El durangarra Javier Lana, concienciado con el cuidado del planeta

El pasado miércoles se celebraba el Día Mundial del Medio Ambiente. Preocupado por el cambio climático y lamentando que no se tomen medidas reales para reducir el deterioro medioambiental, al durangarra Javier Lana Zúñiga le hubiera gustado conmemorarlo con alguna actividad reivindicativa. Ya lo intentó hace un par de años, cuando propuso al Ayuntamiento de Durango dedicar un día a la naturaleza, pero sus intenciones no despertaron el interés necesario en el Consistorio. “Tras jubilarme pude disfrutar más tiempo en la naturaleza, la observé fotografiándola y comencé a preocuparme. Intenté localizar algún grupo activo por el medio ambiente en Durangaldea, sin éxito”, lamentó con resignación.

Reflejo de su lucha medioambiental, Javier presentó el año pasado su libro titulado Vigila el tiempo, protege el clima del mañana. Publicación en la que recogió experiencias que iba viviendo en cada una de las salidas que realizaba al monte subido en su bicicleta. “Este pequeño ensayo de mi vida lo dedico a las personas preocupadas por el medio ambiente. Para que nunca decaigan tras los sinsabores de muchas actitudes insensatas en contra de la ecología”, reza el comienzo de la publicación.

Tras presentar su libro en la biblioteca y el hogar del jubilado de Durango, Javier dio a conocer su publicación en varios lugares como Campezo y el camping de Acedo. Para este año se había fijado el propósito de lograr dedicar uno de los 67 días festivos a cuidar la naturaleza. “Trate de activar esa preocupación que muchos tenemos de frenar el deterioro climático. Las buenas intenciones tras las presentaciones quedaron solo en palabras, y llegó el último domingo de enero sin una acción popular. Un tanto desanimado me presenté el 24 de marzo en la Berdeago Azoka de Durango y tras la exposición un grupo de personas mostró el mismo interés animándome a volver a intentarlo. Desde entonces somos una cuadrilla dispuesta a cuidar nuestro entorno”, valora satisfecho.

Con motivo del Día del Libro, Javier fue invitado a Zúñiga –pueblo de su ama– para presentar su libro. Allí no fue un grupo, fueron todos los asistentes quienes mostraron su solidaridad para proteger el medio ambiente, dedicando el 1 de junio a esta causa. “Les comenté que tenemos un paraíso, pero las futuras generaciones lo podrán perder si nosotros no lo cuidamos. Insistí en el desinterés de la gran mayoría y todos se ofrecieron para celebrar un día de acción ambiental”, recordó.

El pasado fin de semana, la localidad navarra de Zúñiga conmemoró el Día Del Medio Ambiente ansiado por Javier. “Fue impresionante ver a todo un pueblo movilizarse con gran energía. Surgieron charlas de flora y fauna, acompañada de alguna batallita carlista cuando estuvimos sobre las ruinas de los pilares del puente en litigio. Realizamos una recogida de residuos que nos unió a todos en un bien común: reaccionar y actuar en el entorno del río Ega”, valoró orgulloso la jornada.

En la recogida, los voluntarios encontraron todo tipo de basura. Además, Javier tenía previsto con una veintena de vasos más otros tantos palitos, disfrutar con sus nietos y otros chavales de una colilla-gol. “Lo tuve que suspender al comprobar que no se veían cigarros, según dijeron eran pocos los que fumaban. Tuvimos para comer una paella popular y terminamos todos muy satisfechos de nuestra labor, que seguro solo ha sido un principio y volveremos a repetir”, aseguró convencido.

Satisfecho porque en Durangaldea también ha localizado a personas preocupadas por el medio ambiente y la crisis climática, Javier seguirá tomando parte en las diferentes jornadas de limpieza que se organizan en la comarca y confía en consolidar el grupo y afianzar una programación. “Todo el mundo muestra preocupación por el medio ambiente, pero en el fondo a la hora de la verdad les da igual. Si desde las administraciones no demuestran interés y preocupación, ¿qué vamos a pedirle a la ciudadanía?”, lamentó con rotundidad.