fascinante para descubrir los misterios de un enclave único y realizado con total autonomía. Es lo que permite a vecinos y visitantes la ruta audioguiada por el sendero mitológico de Dima utilizando el teléfono móvil para acceder a 12 códigos QR ubicados estratégicamente en los lugares de mayor interés. Con esas herramientas, tan solo hay que empezar a caminar desde la plaza de Indusi a través de una zona protegida como patrimonio cultural, cercana al parque natural de Urkiola, y que destaca por sus cuevas, galerías, refugios y oquedades. “La forma de ver el mundo de nuestros antepasados que vivieron aquí se refleja en la mitología vasca y así Balzola y su entorno se han convertido en una referencia importante de Euskal Herria, cuna de muchos cuentos y relatos mitológicos, morada de los gentiles, residencia del mismo Sugoi muy cerca del gran puente de piedra Jentilzubi”, avanza el primer punto de información para abrir el interés del participante en esta visita audioguiada.
Este viaje histórico y mágico tiene como segunda parada el puente Zamakola, levantado para salvar las aguas del río Indusi. La barriada del mismo nombre donde se encuentra emplazado recibió su denominación de la antigua actividad económica predominante: la industrial del hierro. Y en este enclave nacieron los hermanos Simón Bernardo y Juan Antonio Zamakola, personaje relevante de la vida política de Bizkaia en el tránsito del siglo XVIII al XIX el primero y polifacético escritor, historiador, lingüista y musicólogo el segundo.
Desde el puente, mirando hacia la izquierda, se observa en lo alto el caserío Gibeltar que, en este itinerario, supone la puerta de acceso a un mundo mágico y misterioso cargado de mitos, creencias, rituales y personajes místicos. El QR dedicado a este ámbito permite escuchar y conocer una de las numerosas leyendas que, de generación en generación y gracias al trabajo de campo desarrollado por Jose Miguel Barandiaran, han llegado hasta nuestros días: el cuento de Gibeltar protagonizado por varias lamias y mujeres de la zona.
El cuarto punto de atención es Jentilzubi, un puente de piedra natural que hoy en día está, aún, rodeado de mucho misterio. Según se explica la información contenida en el código QR, “una creencia antigua afirma que en este entorno vivían los gentiles, cuyo refugio principal era la cueva situada en lo alto. Desde el interior de la cavidad el río que dividía la montaña, en la actualidad subterráneo, corría cuesta abajo hacia el punto donde tú te encuentras”. Y para facilitar el ir y venir de los gentiles por ambos lados del monte, “decidieron crear un puente de piedra” que quedó inacabado ante el miedo que sintieron, un día mientras trabajaban, al escuchar las campanas de la iglesia de Indusi. “Las creencias afirman que desde entonces nunca han salido de la montaña y aún permanecen ocultos en su interior”.
Muy cerca de allí, la ruta mitológica de Dima se detiene en el yacimiento de Axlor descubierto por el arqueólogo y etnógrafo Jose Miguel de Barandiaran en 1932 que desarrolló allí campañas de excavación entre 1967 y 1974, un trabajo de campo que fue retomado en el año 2000 por Jesus González-Urquijo. Las investigaciones y estudios llevados a cabo han permitido recuperar y analizar “miles de restos arqueológicos asociados a la vida de estas poblaciones antiguas como útiles de piedra que fabricaban y con los que trabajaban, los animales que cazaban (caballos, ciervos, bisontes, etc.), evidencias de los fuegos que utilizaban o restos de los propios neandertales, sobre todo dientes, varios de ellos de niños”, destaca el quinto QR. Las siguientes paradas propuestas en el camino son Kobalde y Kobagane donde se pueden descubrir, por un lado, la vida en los mundos subterráneas en forma de hongos, arañas, escarabajos, avispones o murciélagos y, por otro, cumbres de la sierra de Aramotz. También es posible adentrarse en la cueva de Kobaso donde, dicen, “vive la anciana de Ilbistui que, cuando la niebla descendía sobre esa zona, solía hacer fuego y eso es una señal clara de que se avecina lluvia” o dejar que la imaginación vuele en Petralanda “lugar de reunión de brujas y laminas, y de celebración de los akelarres, según cuentan las leyendas de antaño”.
El octavo punto de interés marcado en la ruta mitológica de Dima es Garaio, la cumbre del macizo de Ugatxa, donde se invita al paseante a cerrar “los ojos por un momento e imaginar a nuestra Diosa Mari sobrevolando la cima de Garaio… mientras las brujas de Lamindao se regocijan al verla llegar”. El noveno se adentra en el barrio de Baltzola donde se encuentra la ermita de San Lorenzo para pasar, después, por el denominado Karlistaleku, el lugar donde se encuentra el caserío Goikoa que fue utilizado como cuartel en la segunda guerra carlista.
El itinerario va llegando a su térmico, no sin antes adentrarse en el fantástico mundo de las lamias y atravesar, por último, Abaro Sugoi, la oquedad cárstica que actúa como refugio para ganado, animales salvajes, personas y... el mismo Sugoi que puede llegar a aparecerse en forma de culebra, con figura humana o, incluso, como una bola de fuego voladora. Todo es posible en este recorrido por los escenarios más mágicos de Dima. Tan solo hay que dejarse llevar por el camino y por las explicaciones de los códigos QR.