El Cinturón de Hierro es, posiblemente, la línea fortificada más famosa de la Guerra Civil española. Un entramado defensivo en torno a Bilbao que nadie conoce tan al detalle como Aitor Miñambres, director del Museo Memorial del Cinturón de Hierro de Berango. En la adolescencia empezó a estudiar este entramado defensivo de casi 80 kilómetros, construido para proteger Bilbao del asedio franquista sobre Bizkaia. Ahora, todo ese conocimiento lo ha recogido en una serie de cinco libros, de los cuales dos ya han salido a la venta y se pueden solicitar en la página web www.gallandbooks.com o en las librerías.
El Cinturón de Hierro parecía inexpugnable, pero finalmente cayó...
El Cinturón Defensivo de Bilbao, conocido como Cinturón de Hierro, se remonta a octubre de 1936, tras la constitución del Gobierno de Euzkadi, con el fin de proteger el Bilbao metropolitano del ejército del general Franco en una coyuntura de ataque o asedio. La obra se apoyaba en los montes que circundan Bilbao y estaba formada básicamente por trincheras, alambradas, nidos de ametralladora, fortines blindados y abrigos. En su interior se concentraban los recursos necesarios para la resistencia: el puerto marítimo, aeródromos, un embalse de agua, una planta de generación de energía eléctrica y las factorías de guerra. Tras diversos avatares que se relatan minuciosamente en la obra, el Cinturón fue roto, por su punto más débil, el 12 de junio de 1937 por las brigadas de Navarra, apoyadas por su artillería y aviación, en su avance final hacia la capital de Bizkaia.
Después de años de investigación, ¿cómo surge este proyecto?
La editorial Galland Books, dedicada a la publicación de libros de historia militar, contactó conmigo a través de mi amigo Óscar González, autor de varios títulos de esa temática. Querían una historia completa del Cinturón de Hierro y de las defensas de Bilbao durante la Guerra Civil y nos pusimos manos a la obra. Esto fue hace dos años.
Conocía la historia al dedillo, pero aun así, ¿cómo ha sido el proceso de elaboración?
Para la investigación se han utilizado exclusivamente fuentes primarias, tales como documentos, testimonios, prensa y fotografías de época, así como los vestigios arqueológicos. Se han consultado numerosos archivos y fondos, además de la gran cantidad de documentación que el Museo Memorial del Cinturón de Hierro y yo mismo llevábamos años atesorando. Muchos de estos documentos y fotografías salen ahora por primera vez a la luz después de casi 90 años. Las salidas de campo y documentación fotográfica de los vestigios conservados la hemos realizado en equipo, con la inestimable colaboración de mis amigos Óscar González y Gorka Abrisketa. La redacción de la obra ha pretendido ser lo más rigurosa posible y, finalmente, tras dos años de arduo trabajo, sale a la luz, ilustrada con más de 400 fotografías.
El proyecto está dividido en cinco libros, ¿a qué se debe?
Inicialmente, la idea era publicar la obra en un solo volumen, pero dadas las dimensiones que iba alcanzando, se decidió finalmente editarla dividida en cinco partes. No obstante, no se descarta publicar su compilación en un solo libro en un futuro.
Las dos primeras publicaciones abordan, desde octubre de 1936 a mayo de 1937, y de mayo a junio de 1937, ¿qué hechos relevantes se produjeron en esos periodos?
Los dos primeros libros conforman un amplio capítulo dedicado al concepto y construcción del Cinturón Defensivo de Bilbao. Dentro de él, cabe diferenciar dos etapas: un primer periodo desde el comienzo de la obra hasta que las tropas de Franco se aproximan a la línea fortificada; y una segunda parte en la cual los vascos, conocedores de las intenciones enemigas, organizan la defensa del Cinturón en las semanas previas al ataque. Dentro de la primera parte, se destacan los inicios de la obra, los recursos disponibles y, sobre todo, la defección del ingeniero jefe, el capitán Goicoechea, quien se pasó al bando contrario y reveló la existencia de zonas dejadas a propósito sin construir para hacer más fácil la conquista, como así ocurrió finalmente entre los montes Gaztelumendi (Larrabetzu) y Urrusti (Gamiz-Fika).
Comenta que había zonas sin construir a propósito, tras el cambio de bando de Goicoechea, ¿se intentó terminarlo a tiempo?
En el momento previo al ataque del ejército franquista, la obra se encontraba bastante completa en gran parte de su perímetro, pero apenas existían fortificaciones en la estrecha franja de 3 kilómetros elegida por los atacantes para la rotura. A pesar de los esfuerzos por fortificarla con premura a última hora, el resultado fue insuficiente ante la gran maquinaria bélica desplegada por el adversario. Cabe destacar que el ejército de Euzkadi carecía de mandos profesionales, de instrucción militar básica, de artillería suficiente y de aviación. Esas tropas, cuando tuvieron que defender el Cinturón en un tramo de por sí desprotegido, estaban exhaustas tras dos meses y medio de campaña sin descanso. Aun así, presentaron batalla.
También habla sobre el contexto defensivo de Bizkaia, ¿disponía de suficientes recursos para resistir?
Iniciada la ofensiva del general Franco contra Bizkaia, su avance fue muy lento pero constante. El mes de mayo sus tropas se acercaron al punto más débil del Cinturón ocupando el monte Bizkargi, el cual las fuerzas vascas trataron de reconquistar sin éxito. La última oportunidad para conservar Bilbao en manos del Gobierno vasco era el Cinturón. El ejército de Euzkadi movilizó sus reservas y llamó a nuevos reemplazos para poder mantener su capacidad defensiva. El lehendakari Aguirre tomó el mando directo de las tropas hasta la llegada del general Gamir, que organizó la defensa final.
Más adelante se publicarán el resto de libros, ¿sobre qué versarán?
En la tercera parte los lectores podrán conocer la tipología de las fortificaciones del Cinturón, tales como trincheras, nidos de ametralladora de hormigón, refugios, etc.; y el trazado y sectorización de las distintas líneas defensivas de Bizkaia y no solo el Cinturón de Hierro. La cuarta parte relata íntegramente la batalla por la rotura del Cinturón, sucedida los días 11 y 12 de junio, y sus consecuencias importantes como la caída de Bilbao en manos de los franquistas y la ocupación del resto de la línea defensiva. Por último, la quinta parte aporta las biografías de las personas más relevantes involucradas en la construcción del Cinturón, sin olvidar la aportación de las mujeres y de los presos a las labores de fortificación. Además, en este volumen se muestra el estado actual de muchas de las fortificaciones conservadas y se indica al visitante como llegar hasta ellas, con lo que se cumple el objetivo y se cierra el relato.
Después de dos años y toda una vida de investigación, ¿qué supone la culminación de esta obra?
Me inicié muy joven en el estudio del Cinturón de Hierro, concretamente con 13 años, absorbiendo desde entonces todo aquello que sobre dicha temática he tenido ocasión de conocer. Aunque previamente ya he publicado otros trabajos de la misma índole, concluir esta obra sobre el Cinturón y la historia completa de las defensas de Bilbao supone para mí el punto álgido de mi trayectoria como investigador historiográfico.