Saborear un buen guiso de rabú al aire libre conlleva una liturgia que en Urduliz conocen al dedillo. No en vano, desde hace más de medio siglo, concretamente 56 ediciones, las cuadrillas de la localidad se juntan una vez al año en la campa de la iglesia de Santa María para preparar este suculento manjar con motivo del Rabu Txapelketa, un concurso gastronómico con gran solera que organiza cada año la asociación Txori Alai en colaboración con el Ayuntamiento.

Como cada año, ayer en Urduliz se dieron cita los mejores especialistas del territorio para poner a prueba su destreza con las cazuelas. Porque cocinar un buen rabú no es algo que se pueda improvisar. Hacen falta conocimientos, paciencia y buena compañía. Primero hay que madrugar para preparar la logística necesaria para cocinar al aire libre y, segundo, hay que disponer de cocineros experimentados que sepan sacar lo mejor de una buena materia prima. Uno de esos cocinillas que saben lo que tienen entre manos es Txomin, de la cuadrilla Cierrabares. Desde hace un cuarto de siglo se encarga de alimentar por estas fechas a sus amigos preparando un buen rabú. “Una vez ganamos el primer premio”, recuerda. En esta ocasión, siguió el mismo ritual de siempre. “He venido a las 6.45 horas, cuando todavía no había nadie. Ni estaba la gente de la cuadrilla para echarme una mano”, bromeaba mientras le servía un poco de tortilla para amenizar la espera. Por delante tenía una ardua labor. “Primero hay que limpiar la grasa del rabú y luego sellarlo con harina y aceite”, detalló. Más tarde añadió el caldo, que traía ya preparado de casa, para después dejarlo a fuego potente al principio y más suave después durante unas cuatro horas, antes de añadir justo al final las patatas. “Las patatas con media hora es suficiente, para que no se deshagan”, apuntó. Sin embargo, no todo queda ahí, puesto que la salsa también es un protagonista principal de este plato. “He empleado 16 cebollas muy hermosas, de casi medio kilo cada una, además de un pimiento verde, ajo y zanahoria”, prosiguió, antes de advertir de que lo peor llega cuando hay que pasar la salsa para que quede suave y sin grumos. Sin duda, todo un factor clave a la hora de las valoraciones del jurado, al igual que las patatas. “Se ha puesto de moda cocinarlas redondas, todas del mismo tamaño, como pelotas de golf”, comentó Txomin.

Premios

Sobre esta línea, tras el txupinazo a primera hora que dio inicio a esta tradicional fiesta un grupo de txistularis fue recorriendo el pueblo antes de la actuación del grupo de danzas local Iratxo Gorria. Asimismo, también se aprovechó esta jornada festiva para realizar un homenaje a los aitites y amamas de la localidad. Finalmente, la entrega de premios se llevó a cabo por la tarde. Aurten Bai hizo honor a su nombre alzándose con el triunfo por delante de Laski y Osteko. Las tres cuadrillas, naturales de Urduliz. Por último, el grupo Burrunba Elektrotxaranga amenizó la jornada que ofreció un gran ambiente.

Por otro lado, con motivo de la festividad de Santa Marina, que contará con una romería en la ermita y diversos actos más, el próximo día 20 de julio, sábado se realizará en la ermita de Santa Marina, a las 13.00 horas, el tradicional aurresku de honor a las mujeres que han sido madres en el último año, concretamente entre el 1 de julio de 2023 y el 1 de julio de 2024. En este sentido, desde el Ayuntamiento apuntan que para participar es necesario confirmar asistencia antes del 18 de julio (94 676 20 61 / 94 676 36 31 / uke@urduliz.eus).